Sobre las adicciones y como controlarlas
Marcelo Jaroslavsky


Como mi formación teórica en muchos temas como este es mínima voy tratar este asunto basado en mi experiencia personal.
A los quince años, inducido por un amigo que le robaba cigarrillos "LUCKY STRIKE" a un tío plutócrata ( en esa etapa de mi adolescencia para tener cigarrillos importados se debía tener plata y contacto con algún contrabandista ), empecé a fumar.
Al principio aspiraba el humo sin tragarlo. Un día estando solo en mi casa, sin darme cuenta,lo hice por primera vez. Su consecuencia fue que mi habitación empezara a girar y yo a sentirme peor que lo que alguna vez me hubiera sentido. No obstante esta horrible experiencia cuando mi proveedor dejó de conseguir los " LUCKIES " compré mi primer atado. Por su puesto que mi intención era que fuera por esa única vez. Mi fallido intento resultó en que llegara a fumar unos 50 cigarrillos por día.
A la adicción la empezaron a acompañar varios síntomas que, como adicto dominado por el vicio, yo me resistía a aceptar que se debían al consumo compulsivo de tabaco.
Con los años todos los inviernos me engripaba fuertemente conjuntamente con unas crisis de la sinusitis que se me había vuelto crónica y que me imponían varios días en cama en penumbras ya que no soportaba ni siquiera la luz atenuada de un velador.
Pasaron así varios años a los que a las gripes y la sinusitis se fueron agregando una tos crónica y fuertes dolores en la articulación posterior de las rodillas cada vez que me paraba después de haber recorrido una cantidad de kilómetros en la pick-up que manejaba por mis tareas rurales.
Yo, a pesar de mi negación de los nefastos síntomas de mi adicción, había recurrido varias veces a distintos trucos típicos de los que padecemos una personalidad adictiva. Por ejemplo me racionaba a tres cigarrillos por día. Cumplida una semana de " dieta ", " convencido " de que ya estaba dominando el problema, me autorizaba un cigarrillo entre medio de los primitivamente incluídos en mi racionamiento. Por supuesto que a los pocos días había vuelto a mi dósis original. También tuve varios intentos fallidos, de variada duración, de dejar de fumar para siempre.
Un día, se acaban de cumplir 34 años, estando en cama padeciendo una de las recurrentes gripes, me acordé de un programa de " ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS " que había visto en televisión en el que promovían que los alcohólicos no tomaran por un día renovando ese voto cotidianamente. 
Dado lo pésimamente que me sentía decidí adaptar la fórmula de "A.A. " y me propuse probar " hasta cuando aguantaba ". Hoy ya hacen 34 años que no toco, ni siento ganas de hacerlo, un cigarrillo. No obstante el tiempo transcurrido,como creo que mi adicción es controlable pero no curable sigo renovando mi intención de " hasta cuando aguanto" cada día.
Toda esta larga introducción es para manifestar mi opinión sobre el panorama político actual y las próximas elecciones porque me parece que tienen puntos en común.
Como es por todos sabido los representantes del peronismo tienen en su ADN una incontenible adicción al poder. Al contrario de mi decisión de controlar la mía al tabaco, desde su nacimiento con el golpe militar del 4 de junio de 1943 cada vez que logran encaramarse en el poder su incontrolable tendencia a perpetuarse aflora. Sus reiteradas reformas constitucionales, o sus intentos reformistas frustrados como el de " CRISTINA ETERNA ", son testimonio innegable de lo que acabo de afirmar. La intención de dominar esta congénita adicción no pasa ni cerca de la imaginación de ningún dirigente del " Movimiento". Como los cargos electivos, incluído obviamente el de presidente de la república, no son infinitos los aspirantes a ocuparlos se vuelven "opositores" del gobierno del que fueran parte hasta que esta verdad se les hace evidente. Es el nacimiento de los que he dado en llamar "PERONISTAS EXCEDENTES". Esta es la trampa en la que hace décadas caen los oportunistas que buscan atajos hacia los votos que no se sienten capaces de ganar por las de ellos y pretenden usarlos y, también,los ingenuos que se resisten, cual ciego que no quiere ver, a creer que no existen los dirigentes peronistas republicanos. Si existieran, digo yo, hubieran dejado de serlo. 
El año que viene habrá elecciones. Como liberal soy consciente de que no tendré quien me represente en el Congreso. Por supuesto que tampoco en la presidencia de la nación, Sé que, como a lo largo de mi vida, me veré en la necesidad de votar por el que me parezca menos enemigo de mis aspiraciones republicanas y de vuelta al reconocimiento irrestricto de los derechos individuales y su ejercicio.También estoy convencido de que la primera, y mínima, aproximación a mis deseos la constituye evitar que un nuevo peronista presida las maltrechas instituciones políticas de la ex república representativa federal que establece nuestra Constitución. Para eso es imprescindible que todos los no-peronistas para el cargo de presidente presenten un solo candidato. Es sabido que habrá dos candidatos peronistas : Scioli y el jefe del " FRENTE RECICLADOR " Sergio Massa. Sin ninguna duda para la segunda vuelta se" reconciliaran " y llegarán a un acuerdo entre ellos siempre y cuando no sean ellos dos los que lleguen al ballotage. Para evitar todo riesgo los de UNEN deberían tener una interna propia, independiente de las PASO, para definir un candidato que llegue a las ( PASO ) del año que viene a competir con Macri y que el ganador sea el candidato único del " no peronismo". La única manera de que nuestro próximo presidente no sea peronista es que los no peronistas y por qué no, los antiperonistas, tengamos un sólo candidato que nos preserve mientras los liberales nos pongamos seriamente a crear la alternativa que todos los argentinos necesitamos aunque, lamentablemente, muchos no la quieran.
 

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