Podemos estar asistiendo a una gran mentira, destinada a confundir a quienes deben votar en las próximas elecciones parlamentarias y luego en las presidenciales de octubre de 2015.

Todo estaría planeado para que el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, aparezca enfrentado con el gobierno federal. De ese modo quien quiera votar contra el oficialismo pero tenga ideas políticas peronistas, se sentirá inclinado a hacerlo por Scioli, creyendo que vota contra el kirchnerismo. Igual consecuencia tendrá la candidatura del Intendente Massa, que hay que recordar que fue ministro del kirchenrismo, de donde su oposición no será tal. En ambos casos hay motivos para sospechar que no serán opositores cabales pues tienen compromisos con el gobierno.

Es cierto que las lealtades políticas no son permanentes y que las ideas, conductas y compromisos de los políticos suelen cambiar; pero de allí a asumir que el gobernador Scioli es un candidato independiente del kirchnerismo, es, por lo menos, dudoso.

Un hombre que llegó a la política de la mano de Menem; que luego, mudando de patrón, se sometió a la tiranía de Kirchner y Fernández de Kirchner, soportando indecibles agravios, que aun ahora sufre, no luce, precisamente, como alguien capaz de liberarse de las cadenas a las que se sometió. Después de tanto oprobio y habiendo colaborado y consentido todas las acciones políticas gubernamentales desde 2003, ¿puede inspirar la confianza necesaria para figurar como opositor?  ¡Zarandajas!

¿Alguna vez se opuso a las políticas oficialistas? ¿Alguna vez expresó disidencias con las leyes inicuas sancionadas por el gobierno nacional? ¿Que hizo para siquiera cuestionar la sarta de disparates que hoy agobian a la ciudadanía? (confiscación de las AFJP y uso de sus recursos con fines clientelares; derogación de las leyes sancionadas por el Congreso y convalidadas por la Corte Suprema destinadas a la reconciliación de los argentinos, la confiscación de YPF, el ataque a la justicia y a la prensa, el pacto con Irán, las alianzas con regímenes tiránicos, la prohibición de disponer de los ahorros de la forma que cada uno decida, el desmantelamiento de la defensa nacional, y la ausencia de una política destinada a combatir el delito, entre tantas otras calamidades).

Y además de “pasos de minué” respecto de acuerdos y desacuerdos, alianzas y rupturas, gestos simbólicos sin valor o trascendencia, armado de fotografías y partidos de futbol, ¿qué hace el gobernador Scioli? ¿Gobierna? ¿Ha mejorado en algo la seguridad, la educación, la salud pública en la Provincia de Buenos Aires?

En realidad se parece más al personaje de aquella película protagonizada por Peter Sellers, obra del autor Jerzy Kosinski, titulada Desde el Jardín, en la que un simple jardinero que habita la casa de un personaje desparecido, dice constantes disparates que son “interpretados” como genialidades por sus interlocutores, políticos, empresarios, intelectuales.

Si Scioli quiere ser candidato independiente del gobierno nacional, deberá decirlo expresamente, comprometiendo su palabra en propiciar la enmienda de todos los estropicios causados por el kirchnerismo y convocando a otros sectores capaces de recuperar el régimen republicano.