Cómo es el tipo de cambio en un mercado libre

José Nogueira
Corredor
de cambios socio de ABC Mercado de Cambios S.C., y ex Operador de Cambio Senior
en el Citibank N.A., Foreign Exchange Manager en The Chase Manhattan Bank y
Vice President en el Chemical Bank, en sucursales en Buenos Aires.
En el mundo coexisten diversas monedas, que sirven como
medio de pago en sus respectivos países. Y desde siempre, existieron precios
relativos para cambiar una moneda por otra, lo que dio lugar a mercados que
facilitaron dichos intercambios, al tiempo que se establecieron ciertas reglas
de juego para darle seguridad y transparencia a las transacciones.
Cada país posee una moneda que tiene un precio en
relación con las otras. En consecuencia, el tipo de cambio es el precio al que
se compran y se venden las monedas de los diferentes países del mundo en el
Mercado de Cambios (Foreign Exchange Market).
La situación ideal es lograr el equilibrio que permita
tener un tipo de cambio que promueva un aumento del comercio exterior -tanto de
las exportaciones como de las importaciones- para favorecer el crecimiento
sostenido de la economía.
En los sistemas cambiarios vigentes en la mayoría de los
países desarrollados los tipos de cambio flotan libremente, variando en función
de la oferta y la demanda. El euro, por ejemplo, es más caro en términos de
dólares cuando su demanda es mayor que su oferta. Pero aquella moneda le
costará menos a los estadounidenses cuando la oferta de euros sea mayor que su
demanda.
Aunque resulte muy difícil clasificar los comportamientos
de los operadores del mercado de cambios, hay dos clases de participantes claros:
oferentes y demandantes. La suma de las decisiones que éstos manifiesten
conforman las tendencias que siguen las cotizaciones de las diferentes monedas.
La mayoría de las monedas se cotizan contra el dólar bajo
el sistema de "cotización directa" (tantos francos suizos, yenes,
coronas suecas, pesos por dólar). Solamente en la eurozona y algunos países
como Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda (y también, lógicamente, los Estados
Unidos, en su mercado doméstico) mantienen el viejo sistema de "cotización
indirecta", expresando el cambio de sus monedas en dólares: tantos dólares
por euro, por libra esterlina, dólares australianos, etc.
Se afirma que los tipos de cambio, por ser el precio de
unas monedas con respecto a otras, deben ser el resultado de la oferta y la
demanda. Por supuesto, esto ocurre en mercados libres, sin regulaciones que
distorsionen su funcionamiento, y también con libre flotación de las
cotizaciones.
De ahí que cuando en un país se produce un mayor ingreso
de divisas (por exportaciones o inversiones del exterior) el tipo de cambio de
la moneda local tiende a bajar y, si hay más demanda (para pagar importaciones
o por salida de capitales) subirá hasta satisfacerla.
Otros
motivos
Esos no son los únicos motivos por los que se mueven los
tipos de cambio.
Las fluctuaciones pueden responder también a otros hechos
que no son originados por la oferta y demanda relacionada con el comercio
exterior y movimientos de capitales que tienen que ver con inversiones y
financiaciones. Por ejemplo, el simple anuncio de un gobierno de que combatirá
la inflación -induciendo a una suba de las tasas de interés- hará que los
operadores se anticipen a una posible alza del tipo de cambio comprando la
moneda involucrada, con lo que esa probabilidad se hará realidad con
anticipación al hecho lógico resultante (y quizá antes de que la medida sea
efectivamente anunciada y llevada a la práctica).
También pueden influir en la oferta y la demanda los
factores estacionales del comercio exterior de bienes y servicios. Y la
liquidación de divisas provenientes de la exportación de productos agrícolas
pueden, en determinado momento, aumentar la oferta en el mercado de cambios y,
al acercarse el verano, tal vez se produzca un aumento de la demanda por parte
de quienes han decidido pasar sus vacaciones fuera de su país.
Los factores que pueden provocar fluctuaciones en los
tipos de cambio, pueden ser considerados según sus influencias se manifiesten
en el largo o en el corto plazo (que ocasionan continuas y fuertes variaciones
de los precios).
Sin embargo, si los "fundamentos económicos",
como las expectativas de inflación, las cuentas públicas, la apertura
comercial, la competitividad y el nivel de la tasa de interés, alcanzan una
adecuada solidez y credibilidad, las oscilaciones del tipo de cambio no suelen
prolongarse por demasiado tiempo.
Papel
decisivo
En los países con economías modernas, la entrada y salida
de capitales tienen una importancia enorme, dado que pueden influir
decididamente en su equilibrio o provocar desórdenes fundamentales. Y en el
mercado internacional de divisas juegan un papel decisivo, dado que el 90% de
los cinco billones trescientos veinticinco mil millones de dólares (US$
5.325.000 millones) que se mueven diariamente tienen origen financiero.
Por ejemplo, cuando aparecen noticias sobre inestabilidad
política o social en alguna parte del mundo, el efecto en los mercados de
divisas es inmediato, ya que los operadores tratan de ajustar inmediatamente
sus posiciones a las situaciones cambiantes que pueden influir directa y
velozmente en las cotizaciones.
A todo esto hay que añadir la volatilidad que produce la
creciente utilización en los mercados de los llamados productos derivados
(futuros, opciones y swaps) creados para evitar y/o transferir los riesgos
originados en las fluctuaciones de los tipos de cambio.
No obstante, no hay una relación probada y clara entre la
volatilidad de los tipos de cambio y los flujos comerciales.
Éstos son los principales factores que inciden en las
cotizaciones de las divisas que se negocian en los mercados de cambio y que se
caracterizan por una creciente volatilidad derivada de la plena libertad que
gozan los movimientos de capitales, la alta tecnología que utilizan estos
mercados para la información y comunicación, la extraordinaria simpleza y
rapidez de las transacciones, la existencia de una gran variedad de activos
financieros y la importancia que han adquirido las inversiones institucionales.
Resumiendo: se puede afirmar que el mercado de divisas es
un típico "mercado-stock", influido a corto plazo por las diversas expectativas,
exageradamente sensible a los rumores y las noticias, y con ajustes de precios
de una magnitud diaria considerable y que se denomina "volatilidad".
Y en la Argentina debemos ya comenzar a prepararnos para
lo que viene.
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