¿Somos frívolos, irresponsables, masoquistas o ciudadanos?

Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
Estamos por cumplir 31 años de democracia y Argentina no
funciona. Fíjese que no escribí de república, ya que la república implica
división de poderes y respeto por las minorías, entre tantas cosas que nos
faltan. Estamos mal y vamos a estar peor, salvo milagro, y estos no abundan.
Es muy aburrido por reiterado, hacer la larguísima lista
de todo lo que no anda. Pero es inevitable. Empecemos por el default (decisión
presidencial), seguido del desacato. Problemas de energía serios. Pérdida de
mercados. Inflación del 40%. INDEC mentiroso. Inseguridad sin adjetivos. Cepo
al US$.
Boudou, Jaime, Báez y la ruta prohibida, la ruta del
dinero. ¿Nos interesará conocer los descubrimientos de los investigadores de
los hold outs? ¿O lo dejaremos pasar como una nota de color más? Mientras,
votado sólo por el FPV se cambia el código Civil/Comercial y se intenta hacer
lo mismo con el Penal Procesal, que deja toda la investigación en manos de
fiscales… que obedecen a Gils Carbó. ¡Y viva la injusticia para los
funcionarios!
Las reservas (había US$54.000 millones, hoy dicen que hay
US$27.000) se esfumaron. ¿Adónde, para qué, para quien? TBA quebró y a los
familiares de las víctimas del Once los deberemos indemnizar nosotros. La
Universidad de Madres de Plaza de Mayo se estatizó. Nos tenemos que hacer cargo
de los $237 millones de deuda. ¿Para enseñar qué, terrorismo? Mamá Hebe festeja.
La educación pública da lástima. Los narcos avanzan en
todo el país y se permiten entre ellos abiertas guerras territoriales. Rosario
es la capital narco. El gobierno en el planeta global, ha elegido los peores
amigos del barrio: Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Irán, Rusia y
China. Justo aquellos países que desconocen los DDHH, que los K dicen defender.
Ante este panorama lamentable, ¿qué tenemos enfrente? Algunos
nombres. Partidos ya no hay, sólo líderes, que no lo son tanto. Y que necesitan
estructuras partidarias que no tienen. Por lo tanto deben hacer acuerdos que
quizás no les sean demasiado gratos. Pero por unos votos ¡se hacen tantas
cosas! Nombrar a Tinelli personaje de la cultura debe traer votos. Más allá que
quizás sea un error de mi parte creer que cultura es Sebrelli, Sarlo, Nun,
Maldacena, Julio Bocca, Argerich, Albino, Kovadloff y tantos otros. Tinelli
representa una forma de cultura, que los argentinos han elegido. Y el problema
está justamente en la elección.
Nos quedamos con las notas de color. Tinelli = cultura.
Es cierto. Hemos llegado a eso. Siendo nuestro idioma de una riqueza
espectacular, que nos permite decir las cosas más terribles con las palabras
que mejor suenan, elegimos ser groseros. Las palabras no son ni buenas, ni
malas, no tienen moral, son groseras, soeces, vulgares o no lo son. Elegimos
las primeras.
La presidente habla de “encanutar”, el ministro Randazzo
dice que es una “hijaputez” decir que Cris no está preocupada por la
inseguridad. ¡Lilita! dice ”una
golondrina no hace verano y mil boludos tampoco”. En la cámara de diputados,
Caamaño le grita a Conti que ésta le tiró la ropa por la ventana a su marido, y
Conti le contesta que Caamaño no se anima a hacer lo mismo con la ropa de
Barrionuevo. Notas de color. Les pagamos el sueldo a todos ellos.
Y no les pagamos los sueldos para que digan vulgaridades,
sino para que trabajen en mejorar nuestra calidad de vida. Y de eso, nada.
¿Pero quienes tienen la culpa de esta serie de frívolas estupideces? ¿Quiénes
le damos importancia y comentamos hasta el hartazgo lo que se dijo, la ropa, el
peinado, la chismografía barata de los programas de TV de la tarde?
Nosotros, los argentinos. No exigimos nada de aquello a
lo que tenemos legítimo derecho. Dejamos que los posibles candidatos, parecidos
entre ellos en las formas: Macri, Massa, Scioli, todos dialoguistas,
tranquilos, amables, lo contrario de la presidente, no nos muestren sus proyectos
sobre educación, política exterior, justicia, vialidad, libertad de comercio,
exportación/importación, libertad de expresión, energía y todos los problemas
que tenemos. Los que nos dejará la década desperdiciada.
Sabemos, porque lo sabemos, que una vez más vamos a
estrellarnos contra una muralla a 200km p/h. Lo hacemos cada 10, 12, 15 años. Lo repetimos, una y otra vez.
Entonces no sé si somos sádicos, o extremadamente frívolos y nos quedamos con
los chismes superficiales, o somos rematadamente irresponsables y vivimos al
día y después se verá, o esta vez creemos que ser ciudadanos es aguantar lo que
venga hasta el 10/12/2015.
No tengo la respuesta. La encuestadora Isonomía dice que
más del 90% de los argentinos cree que el estado debe regular desde “algo” a
“todo”. Y la lucha contra el populismo en el que caemos con pasión electoral, es muy difícil de
erradicar. Sebrelli dice que el 4/6/1943 se plantó una semilla de populismo en
tierra fértil y hoy el árbol tapa el país.
Deberíamos hacer un esfuerzo y tratar de averiguar
realmente como somos. No sea cuestión que nos ilusionemos con un cambio. El
cambio tendría que empezar en nosotros: elegir un programa de gobierno
encarnado en un equipo liderado por una persona y no volver a elegir una
persona con un logo conocido detrás.
“Si los pueblos no se ilustran, sino se vulgarizan sus
derechos, si un hombre no sabe lo que vale, lo que puede y se le debe, nuevas
ilusiones seguirán a las antiguas, ( … ) y será tal vez nuestra suerte, mudar
de tiranos, sin destruir la tiranía”.
Mariano Moreno, ¡1810! Pasaron 214 años. ¿Aprendimos?
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