Responsabilidad social empresarial
Ernesto Selman
Vicepresidente del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), República Dominicana.


El tema de la responsabilidad social de los emprendedores ha estado de moda durante los últimos años en todo el mundo.  Se asume como responsabilidad social las actividades que pueda hacer una empresa para “ayudar” a personas o grupos de la población en necesidad de algún bien o servicio; también, se usa el medio ambiente para reflejar que una empresa es responsable.  La realidad es que las empresas utilizan muchas de esas actividades de “responsabilidad social” como mecanismo para publicidad y mercadeo de la empresa y/o sus productos.

La razón principal por lo cual se ha exigido este tipo de “responsabilidad social” a las empresas es la concepción errónea de que los emprendedores y empresas son explotadores de consumidores y trabajadores.  Mientras esto es una realidad para mercados donde la competencia es limitada y existen privilegios monopólicos, en una verdadera economía de mercado las empresas están sometidas a las decisiones de las mayorías, los consumidores.  La competencia impone límites para: 1. Establecer precios de productos a vender; 2. Pagar salarios según el aporte de los trabajadores; y, 3. Pagar precios de insumos según los requerimientos de otros. La responsabilidad social en una economía de mercado surge espontáneamente y todos los participantes en los procesos productivos salen beneficiados.

 

Satisfaciendo a consumidores

El emprendedor está a expensas de los consumidores para obtener ganancias empresariales, dado que los consumidores tienen la opción de comprar o abstenerse de comprar.  También, están guiadas por la competencia que impone límites a sus acciones.  En ese sentido, el emprendedor debe asegurarse que está proveyendo bienes y servicios que satisface a personas, con estructuras de costos que permitan competir en precios.

La obtención de ganancias empresariales en una economía de mercado refleja que el emprendedor está satisfaciendo a clientes y aprovechando bien factores de producción, que son limitados.  Por otro lado, la obtención de ganancias empresariales significa que habrán nuevos recursos disponibles para iniciar nuevos proyectos de inversión que a su vez producen más bienes y servicios, creando empleos productivos adicionales.

 

Empleando personas y mejorando capacidades

Todo proceso productivo requiere mano de obra en todas las etapas de la producción para llevarse a cabo.  Uno de los aportes más importantes de los emprendedores y las empresas es generar puestos de trabajo que sirve a personas para generar ingresos que de otra forma no generaría. En las economías de mercado más avanzadas los ingresos que genera el promedio de las personas son muy elevados, comparado con un país de ingresos bajos.  La diferencia de una economía avanzada con las demás es que se ha permitido que funcione la economía de mercado, donde los emprendedores pueden invertir capital, que requiere mano de obra para funcionar.

Por otro lado, la historia demuestra que es, principalmente, a través de las empresas que las personas adquieren conocimiento y experiencia para desarrollar labores que le ayudan a generar algún ingreso.  Las empresas (formales) tienen un incentivo claro para que sus trabajadores estén capacitados para realizar mejor sus labores porque de lo contrario, la competencia puede provocar que asuman pérdidas.  Por esto es que las empresas proveen entrenamiento en el trabajo y se aseguran que sus empleados estén en óptimas condiciones de salud.  Esto forma un círculo virtuosos donde, si el empleado es aplicado, puede mejorar su salario porque aportaría más.

 

Desarrollando proyectos competitivos

La verdadera responsabilidad social de un emprendedor en una economía de mercado es desarrollar proyectos que sean competitivos a nivel internacional.  La pena es que muchos “empresarios” buscan privilegios por límites a la competencia, exenciones de impuestos y contratos con el gobierno para obtener ganancias pseudo-empresariales.  No se obtienen beneficios de un sistema que promueve el tráfico de influencia y otras formas de corrupción, por un lado, haciendo grandes donaciones, actividades y eventos sobre temas sociales, por el otro.

La responsabilidad social de los emprendedores debería ser: exigir a las autoridades de turno que impongan reglas de juego equitativas para todos los participantes en el mercado, sin privilegios ni prebendas.  La responsabilidad social en una economía de mercado surge espontáneamente y se enfoca en invertir para crear procesos productivos, producir bienes y servicios que puedan satisfacer a los consumidores y generar empleos, entrenando a trabajadores y buscando que éstos se mantengan saludables.  Si las empresas quieren hacer trabajo de ayuda humanitaria, bienvenidas.  Pero, si esas actividades se hacen con bombos, platillos y cámaras se convierte en actividades de publicidad y mercadeo.

Al obtener ganancias empresariales bajo un ambiente de competencia se generan nuevos recursos para la inversión que ayuda al círculo virtuoso de generación de riquezas, única vía para reducir la pobreza y el desempleo.  Lo idóneo es crear un ambiente propicio para el emprendimiento, eliminando barreras a la inversión y adoptando políticas públicas que reduzcan el costo de vivir y hacer negocios en una economía. Estas son tareas pendientes en la República Dominicana. 
 

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