Cambio Climático y propaganda K
Emilio Apud
- Ex Secretario de Energía y Minería. Miembro De la Fundación Pensar.
Francia será sede y presidirá la vigésimo primera
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático de 2015 (COP 21/CMP11), también llamada «París 2015» del 30 de
noviembre al 11 de diciembre. Se trata de una fecha crucial, ya que debe
converger hacia un nuevo acuerdo internacional sobre el clima aplicable a todos
los países, con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de
los 2º C.
En este caso, la mayor relevancia la da el hecho de
que los países miembros, más de 170, deberán presentar sus planes para reducir
sus emisiones de gases que impactan en el calentamiento global por producir el
efecto invernadero, como el CO2. Pero hay que recordar que un plan de esta
naturaleza, pensado al año 2030, tendrá sentido y credibilidad solo si
constituye una Política de Estado, ya que antes de esa fecha futura nuestro
país va a transitar por casi cinco períodos presidenciales.
Sin embargo y como ha sido habitual en estos
últimos doce años de autoritarismo, el Gobierno considera Política de Estado a
todas sus políticas fijadas en soledad y con visión cortoplacista. Ejemplos
recientes: a un año de dejar el gobierno, establece unilateralmente la política
petrolera, con la ley de hidrocarburos, y la nuclear, con China, imponiéndole a
las próximas administraciones tecnologías, precios, deudas y condiciones no
explicitadas, urgidos por yuanes que morigerarán la caída de reservas de
divisas.
Ahora, a tan solo dos meses de irse reinciden
presentando para el COP 21 de París un documento que es un panegírico
kirchnerista, en cuyo prólogo se pretende mostrar al mundo las bondades y los
resultados, imaginarios claro, del famoso modelo.
En cuanto a los objetivos que plantea, sin
información fehaciente y con hipótesis falaces, se trata de apenas un ejercicio
poco creíble de expresiones de deseo.
Así, comprometen a nuestro país a espaldas de la
política, de la comunidad científica y de las numerosas ONG involucradas en el
tema, a lograr una merma en la emisión de CO2 en 2030 del 15% sobre una emisión
teórica respecto de un escenario tendencial “Business as usual” (BAU), basado
en supuestos ficcionales, como siempre.
También proponen una reducción condicional del 30%,
pero sujeta a ayudas globales.
Es imposible obviar en esta nota alguna de las
afirmaciones del documento que lo asemejan por momentos a los discursos de la
cadena oficial, porque significan lo opuesto a lo realizado en estos doce años
de gobiernos K. Pero igual recomiendo su lectura completa en la web, y si fuera
posible compararlo con presentaciones como las realizadas por países de nuestra
región, como Perú, Chile o Méjico.
Las afirmaciones destacadas son: “Desde el año 2003
la Argentina ha adoptado un modelo económico que ha permitido articular
virtuosamente el crecimiento económico y la inclusión social. Con un Estado
activo en la promoción del desarrollo económico, en el fomento y la creación de
puestos de trabajo y en la distribución del ingreso, la mayoría de los
indicadores sociales han demostrado una evolución positiva.”
En otra parte, el documento afirma: “La prioridad
de la República Argentina es continuar la senda de crecimiento con inclusión
social que le permita incrementar el bienestar de todos los sectores de la
población, en particular de los más vulnerables”
Y, ante una realidad que indica que hoy se quema un
35% más de combustibles que en 2003 para generar electricidad, que no se
recurrió a energías renovables y que existe derroche en el uso de energéticos
por tarifas políticas, en el documento el Gobierno señala: “En el sector
energético se definieron dos ejes centrales: la diversificación de la matriz
energética y la promoción del uso racional y eficiente de la energía.”
Nuestro país significa solo el 0,8% del total de
CO2 emitido en el mundo, sin embargo al ser este un problema global y ante las
crecientes declaraciones de los principales referentes mundiales en pos de
encarar seriamente el tema del calentamiento global y el no menos importante de
la contaminación, como la Encíclica del Papa Francisco Laudato Si, la reunión
del G7 asumiendo el compromiso de abandonar el uso hidrocarburos antes de fin
de siglo y la reciente declaración de las Naciones Unidas, entre otros
pronunciamientos resonantes, debemos comprometernos solidariamente con esfuerzos
que reduzcan nuestra emisión, aunque ésta sea pequeña en términos relativos.
Esta presentación el Gobierno la realizó a espaldas
de los que pueden gobernar en el futuro, obligándolos a cumplir con el texto
del compromiso.
Será, entonces, un regalo póstumo del kirchnerismo
al próximo gobierno nacional, ya que el documento deberá ser firmado por el
nuevo presidente el 11 de diciembre, avalando de ese modo las mentiras y el
escaso rigor técnico, científico y político del mismo.
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