Argentina y su zona de desarrollo próximo
José Verón

Se ha dedicado a investigar en las ciencias sociales, especialmente en el derecho, la economía, la administración, la psicología social y  el periodismo.  Su actividad principal es la docencia, en la que ejerce desde 1997, y la mediación, desde 2002.



      Zona de desarrollo próximo (ZDP) o proximal es una conceptualización del psicólogo del aprendizaje ruso L. Vigotzky (1896-1934), famoso por ser opuesto en polémica a J. Piaget (1896-1980), el otro gran psicólogo del aprendizaje. Para Vigotzky, para planificar bien la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje, es clave estimar de manera adecuada la zona de desarrollo próximo del aprendiz.

             La zona de desarrollo próximo es el área de aprendizajes a la que el aprendiz, dada su mayor o menor madurez evolutiva, previsible y probablemente podrá acceder, para diferenciar de aquella otra área de aprendizajes que, por los mismos fundamentos, es muy lejana o muy improbable en el aprendiz, aunque lo asista una persona más capacitada. Es como, por así decirlo, el “próximo paso” previsible en la historia de aprendizajes de ese aprendiz o de esos aprendices.

        Si planificamos y estimamos bien y adecuadamente la zona de desarrollo próximo, el proceso de enseñanza-aprendizaje gana en eficacia, al concentrar y focalizar las energías y los esfuerzos, y evitar derrocharlos en metas muy ambiciosas pero quizá algo inasequibles.  
        
     De esta conceptualización, a veces, se ha tomado, más difundidamente, la noción de la astucia de quienes, en lo personal, lo profesional, y hasta lo socio-político, como policy –makers, tienen la habilidad y la destreza de saber ir, algo disciplinadamente quizá, paso a paso, por el próximo escalón de “avance” y progreso.
 
      ¿Podemos aquí pensar en una falencia tal vez de nuestros policy-makers? ¿Y hasta de nuestros policy-advisors? ¿Se toman las decisiones políticas y socio-económicas pensando en la eventual zona de desarrollo próximo que pudiera haber? ¿O la toma de decisiones es más voluntarista?
 
       Y esta es una cuestión no menor en el ámbito político y económico latinoamericano. ¿Por qué tenemos que ir “de acá a la China” en cada curso de acción que emprendemos, en lo político y en lo institucional? Porque a nuestra dirigencia esta conceptualización de la ZDP no parece que le sentara muy bien. Al querer avanzar tanto, de una sola vez, en cada curso de acción que emprendemos, muchas veces nos tensamos y frustramos, y también dilapidamos recursos y esfuerzos innecesaria e inútilmente, generando expectativas desmedidas, riesgos, incertidumbres y complicaciones.
 
      Por ejemplo, ¿Por qué, en lo económico, nuestra historia económica está plagada de saltos devaluatorios? Si, por ejemplo, al momento presente, estamos casi todos de acuerdo que es necesario devaluar, ¿Por qué tenemos que hacerlo tan abruptamente?
 
            Porque, más allá de los argumentos, económicos y de todo tipo, que ciertamente los hay en todo sentido, y muy atendibles, está el ejemplo de la reciente “Quantitative Easing” de la Fed de EEUU, que fue relajando y reduciendo  los tipos de interés gradualmente. De esta manera se promovió la actividad económica  y empresarial pero también se evito y abortó cualquier pernicioso brote inflacionario.
 
        Si necesitamos, que los tipos de interés bajen, para favorecer la inversión y la actividad de las empresas, y, quizá también, que el tipo de cambio suba, para ayudar a las exportaciones y también cubrir un poco el mercado interno, ¿Por qué no hacer como la Fed, que hizo algo de esto gradualmente, y evito, en buena medida, los costos negativos asociados típica—y quizá necesariamente—a estos procesos? En Europa está bajo estudio esta política por el banco central europeo (BCE).
 
       En lo institucional, si queremos potenciar el crecimiento económico y el desarrollo económico y social, ¿Es lo más indicado, es necesario trasladar la capital federal a Viedma-Carmen de Patagones o a Santiago del Estero? (¡) ¿En esto concentraremos los esfuerzos?
 
        Si, al momento del diseño de las políticas públicas, estimamos bien su alcance, sin sobre-estimar nuestro locus de control, ni tampoco con un—irracional—optimismo en la toma de decisiones, quizá—solo quizá-- tomaremos decisiones político-institucionales y socio-económicas algo menos ambiciosas y abruptas, pero mucho más asequibles, realistas y—muy importante—seremos auto-eficaces, personal, social y comunitariamente, como país. Tengamos en cuenta y pensemos en la zona de desarrollo próximo. 
 
 

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