Final y comienzo
Marcelo Jaroslavsky


Anoche con un UUUFFF !!!! manifesté mi alivio por el final de un régimen.
 
Hoy siento la emoción de estar viviendo en un nuevo país.
 
No sé si me estoy reblandeciendo pero debo reconocer que me emocioné con el discurso de María Eugenia Vidal.
 
Muchas veces he repetido que nací seis meses después del golpe militar del que surgió el peronismo.
 
En consecuencia toda mi vida transcurrió, hasta hoy, en un territorio que había dejado de ser una Nación. Tan dividido que hasta había pe...rdido la vocación de serlo.
 
Creo que el discurso de ayer de Cristina Fernández de Kirchner fue mucho más que una despedida personal que pretendió dejar abierta la posibilidad de su vuelta creyendo que al dejar un país en quiebra, no sólo económica, dejaba el camino expedito para su retorno ante el fracaso al que confía haber condenado al nuevo gobierno.
 
El último discurso de la ya ex-presidente, contra lo que ella parece creer ,no es el de alguien que vaya a ser extrañada.
 
No es sólo el fin de un período presidencial. Es el final de una era de desencuentros y enfrentamientos que a partir de anoche no tengo dudas que quedará en la memoria como una larga pesadilla de más de setenta años de casi imposible convivencia.
 
Yo tengo la profunda convicción de que a partir de hoy hay un fundacional cambio de paradigmas.
 
Ya no tendremos un gobierno que cree que refundar una Nación consiste en derrotar a sus enemigos ( a los que de no existir hay que inventar ).
 
He repetido incansablemente que me siento liberal con todo lo que ello implica y sé que ninguno de los miembros del equipo de Cambiemos comparte en lo económico lo que los liberales queremos.
 
Pero me parece que el gran cambio que se produce a partir de la asunción de los cargos por sus distintos representantes es que los asumen conscientes, empezando por el presidente, que lo hacen como servidores públicos.
 
Ese convencimiento es en sí mismo una verdadera revolución.
 
Ayer y hoy hubo dos plazas colmadas. La gran diferencia estuvo en el espíritu con que se las convocó.
 
La del final estuvo pensada para hacerles sentir a los asistentes que lo mejor estaba en el pasado y que lo que se iniciaría hoy sólo debía despertar miedo al futuro inmediato y resentimiento hacia quien ella considera usurpadores. Que la división es la esencia de su lucha por venir.
 
Todo lo vivido hoy a sido un profundo canto a la esperanza y un llamado a la unión.
 
Quedaron expuestas la soberbia y la humildad.
 
Por primera vez en mi vida ante la llegada de un nuevo gobierno me alegro muchísimo más por lo que empieza que porque haya terminado lo que llegó a su irreversible final.
 
Que esta nueva era convierta la esperanza en realidad dependerá de todos y cada uno de los argentinos.
 

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