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Con acertada estrategia, casi sin pagar ningún costo, Mauricio Macri obtuvo un gran triunfo político inicial ante Cristina Fernández, colocádola en su lugar de “ex”; cuando logró hacerse cargo de toda la ceremonia de cambio de mando, confirmando algo que dijo en su primer discurso ante la Asamblea Legislativa: “El poder que viene con el cargo, se va con el cargo”.

Es cierto que la pelea por el control del ceremonial y protocolo del cambio de mando sirvió a Cristina Fernández para aparecer como poderosa y caprichosa hasta el último minuto de su mandato, pero a Mauricio Macri le sirvió para “aliviar” la presión mediática sobre sus equipos técnicos (que pudieron comenzar a trabajar sin que se produjeran filtraciones) y para darle su triunfo político N°1, incluso antes de haber llegado al nuevo cargo.

Mauricio Macri juró como 8vo. Presidente de la Nación desde el regreso de la democracia con 4 pautas que guían gran parte de sus primeras acciones, dichos y gestos:

1. Él no gozará de la llamada “luna de miel” que han tenido otros Presidentes de la Nación apenas tomaron sus mandatos. Después de 12 años de hiperpresidencialismo, todos los factores de poder intentarán recuperar espacios perdidos en ese tiempo y todos apuntarán a obtenerlos de un mandatario que recién está dando sus primeros pasos.

2. Pero él no puede dejar que le “marquen el paso” o le “impongan la agenda”. Debe crear su propio estilo, establecer sus propios tiempos y avanzar con la agenda que ya tiene pautada y que le otorgue los mayores beneficios. Mauricio Macri aprovechó al máximo las oportunidades que le ofrecieron el ceremonial y protocolo. Cada paso marcado por la “buena onda”, la sencillez, la institucionalidad y el regreso a las tradiciones marcando una diferencia tajante con el boato mersa y la escenificación estudiada del kirchnerismo.

3. Son días de gestos, hechos y palabras que marcarán el ADN de gran parte de la Administración Macri durante muchos meses o, tal vez, años; y definirán muchos de los amigos y enemigos del futuro. Esto se obserció en los encuentros con sus excontrincantes y con los gobernadores.

4. Hasta que él no informe a los agentes económicos el valor del tipo de cambio y la forma que saldrá del cepo, para ellos no habrá comenzado su gestión. Y en las horas iniciales fue un activo para Macri. Es cierto que luego puede devenir en pasivo... pero ambos datos (paridad y restricciones) se definirán recién cuando se cierren los acuerdos para fortalecer las reservas del Banco Central y no por imposición de los agentes económicos.

La agenda

Macri pasó de las palabras en la Asamblea Legislativa a los hechos. Habló de “unión”, de “acuerdo”, de “negociación”. Luego, se reunió con los ex candidatos presidenciales que fueron sus contrincantes, con los gobernadores y, en la semana, con algunos partidos políticos, con la cúpula de la Unión Cívica Radical, en 1er. lugar.

El tema inicial para llevar al Congreso será una nueva Ley de Coparticipación, una deuda pendiente desde la reforma de la Constitución Nacional de 1994, un tema que ha sido mancillado por el kirchnerismo hasta el hartazgo y una forma de alinear a la oposición (y al propio oficialismo) en la Cámaras de Diputados y Senadores.

Si Mauricio Macri logra sacar por consenso una nueva Ley de Coparticipación Federal, habrá obtenido un triunfo político que ningún mandatario alcanzó en 21 años. Todo un desafío que servirá para asegurar la gobernabilidad y para aislar a los enemigos a nivel parlamentario, por eso, fue el primer tema que se habló con los gobernadores.

En vez de quedar confinado a la Agenda Económica, de las demandas de los sectores concentrados de la producción o del sector financiero, Macri ha definido que sus primeras batallas serán en el terreno político, dado que si él controla el campo político y neutraliza a los posibles “nichos” de resistencia parlamentaria, será más sencillo avanzar en negociaciones con las corporaciones económicas. Una ruptura violenta con la concepción tradicional del liberalismo conservador argentino.

Desde que fue elegido Presidente de la Nación, Macri se esfuerza, junto a sus colaboradores, por diferenciarse de todo lo visto hasta ahora. No sólo del kirchnerismo, sino también, del alfonsinismo, del menemismo, del duhaldismo y del delarruismo. Él ya tiene el “estilo Mauricio”, está construyendo una “institucionalidad macrista” y avanza en la elaboración de un “relato macrista” de la realidad. Todo lo que requiere la política moderna para “blindar” los liderazgos políticos.

Mauricio Macri proyecta a la Nación mucho de lo que ya hizo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero nunca le preocupó mostrar. Trabaja en equipo, usan “Tableros de Comando” para seguir el avance de las metas de gestión, hacer un arte de escuchar a los demás y debajo del marketing político y los “globos amarillos”, hace un profundo trabajo político para consolidar su poder y asegurar triunfos electorales.

No se trata de que Mauricio sea perfecto. Al contrario, Cambiemos llegó a la Presidencia de la Nación pese a los enormes errores cometidos en la campaña electoral. Pero también algo similar ya ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: cada vez que se equivocaron, que quedaron al descubierto, que cometieron un error, trataron de aprender de lo ocurrido e impusieron modificaciones para alcanzar las metas fijadas.

En ese sentido, Macri es un “obstinado”: Cuando algo se le mete en la cabeza, es obsesivo hasta concretar ese "tema". Es cierto que él puede esperar, pero no cesa en su esfuerzo por alcanzarlo. Tampoco es de perdón fácil, de eso pueden dar fe los michettistas, quienes quedaron o aislados en el Senado o en posiciones de 2do. y 3er. orden (al menos para esta etapa inicial). Sin embargo, él está a millones de años luz de lo que hemos vivido en los 12 años pasados. Analizar a Macri con parámetros kirchneristas llevará a equivocar el diagnóstico.

Ella, en el Sur

Cristina Fernández y su entorno siempre minimizaron la capacidad política de Mauricio Macri. Sin embargo, ella no pudo imponer sus exigencias para el cambio de mando, no pudo “victimizarse” con su viaje en “Clase Turista” a Río Gallegos, la rebelión de diputados y senadores fue muy importante en la Asamblea Legislativa y no pudo imponer el pase al Estado Nacional de Yacimientos Carboníferos Fiscales, hoy en manos del Gobierno de Santa Cruz y sin capacidad para financiarla (será un tema de graves repercusiones socioeconómicas en breve).

Salvo en el caso de la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó; y del titular de la AFSCA, Martín Sabbatella, el resto de los funcionarios “intocables” presentaron sus renuncias. En la interna peronista ella ya no goza de las adhesiones de hace 1 semana y Alicia Kirchner, su cuñada y gobernadora de Santa Cruz, tendrá que mendigar cada 2 meses en la Casa Rosada solicitando dinero a Macri para que no le quemen la provincia: “”El poder que viene con el cargo, se va con el cargo”.

Con su política de diálogo y consenso, Mauricio acelera el aislamiento de Cristina Fernández. Tanto no ha cambiado el país: El dinero sigue siendo el gran ordenador de la política argentina y gobernadores e intendentes terminarán sentándose frente al Presidente de la Nación o ante algún funcionario macrista y van a terminar por negociar. Donde hay dinero hay poder, donde no hay dinero hay necesidad de ceder. Y, de lo contrario, que le pregunten a Alicia Kirchner, quien tuvo que participar del almuerzo con sus pares que organizó el Presidente de la Nación, pese a la rebeldía previa.

Macri no es un hombre que va al choque, tal como hacía Cristina Fernández. Él prefiere la astucia, la inteligencia, el toque sutil. El ejemplo más claro es lo ocurrido con el Memorándum de Entendimiento con Irán, documento que, con una medida de procedimiento (tal como no es responder un fallo judicial), hizo caer el pacto en forma insanable. Costo político: Ninguno. Acumulación de capital político: todo. Ahora, el problema es de ¿Irán? Si ni siquiera nunca le concedió tan siquiera tratamiento parlamentario y es una cuestión de una Administración que ya se fue del poder.

La Justicia será una herramienta que puede jugar a favor de las metas macristas. Si fiscales y jueces deciden “cobrar” las cuentas pendientes que tienen con Cristina Fernández, la lluvia de decisiones judiciales sobre funcionarios kirchneristas pueden actuar como un “blindaje mediático” que le otorgue “aire” al Gobierno en estas primeras semanas. El viernes hubo una primera muestra: La decisión de prohibir la salida del país de Amado Boudou, a menos de 24 horas de dejar su cargo, ganó la tapa de los medios, opacando el Tedeum que se realizó en la Catedral Metropolitana.

Esperando las medidas

La 1ra. pulseada de Macri con una corporación empresaria fue con la Sociedad Rural Argentina, que intentó obligar a anunciar la baja de retenciones antes de conocer cuál será el nuevo nivel de reservas del Banco Central. Tendrán que esperar.

La 2da. comenzó con los bancos para cobrar los contratos de futuros de dólar. La oferta inicial fue 20% del monto reclamado. No hubo acuerdo. Ahora, intentará invalidar esos contratos por canales judiciales. En el fondo, están haciendo algo de teleteatro porque la meta es liberar a los bancos, agentes bursátiles y mercados del reclamo judicial que puedan hacer los miles de clientes por el impago del total del monto reclamado.

Todavía falta definir el monto de dinero que engrosará las reservas del Banco Central. Ese será el gran ordenador que permitirá ponerle plazos a los anuncios y definir las medidas económicas. La semana que viene será clave y marcará, en gran parte, el clima político y económico que vivirá Mauricio Macri en sus primeros tres meses en la Casa Rosada.

Se trató de marcar una diferencia entre un régimen dominado por el fanatismo y un nuevo gobierno racional. Desde el punto de vista político, hay un triunfo de Mauricio Macri. Sin embargo, hasta que despeje las dudas económicas, el nuevo Presidente de la Nación vivirá quemando capital político. Los tiempos y exigencias económicas son otras y la capacidad de maniobra es limitada. El tiempo, corre. Y es limitado.