Los argentinos y la ley de Sutton
José Verón
Se ha dedicado a investigar en las ciencias sociales, especialmente en el derecho, la economía, la administración, la psicología social y el periodismo. Su actividad principal es la docencia, en la que ejerce desde 1997, y la mediación, desde 2002.
Sutton fue un célebre ladrón de bancos, que
lego, especialmente a la medicina, el concepto de “descartar primero lo obvio”
(¿Por qué roba bancos? –Porque allí hay dinero, se dice que contesto).
Con esto se quiere en general decir que, en un diagnostico medico o también
psico-medico, con anterioridad a proceder a averiguar, si se dan los indicios y
los indicadores de una patología compleja, habrá primero que cerciorarse y sondear
si no se está ante un cuadro más simple, descartar esto primero. Si Ud. cree
que tiene pulmonía, vamos con calma, quizá solo tenga un resfriado.
Lo primero es descartar lo obvio, lo evidente. Solo “después”,
habiéndose cerciorado de que lo obvio es descartable, y está descartado,
avanzamos mas, damos mas pasos, y buscamos e indagamos en causalidades y
problemáticas más profundas, duras y complejas. ¿Ud. escucha voces? Si, puede
ser grave, pero, primero, contésteme esto: ¿Sus vecinos escuchan radio a alto
volumen todo el día?
De estos asertos provenientes de Sutton—la
“ley de Sutton”-- se tomo, más difundida y genéricamente, la noción de que, en
todo análisis de la realidad, por cierto múltiple y cambiante, y de sus
variadas facetas, ante un problema o un conflicto, antes de buscar causas más
duras y profundas, primero veamos si podemos descartar lo obvio y lo evidente.
Solo allí, descartadas estas primeras causas, más probables, que tienen un
“prius” lógico, avanzamos en la busca y el sondeo de causas más duras,
rebuscadas, y más graves. Si vamos a analizar una conflictiva o una
problemática, social o institucional, simplifiquemos; primero veamos si estamos
en condiciones de descartar lo obvio y lo evidente, y veamos si el análisis no
acaba allí, sin necesidad de más prospectivas.
Esto también nos arroja alguna luz acerca de nuestra realidad
económico-social y político-institucional y jurídica. Muchas veces los
argentinos nos enfrascamos en cuestiones y discusiones algo bizantinas, y no
damos primero, como sería lógico, este paso: descartar primero lo obvio y lo
evidente, como primer paso de un análisis serio de la realidad. Los argentinos,
muchas veces, vamos directo a lo complejo, sin dar primero una pasada por lo
simple; complicando innecesariamente las cosas y los análisis.
Por ejemplo, si hay inflación, será culpa de la “estructura productiva
desequilibrada”, o de altas conspiraciones y contubernios mundiales e
internacionales, y no, quizá, simplemente porque se está haciendo mucha emisión
monetaria, o de alguna forma, se está expandiendo mucho monetariamente, como en
un primer análisis sería, ciertamente, más probable. Pero a veces se va tras la
causalidad y la etiología más rebuscada y compleja, sin analizar primero, si la
cuestión no será, quizá, más obvia.
O si hay desempleo, quizá se trate de que la legislación laboral, no
este presentando suficientes regímenes promocionales, o que, considerados en su
totalidad, los costos y cargas laborales están resultando quizá algo altos,
pero a veces se prefiere pensar en maquinaciones maquiavélicas de los
empresarios, o que están reduciendo los volúmenes, porque en realidad no tienen
tanta necesidad ni intención de vender y facturar, etc.
Si hay déficit presupuestario,
se tiende a pensar que es que se están cobrando pocos impuestos, no—tal vez—porque
el gasto publico esta desmadrado, haciéndose cargo de todo tipo de asuntos y
cuestiones, y se gasta, mucho más de lo que se puede, de manera razonable,
legal y constitucional, recaudar
Si no se registra, o baja mucho, el crecimiento económico, medido a
través del PBI, no es que la productividad media de la economía esté muy baja,
maniatada por todo tipo de cuestiones y regulaciones económicas, legales e
institucionales, sino que, internacionalmente, a la Argentina le bajaron el
pulgar y la están perjudicando adrede, los grandes centros de poder, la
“sinarquía” internacional. O si somos más sofisticados quizá podemos pensar
que, si hay recesión o desaceleración, la causa hay que buscarla en nuestro
subdesarrollo secular, que impide eficientemente las posibilidades y
potencialidades de crecimiento económico
Tengamos en cuenta la ley de Sutton: descartemos primero lo obvio, lo evidente.
Después serán—quizá, solo quizá---mas pertinentes y atingentes los raciocinios,
las razones, los razonamientos y hasta las—también-- racionalizaciones más
elaboradas, sutiles y complejas.
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