Una nueva campaña electoral comienza
Claudio Chiaruttini
Politólogo y destacado periodista.


Una vez que finalice el recuento de los votos, una nueva campaña electoral comienza. Mañana, con los primeros números serios sobre la preferencia de los votantes, los candidato y los equipos de campaña sabrán si acertaron, o no, con la estrategia, con el mensaje, con las alianzas que negociaron. Ya no habrá excusas y, en muchos casos, ya no se podrá volver para atrás ni solucionar los errores cometidos en los últimos 6 meses.
Para Daniel Scioli no es lo mismo si el candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires por el Frente para la Victoria es Aníbal Fernández o Julián Domínguez, en especial si los próximos dos meses tiene que salir a buscar votos independientes y de las clases medias y altas. El costo en votos del actual Jefe de Gabinete para el ex campeón motonauta puede ser de hasta 5 puntos porcentuales, según los primeros estudios que realizaron consultoras cercanas al Gobierno.
Si bien la “Madre de todas las Batallas” se pelea en la Provincia de Buenos Aires, los votos que se sumen en el interior son muy importantes. En 1983, los 6 distritos más importantes, incluyendo Buenos Aires, equivalían a 74% del total, hoy llegan a 66%, una diferencia que no es menor y que confirma la necesidad de tener buenas fórmulas en el interior.
Una diferencia de votos importante le permitirá a Daniel Scioli trabar una relación diferente con Cristina Fernández y con el kirchnerismo ortodoxo, mientras que una escasa distancia con el 2do. más votado lo podría debilitar, dado que debería recurrir a la Presidente de la Nación para potenciar su caudal electoral en la 1ra Vuelta.
En el peronismo, se negocia diferente desde una posición de fuerza que desde una debilidad. Los peronistas se ordenan detrás de quién suma votos, mientras que una escasa potencia electoral abre la posibilidad de que aparezcan competidores en el corto o mediano plazo. Y como Daniel Scioli quiere ser Presidente de la Nación, los resultados de las PASO, Primera Vuelta y, si es necesaria, Segunda Vuelta, establecerá las condiciones de legitimidad y gobernabilidad que gozará si logra su meta.
Daniel Scioli encaró, desde el comienzo, una campaña personalista e individual. Recién cuando Cristina Fernández lo “bendijo” se encaró una campaña con el Frente para la Victoria, por eso, una abultada cantidad de votos apuntalará al candidato, mientras que un bajo resultado lo obligará a sostenerse en la estructura clientelar del gobierno y militante del peronismo más tradicional, aunque salga primero.
Para Mauricio Macri es esencial que la distancia de Daniel Scioli sea la menor posible. Debe dar la sensación de que la Presidencia de la Nación está “en la punta de los dedos”, por eso el oficialismo contará los votos candidatos presidencial contra candidato presidencial, mientras que Cambiemos apostará a sumarlos agrupación contra agrupación, para que de la sensación de mayor fortaleza y de un triunfo muy cercano.
De esta forma, durante la noche y la madrugada de hoy, el juego se llama “crear la percepción de triunfo”, por eso todos van a intentar mostrar que ganaron y que están en condiciones de imponerse o ser competitivos en la 1ra. Vuelta y, en el camino, confirmar que el escenario electoral es de polarización, para poder plantear, en los próximos 2 meses, una campaña kirchnerismo contra antikichnerismo mucho más clara y precisa.
El desafío para Cambiemos es que el más votado, casi con seguridad Mauricio Macri, según anticipan las encuestas; retenga la mayor cantidad de votos, dado que todos los estudios indican que parte de los sufragios radicales y lilistas podrían volcarse a Progresistas en la Primera Vuelta. Por eso, que la alianza tenga tres centros de reunión y que no esté previsto que Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió se vayan a reunir en la noche es una mala señal para sus votantes.
Para Sergio Massa el desafío es doble. Por un lado, debe intentar acercarse lo más que pueda a Mauricio Macri y, al mismo tiempo, debe lograr que el resultado que obtenga no hunda sus aspiraciones presidenciales para el 2019, pese a que hablar a 4 años hacia adelante en la Argentina, sea política ficción.
En el Frente Renovador apuestan a un buen resultado electoral para mostrar un importante capital político, pero desde 1983, nadie logró sobrevivir a una derrota para poder relanzar su proyecto electoral. Antonio Cafiero, Eduardo César Angeloz, Eduardo Duhalde, Ricardo López Murphy, José Octavio Bordón, Hermes Binner y Elisa Carrió son claros ejemplos de candidatos que salieron 2dos. en una elección presidencial y no pudieron volver a presentarse. Menos los que salieron 3ros.
El recuento de votos demostrará si Daniel Scioli logró ubicarse en el centro del panorama ideológico y si sus votantes creen que podrá gobernar en forma independiente del kichnerismo, si Mauricio Macri no se equivocó al confiar su futuro político al consultor Jaime Durán Barba y si Sergio Massa tiene el potencial y la fuerza que sus voceros del mundo periodístico aseguran en forma obstinada, pese a que las encuestas lo ubican con una merma de intención de votos que es indiscutible.
En el fondo, la elección de hoy demostrará si los proyectos presidenciales de Mauricio Macri y Sergio Massa son sólo propuestas distritales (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires, respectivamente) o han logrado capilarizar el interior y se asientan con la suficiente fuerza para escalar posiciones en la Primera Vuelta.
En la Provincia de Buenos Aires se pueden dar tres paradojas: que Aníbal Fernández y Julián Domínguez, sumados, tengan más votos que Daniel Scioli; María Eugenia Vidal va a tener más sufragios que Mauricio Macri, dado que va en las 3 boletas de Cambiemos y el ex gobernador bonaerense, Felipe Solá, podría tener más sufragios que Sergio Massa, lo que sería un mazazo para los planes presidenciales del tigrense.
Para asegurar los votos el PRO dice que tendrá 100.000 fiscales el radicalismo unos 70.000 y el Frente Renovador 35.000. Sin duda, un esfuerzo enorme. Pero sólo en La Matanza, el Frente para la Victoria prevé colocar en la calle unos 15.000 fiscales y más de 80.000 en toda la Provincia de Buenos Aires. ¿Cuántos a nivel país? Los cálculos más conservadores hablan de 200.000 fiscales, aunque podrían llegar a más de 300.000. Un verdadero aparato electoral, entrenado y bien pago.
Será un recuento de votos lento, complicado, lleno de sospechas y sorpresas. No hay en juego 3 proyectos presidencialistas personalistas, hay un poder que no quiere irse y otros que quieren reemplazarlo con mayor o menor fuerza para arrancarlo de sus posiciones. El peronismo quiere volver el control pleno de poder, el macrismo sabe que el desafío de la tarea por venir es enorme y el massismo lucha por su supervivencia.
Pero, en el fondo, cuando cierren las urnas, cualquiera sea el resultado y los intentos de instalación de precepciones, lo importantes es que el kirchnerismo, como lo conocimos en estos 12 años, estará comenzando a desaparecer, para convertirse en una incómoda y combativa oposición.
Cristina Fernández ubicó al kirchnerismo en las listas de las legislaturas, nacional o provinciales, y desde allí van a entorpecer a quién gobierne, sea quien sea. Pero ya no serán lo mismo. Una cosa es tener el poder y, otra, patalear desde el llano. Hoy, el kirchnerismo que conocimos, está muriendo, nace uno nuevo, que muchos dolores de cabezas causarán.
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]