¿Que treinta y cinco años no es nada?
Ricardo Valenzuela


Al estar terminando esta nota, me llega la noticia del rechazo de parte de Grecia al plan de rescate de la Troika. Esto es un evento que llega para imprimir un nuevo drama a la geopolítica mundial que, en estos momentos, luce realmente amenazadora.
 
Hace ya 35 años, tuve la suerte de participar en un extraordinario evento promovido por el Bank of América para analizar la problemática que los bancos enfrentaban en esos momentos. Sin embargo, el evento se convirtió en un banquete en el cual nos servía la perspectiva económica mundial. Sería la primera vez que con solemnidad me enfrentaba a la grave situación, no sólo de México, sino del mundo entero.
 
Al recordar esa experiencia pienso; “la transformación del mundo en estos años ha sido de proporciones bíblicas.” En aquellos momentos los EU eran presa del Keynesianismo y su consecuencia; Estanflación; Europa era un continente totalmente dominado por los partidos social demócratas—lo que ya provocaba su euroesclerosis; En América Latina se cocinaba lo sería la década pérdida entre guerrillas, autocracia, políticos ineptos y corruptos. El comunismo asfixiaba con su abrazo a más de la mitad de la población mundial, y la guerra fría exhibía, con sus miles de misiles nucleares activados, la fragilidad de la paz mundial.
 
Menos del 10% de la población del mundo practicaba algo que se pudiera asemejar a los mercados libres. El comercio mundial navegaba con el moto; “yo te vendo y no te compro.” En la América española nuestra religión era la sustitución de importaciones, el mercantilismo, el rentismo, el agrarismo, la economía comandada desde los palacios. En el caso de México, el petróleo provocaba que un Presidente nos arengara para administrar la abundancia. La OPEP había hecho que los EU se arrodillara, y sentenciaban ahora un mundo comandado por los sheiks y los sultanes del golfo pérsico.
 
El PIB de los EU se situaba en unos 6 Trillones de dólares y el mundial, no alcanzaba los 20. Jimmy Carter en su mensaje conocido como The Malasie, arengaba a los americanos para que se resignaran a manejar la ruina invitándolos a que aceptaran el declive del país. Japón y su capitalismo de Estado emergían como la nueva potencia económica y en opinión del infame grupo de Los Revisionistas, marcaban la ruta hacia el futuro para los países pobres del planeta, también para los EU exigiendo el cambio de rumbo.
 
Pero en un pequeño país en el extremo del cono sur de Sudamérica, un oscuro General quien, ante los ojos del mundo asentaba uno más de los gorilazos tan populares en la región, despertaba el odio de los progresistas y la sorpresa internacional cuando, luego de dar reversa al asalto socialistoide del camarada Allende, iniciaba actividades que no correspondían al pasado de los militares golpistas. Encabezando un grupo de economistas que se conocerían como los Chicago Boys, se daba al derrumbe del edificio socialista de Chile para instalar la primera economía de mercado del continente Latinoamericano.
 
Por esos días un joven desertor de Harvard de apellido Gates, se embarcaba en algo que se antojaba una locura; el inicio de una empresa llamada Microsoft. Otro joven economista llamado Art Laffer, dibujaba en una servilleta del restaurante Michael’s de Nueva York ante Robert Mundell, su famosa curva y ambos le darían vida a la novedosa teoría del Supply—Side economics. Otro miembro de los Baby Boomer de nombre Mike Milken, operando desde uno de los Banco de Inversión, iniciaba una revolución financiera para democratizar el capital a través de su invento; los bonos de alto rendimiento.
 
A más de treinta años de distancia ¿Cuál es ahora el panorama? Los EU han más que triplicado su PIB al estar arribando a los 20 Trillones de dólares. El capitalismo dirigido de Japón se ha hundido en las borrascosas aguas de las recesiones, pero siguen insistiendo en el keynesianismo. Casi el 50% de la población del mundo saborea los frutos de la libertad de mercados—incluyendo la vieja Unión Soviética y Europa Oriental, la India, y el mejor ejemplo de todos; China, sumando casi 3,000 millones de seres humanos. El PIB mundial ha llegado a los 74 Trillones de dólares. El intercambio comercial del mundo ha explotado.
 
Sin embargo, Europa de nuevo emite los gemidos de su euroesclerosis con el declive de su población, sus 35 horas de trabajo a la semana, SU KEYNESIANISMO y cuetes como Grecia explotando. Japón continua sufriendo su crecimiento raquítico. Los EU, después de haber triplicado su PIB arribando a 19 Trillones, ha caído en manos de un grupo de socialistas y fanáticos que, tirando la constitución a la basura, le están infringido graves  heridas que tal vez nunca puedan sanar.  Rusia y China se disponen a retar el predominio mundial de los EU. 
 
En estos últimos treinta años ha surgido un fenómeno que en aquella época se antojaba imposible y que cambia las perspectivas del futuro geopolítico del globo. Las tres regiones del mundo en las cuales el comunismo y socialismo asomaban sus garras en una amenaza apocalíptica, lo han tirado por la borda abrazando un capitalismo amenazante. Rusos, americanos, chinos ya no compiten por la dominación militar, geográfica e ideológica, ahora compiten por los mercados del mundo. Algunos exhibiendo su miopía, todavía agreden buscando nuevos territorios. EU permanece en silencio.
 
Entre un clamor mundial ante graves enfrentamientos étnicos, conflictos regionales, terrorismo, narcotráfico; Los países desarrollados hacen a un lado sus ambiciones militares, territoriales, y ahora luchan ya no por control político, sino por un pedazo mayor de ese gran pastel mundial; la riqueza que se genera en estos momentos. Estamos arribando a un mundo en el cual los activos más importantes son los menos tangibles—en el cual la tierra es menos importante que gente educada; en el cual los inventarios de productos, capital y mano de obra, son menos importantes que el control de sus flujos, en el cual los intereses parroquiales son menos importantes que la economía mundial como un todo.
 
De la misma forma que algunos eventos ocurridos en el siglo XIX, como la independencia y nacimiento de los EU sentaron las bases para el desarrollo de los pueblos en los siguientes doscientos años; en estos momentos, con estrategias diferentes, se mueven de nuevo las piezas de este ajedrez mundial que deba dictar el rumbo de la humanidad en los siglos por venir. Un nuevo tipo de nación está ya emergiendo. Un concepto de estado ágil, delgado y de un total abandono de la agricultura y la manufactura, pero con grandes capacidades de liderazgo, con fórmulas financieras novedosas y de gran creatividad para poder controlar activos en cualquier parte del planeta.
 
¡En la segunda parte analizamos China. Tercera; La India. Cuarta; Rusia!. Y el nuevo estadio mundial del siglo XXI.
 

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