Fundación Atlas 1853

Campaña del miedo y kirchnerismo zombie

Julián Clancy

Lic. en Publicidad en la Universidad del Salvador. Actualmente dedicado a la administración y manejo de un establecimiento agropecuario familiar. Desde 2013, dedicado a la carrera de Técnico Superior en Administración Agropecuaria en el ISEA.

La campaña para el ballotage finalmente está tomando forma, y los perfiles de ambos contendientes están quedando cada vez más claros. Del lado ganador (a pesar de haber perdido por 2,5 puntos, por la expectativa que genera es visto como ganador), Cambiemos, liderado por Mauricio Macri, se nos va mostrando que es lo que proponen para un eventual gobierno de su partido: una administración más moderna, donde se prevé una apertura al dialogo con quien piensa distinto, respeto por las instituciones, apertura al mundo. Es decir, convertirnos en un país normal, dejar de ser la quintita privada de un matrimonio despótico aislados del mundo. Pero más interesante, es lo que se nos deja ver del lado perdedor, el frente Para la Victoria: la campaña negativa que solo busca transmitir miedo.

El resultado de las elecciones del 25 de octubre parece haber marcado el repentino fin del kirchnerismo, de forma mucho más abrupta que lo que cualquiera hubiera imaginado. Esto mostró que la mayor parte del electorado le dijo no a lo que representa el partido liderado por Cristina Kirchner, convirtiéndolos desde ese dia en una agrupación totalmente vacia de contenido e ideas, sin ningún mensaje capaz de atraer a la ciudadanía, elementos que son la escencia, la sustancia que le da vida a un partido político. Dado que todavía mantienen la “forma” de un partido, ya que tienen candidato propio, militantes, personería jurídica, etc, hoy en dia se puede hablar de un kirchnerismo zombie: Al igual que estos, parecen estar vivos y ser humanos al mantener su apariencia física, pero es solo una ilusión. No piensan, no razonan, no hablan, solo se preocupan por su supervivencia. Desde el 25 en adelante, del lado de los K, ya no hay propuestas ni diálogo, no se ofrece ninguna alternativa a la de su competencia (Cambiemos), ni soluciones a los problemas del país, la mayoría generados por ellos mismos. Su discurso se limita a un solo elemento: el miedo. Incluso hasta la apariencia formal del FPV (lo que vendría a ser el cuerpo del zombie, con restos de piel que le caen, ojos salidos, un aspecto grotesco) es decrepita. En la feroz interna que empezó al dia siguente de las elecciones, sus integrantes se acusan entre ellos de mariscal de la derrota, operar para la oposición, hasta hablan mal de su propio candidato y llaman a “votarlo desgarrado”

Este miedo que se busca transmitir a la sociedad, solo muestra el miedo que tienen ellos mismos ante la inesperada situación. Después del muy probable triunfo de Macri en el ballotage, saben que a ellos se les acaban los privilegios de vivir del estado y explotarlo como si fuera su propiedad privada. Ahora su objetivo es bien claro: buscar que la sociedad sienta el mismo temor: Si gana Mauricio se acaban las asignaciones por hijo, se bajan las jubilaciones, los sueldos (lo que fue varias veces desmentido por el mismo Macri, de hecho, en ocho años de gobierno de la ciudad nunca hizo nada de lo que se lo quiere acusar). Su campaña actual se basa solo en transmitir estos miedos, ya que es lo único que tienen para ofrecerle a la sociedad.

Aquel 25 de octubre marcó el fin de una era de confrontamiento, de “estás conmigo o sos la anti-patria” tanto entre argentinos como con el mundo. Fue de manera tan contundente que mató al kirchnerismo de un golpe seco por adentro, dejándolo sin propuestas ni ideas, solo con un enorme miedo ante su inevitable fin, que va a ocurrir incluso aunque gane Scioli, quien nunca fue el candidato que querían los K. Es solo cuestión de tiempo para que su cuerpo zombie (el Frente para la victoria como partido) termine de morir, dejando paso a una nueva argentina, donde se acepta al que piensa distinto, se deja producir al productor, y sus gobernantes se dediquen a mejorar el nivel de vida de los argentinos.