Aunque parezca que muere, la Justicia resucita
Humberto Bonanata

Director de Notiar. Premio a la Libertad 2012, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



“Esta gente ha hecho en un gobierno democrático cosas que no se animó a hacer la dictadura; éste es un gobierno de ladrones”
- Julio César Strassera (1933-2015)
 
Para la diputada Elisa Carrió: "La designación de Wado de Pedro (como Secretario General) es producto de haber negociado con el juez Rafecas la desestimación de la denuncia del fiscal Nisman y de la acusación de Pollicita, ya que éste estaba acusado ante el Consejo de la Magistratura por su actuación en el caso Boudou".
"Lo único que falta que la Presidente diga ahora que Nisman se suicidó porque no tenía pruebas"
 
La diputada también apuntó contra Aníbal Fernández, el designado nuevo jefe de Gabinete en reemplazo de Capitanich. "Él es un hombre investigado y sospechado en diferentes causas, como la de la mafia de la efedrina y la narcocriminalidad", aseguró Carrió.
 
El mejor calmante a la denunciada por Carrió “puesta en comisión del fuero federal” fue el analgésico que aplicó Daniel Rafecas al desestimar “in límine” la denuncia por encubrimiento agravado de Irán realizada por Nisman cuatro días antes de su muerte y sólo horas antes de exponerla ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados.
 
El fuerte rumor que resonaba en la Casa Rosada el jueves era aplicar un Decreto de Necesidad y Urgencia para intervenir inconstitucionalmente el fuero político de la justicia argentina.
 
Carrió lo sabía y tuvo la valentía de denunciarlo para abortarlo. Al ser preguntada si los demás candidatos opositores también lo conocían supo responder jocosamente: “Me imagino que no, por eso están tan tranquilos” (sic).
 
Cierto que hoy ante su última Asamblea Legislativa, CFK se mostrará más aliviada para exponer durante aproximadamente cuatro horas los doce años de “ingestión K”.
 
Nada hablará sobre el aumento exponencial de los índices de criminalidad; de las fronteras inexistencias para contrarrestar el afianzamiento del narcoestado; de la bomba latente cambiaria y de subsidios; de los acuerdos políticos con países totalitarios como Rusia, China y Venezuela; del aumento del índice de mortalidad infantil; del abandono prematuro de los adolescentes en la escolaridad secundaria, ni del poder omnímodo que hoy goza César Milani como lo fuera Massera para Isabel Perón.
 
Difícilmente hable de la muerte de Alberto Nisman, más cercana a una operación de inteligencia que a un suicidio voluntario. Es más, cuanto más perdure la “nube de la duda” más retrasará el lanzamiento de las campañas electorales de la oposición, que tampoco logra salir de la estupefacción del magnicidio.
 
También es cuasi imposible que sugiera citar a indagatoria a Diego Lagomarsino o investigar los datos antropométricos de la mujer calcinada a metros de la casa del fiscal muerto.
 
Retomando el “fallo analgésico” de Rafecas, juez denunciado por el Tribunal Oral Federal que absolvió de cuajo la falacia de las inexistentes coimas del Senado, operación realizada por Alberto “Rasputín” Fernández, su pareja Vilma Ibarra y su cuñado “putativo” Aníbal en los comienzos del régimen que, bajo la legitimidad de origen que otorga el voto soberano, perdió su legitimidad de ejercicio en cualquiera de los flancos políticos y judiciales que se lo analice.
 
La firma del dictamen de Rafecas ante las organizaciones de la comunidad judía argentina, en un documento fechado en enero bajo feria judicial, tuvo que ser salvada en la foja posterior.
 
Los mismos que decían que la denuncia de Nisman había sido redactada por  Stiuso, hoy no saben cómo justificar que Rafecas haya escuchado las novecientas horas de grabación aportadas por Nisman y afianzada por Pollicita, ni discriminar una a una, las cuarenta pruebas exigidas por el fiscal actuante, todo ello en sólo diez días.
 
El entorno presidencial sabe que “el efecto analgésico” durará como máximo hasta las 09.30 horas del jueves, hora en que vence el plazo para apelar ante la Cámara Federal por parte del fiscal Pollicita y que será recibida por el fiscal de segunda instancia, Germán Moldes.
 
No es de descartar que la Cámara Federal se tome su tiempo ¿electoral? y obligue a Rafecas a retomar la causa y producir la prueba solicitada por Pollicita.
 
Y lo más difícil será estar en el pensamiento de hoy de CFK cuando por última vez vea reunida la Asamblea Legislativa, esta vez custodiada por “el ejército milanista” hecho que motivara que todos los jefes opositores de ambas cámaras se sienten uno al lado del otro para establecer una retirada ordenada si brota en el consciente presidencial el “síndrome de Hubris”.
 
Ni la cavidad cerebral satisfactoriamente realizada por el Dr. Facundo Manes ante el hematoma subdural que padeciera la primera ciudadana, ni un Congreso Internacional de Psiquiatría podrán dilucidar en el corto lapso que la separa de la Justicia, cuál será la actitud de una mujer que sabe que el 10 de diciembre es su fin de ciclo político y el comienzo de su largo padecer tribunalicio.
 

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