La ambivalencia que se vive en el país desde hace tiempo se sintió de una manera muy especial esta última semana. La cercanía de las elecciones primarias en agosto aceleró la agenda política de los partidos opositores y el gobierno, que se mantuvo abstraído en la confección de una estrategia electoral, lejos de percibir el alto acatamiento del paro agropecuario.

Esto fue reconocido por la misma Comisión de Enlace, que aseguró que la medida fue contundente y pidió al gobierno nacional que escuche los pedidos del sector. A través de un comunicado las cuatro entidades destacaron que “la medida de fuerza demostró el hartazgo de los productores con las políticas oficiales. En este contexto, esperamos que la señora Presidente y sus funcionarios escuchen y resuelvan los gravísimos problemas que sufren el campo y el interior y que no se solucionen con fotos, mentiras o presiones, si no realizando los cambios correspondientes”.

Estos cambios implican “enfrentar la inflación, la suba de los costos, la enorme presión fiscal y la minada competitividad”, según detalla el documento; al que también se podría agregar el abandono de las intervenciones distorsivas del mercado. Y si hacen falta pruebas de la necesidad de dejar libre al mercado para que actúe, alcanza con analizar lo que está sucediendo hoy con el trigo. El cierre de las exportaciones – o la apertura a cuentagotas y discrecional- generó una escasez del cereal y un alza importante de su precio, que está por encima de los US$ 500 la tonelada.

Al revés de lo que pretendía el gobierno (recordemos: Cuidar la mesa de los argentinos), el aumento comenzó a impactar con alzas directas en la harina y los productos panificados. El rubro panificación, cereales y pastas, que tiene una ponderación de 7,14% en la confección del índice de precios al consumidor registró alzas de 5,5%, de acuerdo al último relevamiento de la consultora Elypsis, en la semana del 10 al 17 de junio.

Esto fue confirmado por distintos centros de panaderos que advirtieron que el incremento  de precios al consumidor se aceleró en mayo y en junio principalmente, cuando la bolsa de harina aumentó alrededor del 60%.

En tanto, los partidos políticos estuvieron ocupados en el armado de las listas de candidatos para las elecciones legislativas y el diseño de las campañas, del que se dice tuvieron una activa participación la Presidente, su gabinete y los gobernadores.

Esto demuestra las diferentes percepciones del conflicto. Mientras el campo cree que lo que está en juego es la producción del país, el Gobierno pone las fichas en la retórica.