El socialismo del siglo XXI
Narciso Guaramato Parra
Economista venezolano. Fue Presidente del Núcleo de Economistas del Banco Central de Venezuela.


“No soy marxista pero tampoco soy antimarxista”
(Hugo R. Chávez F.)

A finales del siglo XX, llega al poder, mediante elecciones, el Tcnel (R) Hugo Chávez Frías. El fue electo para ejercer la presidencia por los siguientes cinco años. Con un discurso duro y crítico contra los partidos políticos que venían gobernando así como del régimen capitalista, El Chavismo comenzó a transformar lentamente, pero sin pausa, las estructuras sociales y económicas de Venezuela.
En declaraciones iniciales, el Presidente mostraba una visión poco coherente. Se declaró nacionalista bolivariano, seguidor del pensamiento de Mao Tse Tung, de la tercera vía de Tony Blair, pero el 25 de febrero de 2005, en la IV Cumbre de Deuda Social, sorprende al mundo al expresar: “Si no es Capitalismo, entonces ¿que? Yo no tengo duda: es  el socialismo”.
Las bases teóricas del socialismo del silo XXI, la podemos tomar de tres fuentes: La primera corresponde Al árbol de las tres raíces conformadas por el proyecto político de Simón Rodríguez (El Maestro), Simón Bolívar (El líder) y Ezequiel Zamora (El Guerrero) 
La segunda, del sociólogo Argentino  Norberto Ceresole (fallecido en el 2003) “Nosotros estamos revisando todo el planteamiento que hace Norberto Cresole, en sus estudios y trabajo, donde habla de un proyecto de integración física de Sur América por dentro, con el análisis de que los mares son los imperios…”
“Yo creo estar inserto en una de esas corrientes: un nacionalismo latinoamericano, hacia lo nuestro. Un poco el planteamiento nuestro del que hablábamos  atrás en estas mismas conversaciones de volver a lo nuestro. Esta ofensiva neoliberal, capitalista que podemos llamarla imperial, es para tratar de borrar, con planes muy concretos, eliminar el ejército, la industria nacional, lo que llama el amigo Norberto Ceresole, -a quien sacaron de aquí esposado hace un año- meter las fuerzas armadas en la licuadora, licuar el poder nacional, económico, militar, intelectual, científico…”
  La tercera, la suministra el sociólogo y analista político alemán Heinz Dieterich, quien publicó el libro: ”Hugo Chávez y el Socialismo del siglo XXI”, como respuesta a la convocatoria del Presidente Chávez de “Inventar el Socialismo del siglo xxi” o “Socialismo de la nueva era” para ayudar  “…con una propuesta constructiva, que va más allá de la mera crítica al capitalismo global o a las interpretaciones históricas (hermeneúticas) de lo que Marx, Engels y Lenin realmente querían decir.”  
Con esta base teórica, el socialismo del Siglo XXI se sustenta sobre tres pilares: 1) La propiedad social de los factores de producción; 2) la Democracia protagónica y participativa y 3) la teoría del valor trabajo.
  La propiedad social de los factores  de producción, la cual se materializa a través de las unidades de producción Social, las cuales tienen por objeto la formación de un sistema comunal de producción y consumo, logrando que los excedentes generados por estas se reinviertan en  obras y actividades de interés social. Por definición, Las Empresas de Producción Social (EPS) “Son unidades de producción comunal […] y tienen como objetivo fundamental generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas y esenciales de la comunidad y su entorno, incorporando hombres y mujeres de las misiones, privilegiando lo valores de solidaridad, cooperación, complementariedad, reciprocidad, equidad, sustentabilidad, ante el valor de rentabilidad o ganancia.”

Se entiende por Democracia participativa y protagónica a un aiatema Democrático marcado por la participación libre y activa de la ciudadanía en la formulación, ejecución y control de la gestión pública como mecanismo necesario para lograr el protagonismo que garantice el completo desarrollo, individual y colectivo (Art. 62 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).
La Teoría del Valor trabajo, no es solamente la columna en que se basa el Socialismo del Siglo XXI, sino también del Socialismo real, que fue implementado en varios países  orientales, mostrando su incapacidad de implementación. Esta teoría nos refiere que el valor de una mercancía está en función del trabajo socialmente utilizado para su elaboración, por lo tanto, dos mercancías se pueden intercambiar entre si, si ambas tienen la misma cantidad de trabajo. Grandes  economistas, como son Ludwing von Mises y su obra “Socialismo” y Friedrich Hayek, con “Camino a la Servidumbre” han demostrado la falsedad de esta teoría
Heinz Dieterich, nos indica que el Socialismo del Silo XXI, se alanzara e tres etapas: i) La primera consiste en la superación del Capitalismo global y es la que vive actualmente y se caracteriza por la reconstrucción del pensamiento crítico: ii) La fase intermedia será una donde Coexistan los elementos de la vieja sociedad capitalista y el embrión de la nueva sociedad y, iii) La etapa final es la sociedad sin economía de mercado, sin Estado, sin Gobierno. 
En términos prácticos, el proceso de trasformación se inició con la formación de la Asamblea Constituyente y la redacción de la Constitución de 1999.
  A finales del año 2012, fallece el principal líder y promotor de la idea del Socialismo del Siglo XXI, Hugo Rafael Chávez Frías, por lo tanto se hace necesario realizar un corte para evaluar lo que ha sucedido en Venezuela.
Antes de comenzar esta breve evaluación, creemos pertinente señalar el fracaso mundial del Socalismo real. En primer lugar “no conocemos ningún sistema socialista que haya superado las críticas que dieron lugar al catastrófico derrumbe de los dos mayores expermentos mundiales, el soviético y el Chino, cuyo desenlace es un hecho reconocido amplia y generalmente.”  Y el caso venezolano no escapa a esta situación:
Javier Corrales y Michael Penford, en su magn´fico estudio de la economía Chavista , “ Un Dragón en el Trópico”. Demuestra contundentemente, como la Revolución Bolivariana se a basado en una política de distrbución de ela renta petrolera, lo cual permitió el crecimiento del Estado y la cas desaparición del sector privado ¡Claro está! Financiado por los mayores precios de petróleo (en términos nominales) de la historia. Igualmente caracterizan al gobierno del Presidente Chávez como un sistema híbrido. Este se caracteriza por ser un sistema político coexisten las prácticas democráticas y las autocráticas, En forma más precisa, un sistema híbrido se caracteriza por:Raras veces se celebran negociaciones entre el gobierno y las fuerzas de la oposición.
Seguidores incondicionales del Gobierno se colocan en cargos oficiales del más alto nivel, tales como las cortes, de forma que terminan debilitando el sistema de contrapesos.
El Estado se propone socavar activamente la autonomía de las instituciones cívicas.
La Ley se aplica principalmente para penaliar a los opositores y dfcilmente sancionar al gobierno.
El mandatario puede cambiar y pasar por alto la constitución.
El campo electoral es disparejo y e partido gobernante hace artimañas que sistemáticamente le son negadas a la oposición.
Este sistema político hibrido, a lo largo de 14 años, y de aproximadamente 10 de Socialismo, El Gobierno de Hugo Chávez se caracterizó por ser: 
Populista y Clientelista
El populismo es un movimiento político que utiliza al “pueblo” como fuente de inspiración y, por lo tanto se adjudica la representación de la mayoría de la población.
Los antecedentes se pueden ubicar en el populismo, denominado por la Dra. Nelly Arenas: “Viejo Populismo”, iniciado por dos poderosas personalidades: Getulo Vargas en Brasil y el Gral. Juan Domingo Perón en Argentina. “Casi todas las características que han sido atribuidas a los viejos movimientos o gobiernos de corte populista se reproducen en Chávez con sorprendente parecido. Así, una fuerte retórica anti statu quo y una disposición a incorporar a los grupos menos favorecidos al sistema político han sido elementos de coincidencia entre el chavismo y el peronismo. De igual modo, las políticas de injerencia en la economía, así como las de corte social, son características de este sistema. Pero aquí no se agotan las semejanzas. Si atendemos a algunos elementos, tales como la movilización popular, la dinámica carismática de liderazgo, el programa reformista más que revolucionario y una concepción del desarrollo en sentido autónomo y una preferencia por las coaliciones antes que por la acción de clases al modo marxista.
“El gasto social de Chávez, aunado a su ofrecimiento de impunidad  discriminación en el empleo, llevó a una transformación de su base de apoyo inicial, años atrás, en 1998, el movimiento había ofrecido una ideología progresista: prometía librar a Venezuela del sofoco organizacional de partidos políticos estancados y de las repetidas crisis económicas y sociales. Esta agenda a favor del cambio, sin ser radical, atrajo a la gran mayoría de los votantes. Pronto, sin embargo la agenda se tornó radical. Esta movida complacía  a la extrema izquierda, pero su costo lo evidenciaba la polarización y el alienamiento del importante segmento de votantes indecisos, quienes rechazaban ambos extremos. Las estrategias de derroche, que permitían la corrupción, la impunidad y la discriminación en el empleo, hizo que los grupos ambivalente no desertaran; permitieron al chavismo aumentar el apoyo d elos votantes más allá de lo que proporcionaban, por si solos, los grupos de la izquierda más radical”. 
  El Clientelismo consiste en un sistema o red de relaciones de dependencia personal que se desarrollan en la administración pública en general, así como en las diversas estructuras del sistema político, especialmente en los partidos políticos.
“… El clientelismo y el gasto enfocado en la pobreza interactuaban entre sí. De hecho al repetir dinero en efectivo, el chavismo logró la compra masiva de votos a la vez que distribuía los ingresos del petróleo entre los más pobres. En otros programas (barrio Adentro y Mercal), el gasto obedeció a condiciones demográficas y criterios políticos –a saber, si el Gobernador o Alcalde estuvieran o no a favor del Gobierno. En estos casos particulares, las variable de pobreza no contaban con influencia alguna en la determinación de la distribución de recursos en los estados y municipios.” 
ii) Nacionalista.
El nacionalismo es un término que surgió a finales del siglo XVIII Expresa un sentimiento de apego, compromiso e identificación con una determinada nación. Igualmente se le puede entender como el amor al suelo, la raza, la lengua y la cultura histórica común. 
En Latinoamérica, el nacionalismo ha sido utilizado como medio para aumentar el apoyo popular entorno al mandatario. Ejemplo de ello, lo podemos ubicar en la Guerra de las Malvinas, en donde el Gral. Leopoldo Galtieri, Presidente de facto  de la República Argentina entre 1981 y 198l que trató de apelar al sentimiento nacionalista del pueblo, para salir de los problemas que afrontaba, para el momento, la Junta Militar
Chávez, como buen autócrata, ha apelado al sentimiento nacionalista. Una y otra vez, mediante un discurso reiterativo, ha llamado a la unión para combatir a la oligarquía criolla, en lo interno y al imperialismo Yanqui, como factor externo, como causantes de la  mayoría de los problemas existentes en el país. Igualmente, en varas ocasiones las relaciones con Colombia, con quien compartimos una larga frontera, han estado a punto de romperse definitivamente en varias ocasiones, inclusive con amenazas de guerra.
iii) Internacional.
 El socialismo del siglo XXI, ha realizado denodados esfuerzos para salir de la frontera nacional. La creación de La Alternativa Bolivariana para La Américas (ALBA), Petroamérica, Petroandina, Petrosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y más recientemente, la entrada al UNASUR. Son ejemplo de este objetivo. Países como Bolivia, con su presidente Evo Morales, Ecuador con Rafael Correa, Argentina, con Cristina Kirchner, Nicaragua con el presidente Daniel Ortega y Pepe Mujica en Uruguay, conformaron un bloque, con Chávez, como vocero principal. Llamando a la formación de un mundo multipolar. El presidente Nicolás Maduro a continuado con esta política.
iv) Militarista
Usualmente, el término militarista es usado para destacar un énfasis en las consideraciones, espíritu e ideales y escala de valores militares. Sin embargo, aquí nos referimos con militarismo al control y proyección desmedida de  los militares sobre la vida política y civil de una Nación. 
El socialismo del siglo XXI es militarista, no, porque su principal líder haya sido un militar retirado, sino por la cantidad de militares (activos y retirados) ejerciendo puestos gerenciales de alto nivel en el sector publico. Por Ejemplo, en las recientes elecciones (2012) de los 20 gobernadores electos que tiene el Chavismo, 18 son militares. En el trabajo de José A. Rivas L., se indica como en el periodo 1998-2011, más de 50 militares, activos o en situación de retiro, ocuparon cargos de Diputados, Ministros, Embajadores y Presidentes de empresas públicas. El Tte. Jesse Chacón y el Tte. Diosdado Cabello, ambos en situación de retiro, los que han tenido una participación más activa en el gobierno
v) Culto a la personalidad.
La personalidad carismática y la capacidad comunicacional que mostró el presidente Chávez, le permitió una concentración de poder como nunca se había visto en Venezuela desde los tiempos de Marcos Pérez Jiménez. Los poderes públicos estaban sometidos al designio del mandatario, el cual actuaba más como un caudillo, sólo superado por la figura del Libertador Simón Bolívar. La figura de Chávez se puede ubicar en cartelones situados en cualquier calle del país. Incluso, después de muerto, el presidente Maduro utilizó la figura del comandante (se autocalificó como hijo de Chávez), apropiándose de unas simpatías, que por carecer de un carisma propio, no le hubiera permitido obtener el triunfo.
iV) Gestión Pública ineficiente
Para la implementación del socialismo del Siglo XXI, el chavismo promovió el crecimiento del Estado a través de la implementación de controles de precios de los bienes y servicios comercializados internamente, control del tipo de cambio, y una agresiva política de expropiaciones y, como se señaló anteriormente un fuerte incremento en el gasto público social financiado por PDVSA, la empresa petrolera nacional, la cual es propiedad del Estado.
  “Entre 1970  y 1980, las empresas del Estado y los organismos vinculados al mismo se incrementaron de unos 140 a 268; y bajo Chávez, Venezuela regresó a un tipo de estatismo similar aunque más radical de la industrialización por sustitución de importaciones, el modelo de desarrollo que prevalecía en la mayor parte de América Latina entre los treinta y ochenta. El gobierno emplea un nuevo término para este modelo económico -«Desarrollo endógeno»- pero en realidad no difiere mucho del otrora estatismo orientado hacia adentro. Se caracterizaba por la expansión del Estado en casi todos los sectores de la economía, por medio de nacionalizaciones, compra de empresas, expropiaciones, subsidios directos a ciertos grupos corporativos, créditos especiales y la expansión del gasto, al que Chávez le sumó.la regulación antagónica a los negocios. Al igual que en el pasado, estas políticas incumplieron su promesa. En el pasado, al contrario de lo que buscaban los planificadores económicos, a menudo se expandían las importaciones y la industria poco se diversificaba. Esta vez ocurrió lo mismo.” Pero, con el agravante de la escasa o nula entrada al país por concepto de inversión extranjera.
  El gobierno chavista coincidió con una bonanza petrolera, los precios superaron los 100 US$/barril, lo que generó una cantidad de recursos financieros que le permitieron intensificar la política de clientelismo político.  Sin embargo estos recursos no fueron suficientes. De 2003 a 2008, PDVSA asignó US$ 23 millardos al gasto social, lo que provocó un incremento del endeudamiento de PDVSA. A pesar de que el gasto social pretendía beneficiar a los sectores, la corrupción ha desviado cuantiosos recursos a bancos externos, en perjuicio de los programas sociales. Según cifras del Banco Central de Venezuela, los activos externos a corto plazo del sector público al cierre del primer trimestre de 2013, alcanzaron un monto de US$. 75.923 millones.
Las empresas básicas, en otro tiempo, la esperanza de cumplir con la solicitud de Uslar Pietri de sembrar el petróleo, se encuentran con graves problemas que son continuamente por sus trabajadores. Sidor, Alcasa; Bauxilum, etc. Estan en una situación tan comprometida que el periodista Damián Prat, lo ha denominado: “El Milagro al Revés”.
Como se desprende de lo comentado anteriormente, se ve bastante difícil, para no decir imposible, la implementación del socialismo del siglo XXI, sobre todo después de  la muerte de su principal líder.
El residente Nicolás Maduro, parece tener todas las intenciones de continuar con este sistema, pero el resultado obtenido en las elecciones donde fue elegido, un poco más del 50%, pone en duda el futuro del Socialismo del Siglo XXI







 

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