Todos somos responsables
Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


Argentina está mal. Objetivamente, sin ideologías partidarias, la inflación es altísima (en un mundo sin inflación salvo escasas y lamentables excepciones); la inseguridad es una pesadilla común a todos los ciudadanos de bien; se importa petróleo y gas, que el país tiene. Cepo al dólar lo que se traduce en dólar oficial, blue, turista, ahorro y contado con liqui.
 
La energía es un problema, cortes de luz, ende falta  de agua; los gremios de pie exigiendo paritarias libres, sin techo; el poder judicial en la picota y casi al servicio del ejecutivo; mayorías gubernamentales en las dos cámaras, por lo tanto al servicio del ejecutivo; la corrupción denunciada sideral, pero sin su condigno castigo.
 
Los índices económicos son todos negativos. No hay inversión extranjera. Las reservas son pobres, y el porcentaje de pobres está en el 25%. Argentina tiene problemas con casi todos los países “normales” y es amiga de, Irán, China, Rusia, Cuba, Venezuela y más. Está mal. Sin embargo el supuesto representante del gobierno, Scioli, va 1°en las encuestas. ¿Por?
 
Perdón, pero en el país de *“Etiquetas a los hombres”, aunque sea mujer, me siento en la obligación de aclarar que he sido gorila hasta Menem, de Menem en más no he sido, ni seré peronista, pero he dejado de ser furiosamente anti peronista. Aclaro, para evitar etiquetas.
 
Hablar con cualquier anti K, somos muchos, y la culpa de todo la tiene el peronismo.  Y es cierto que el PJ tiene enormes culpas, en particular entre 1946 y 1955. Fue un gobierno fascista, autoritario, adoctrinando alumnos desde la primaria, personalista al máximo. Cerró 70 diarios, se preocupó de echar a los empleados estatales que no se plegaran al partido, se persiguió a todo aquel que no fuera PJ. La economía, un desastre.
 
Y el Perón del 73, “el león herbívoro”, el del abrazo con Balbín, el que echó de la plaza a “los estúpidos imberbes”, o sea los montos que él había alimentado desde Puerta de Hierro, el que llegó con López Rega a cuestas y permitió la Triple A, es más aceptable, pero no es exactamente, ideal.
 
También hay que reconocer que sacó de la oscuridad a personas que las otras personas no sabían que existían, o pretendían ignorarlas. Les dio dignidad, los hizo visibles, desde el estatuto del peón, a los servicios sociales. Y aclaremos, a los sindicalistas los subió al balcón, les palmeó la espalda, los halagó, pero no les dio plata para manejar. Eso empezó un poco con la ley de asociaciones profesionales de Frondizi, y los hizo millonarios Onganía, al entregarles las obras sociales. Con lo que los atornilló en sus puestos.
 
Más malo que bueno es mi balance. Pero… el PJ, en todas sus variantes y entran todas (“es como el agua, toma la forma de lo que lo contiene” decía Goethe de un personaje), llegó al poder a través de los votos, nunca de un golpe de estado. Entonces el problema no es el PJ, el problema es la sociedad que los vota. El PJ viene a ser el emergente de una patología social, que no tiene contrapartida.
 
Me hago responsable de la cuota parte que me corresponde. Desde 1945, la oposición, la de todos los partidos que no son el PJ, ¿qué ha hecho para enamorar, convencer y hacerse votar por la gente? ¿Por qué, siendo tan malo el PJ, tan tóxico para el país, los otros partidos no logran vencerlo? Algo falla de este lado. Basta de echarle la culpa al otro. Eso es fácil. Tenemos que hacernos cargo. No hemos sabido generar entusiasmo, credibilidad, pasión.
 
Mientras sigamos echándole la culpa al PJ de todo lo que nos pasa, desde Menem, pasando por Duhalde, a Kirchner y su mujer, mientras lleguemos a achacarle el fusilamiento de Dorrego, no vamos a salir de la eterna amenaza del PJ en el poder y el miedo a que no sea poder,  porque en ese caso no se puede gobernar. No es cierto. Se puede, el poder se ejerce, lo hizo Néstor que llegó al gobierno con el 21,7% de los votos.
 
Si tenemos miedo, si partimos de la premisa que la gobernabilidad está en manos del PJ, ni siquiera vale la pena tener elecciones, vamos a perder y no sé si en el fondo, no queremos perder. Es más fácil criticar que gobernar. Y esta vez la mayoría de los gremios son anti K. Ni siquiera tenemos ese pretexto. Hay que preguntarse por qué parte de la oposición no se junta y terminamos con el cuento de que si se gana al PJ, no va a dejar gobernar.
 
Por lo menos, inténtenlo. Y nosotros, ciudadanos, hagamos algo. Hablemos con aquellos a los que pensamos votar y digámosle lo que pensamos de la “pureza ideológica” (¿qué es eso?, la pregunta es para Durán Barba). Hay que ser gobierno, no es fácil, pero se puede. Terminemos con los mitos. La culpa de lo que nos pasa es nuestra. La responsabilidad, es nuestra.
 
Paso la definición de responsabilidad: 1) Compromiso de tipo moral que surge de la equivocación cometida por un individuo. 2) Es la obligación de reparar un error y compensar los males ocasionados cuando la situación lo amerite. La palabra viene del latín, “responsum”; “re”, volver atrás, repetir, y “spondere”, obligar, comprometerse.
 
“Estamos como estamos, porque somos como somos”. Responsabilidad, también implica dar respuesta. Respondamos actuando,  dejemos de lado ese bla bla que tanto nos gusta y de nada sirve. Respondamos.
 

*”Etiquetas a los hombres”, Bernardo Verbitsky, novela, 1972, Planeta.
 

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