Por qué cuesta tanto vivir en libertad cambiaria
José Nogueira

Corredor de cambios socio de ABC Mercado de Cambios S.C., y ex Operador de Cambio Senior en el Citibank N.A., Foreign Exchange Manager en The Chase Manhattan Bank y Vice President en el Chemical Bank, en sucursales en Buenos Aires.



Pasaron ya cinco meses desde el inicio de la valiosa experiencia de vivir en libertad, también en el mercado de cambios, aunque todavía nos falta terminar de convencernos de que ésta es una realidad incontrovertible que, si podemos asumirla con convicción, nos permitirá con mayor rapidez reiniciar el camino a un futuro mejor para todos.
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, al promediar marzo confirmó categóricamente que en el actual sistema cambiario de "flotación administrada" el tipo de cambio será volátil, a mediano y largo plazo, como resultado del libre juego de la oferta y la demanda. Y afirmó que así se podría lograr que ese movimiento, al convertirse en algo habitual (como realmente ocurre en el mundo globalizado) pueda disociar la variación de los precios domésticos respecto de la evolución del tipo de cambio del peso/dólar.
Pero también Sturzenegger despejó las dudas afirmando que su política tendrá como principal instrumento "la tasa de interés, procurando ubicarla en un nivel que logre rápidamente una desinflación de precios".
Así, entonces, será posible tener un mercado de cambios donde nuestra moneda pueda lograr la estabilidad necesaria como para que se comience a apostar sobre su futuro. Y aquí es oportuno recordar la importante función que cumplen los especuladores profesionales en los mercados, fundamentalmente en lo que hace a su liquidez y transparencia, y la necesidad de lograr su activa participación también en el nuestro.
Cumplido el primer cuatrimestre de 2016, ya hemos visto aparecer algún mensaje positivo acerca de que las buenas expectativas podrían convertirse en una futura realidad, no tan lejana. El BCRA ha comenzado a dejar sin efecto algunas restricciones y el mercado único y libre de cambios (MULC) ha mostrado en ese lapso un aumento del volumen diario operado entre entidades bancarias cercano al 35%, que incluye un todavía incipiente incremento de las operaciones de exportación e importación, las que habían disminuido fuertemente desde la imposición del "cepo cambiario" en el año 2011. Pero esta situación recién podrá significar un dato estimulante cuando los bancos lleguen a negociar entre sí en poco tiempo más unos US$ 1000 millones diarios y se pueda predecir que ese monto se podrá duplicar durante el próximo año.
 
Hay que tener en cuenta, en este período de reformas, que deberán acordarse con otros determinadas medidas económicas que, tomadas internamente, pudieran afectarlos, para así respetar las siguientes reglas del juego: los bancos centrales no intervendrán cuando las tendencias no afecten los fundamentos de las economías, mantener una estrecha relación comunitaria y procurar políticas monetarias estables y balanzas de pagos equilibradas.
Volumen y liquidez
Pero para que todo esto se convierta en realidad en la Argentina, necesitamos que nuestro MULC funcione en total libertad, cumpliendo con las condiciones normales requeridas. Primero, deberá lograr ser amplio y profundo, es decir, tener muchos participantes, volumen creciente y liquidez permanente. También es fundamental que su funcionamiento sea totalmente transparente, con medios de comunicación aptos e información en tiempo real, que los precios se coticen con un spread razonable y que las operaciones se realicen con costos reducidos, como así también que se pueda disponer de los mejores instrumentos para cubrir los riesgos de cambio, transaccionales y crediticios.
Paralelamente, habrá que tomar la heroica decisión de dejar que el mercado funcione sin un horario especial preestablecido y vuelva a accionar de la manera tradicional, mediante el contacto personal de los operadores a través de líneas telefónicas directas y la informática, tal como ocurre en el mundo civilizado. Consecuentemente, deberá desarrollar su actividad durante todo el horario de atención de las entidades y dejar de utilizar los sistemas de negociaciones electrónicas (el Siopel del Mercado Abierto Electrónico y el MEC de la Asociación Argentina de Corredores de Cambio) tal cual lo impusiera oportunamente el anterior Gobierno.
Y también será oportuno volver sobre el caso de las transacciones a plazo (forwards), que en nuestro país, inexplicablemente, continúan prohibidas desde 2003 sin que nunca se haya explicado en forma oficial el por qué de tan desacertada decisión. Elforward es un acuerdo de compra o venta de una cantidad específica de una determinada moneda, en una fecha en el futuro, a un precio fijado por ambas partes en el momento de cierre de la operación. Es este el clásico instrumento de administración del riesgo cambiario más antiguo, más eficiente y más utilizado en el mundo por los exportadores e importadores.
Sólo así se logrará que el MULC pueda recuperar su lugar, de indudable importancia, y aumente considerablemente el volumen de sus transacciones para darle amplitud y profundidad, condiciones imprescindibles para lograr su crecimiento y desarrollo, acordes con las necesidades de nuestro comercio exterior y su financiamiento.
Finalmente, también habría que poner fin a la obligatoriedad que hoy tienen los exportadores de ingresar las divisas en tiempos establecidos y derogar el cúmulo de normas de control de cambios que todavía siguen vigentes, para así clarificar y liberar definitivamente el sistema.
Entonces ya no quedarán dudas de que el nuevo camino hacia al futuro es el del diálogo, la cooperación y el acuerdo con todos los países. Y para lograrlo ya se han tenido que cambiar los clásicos conceptos de soberanía e independencia por los de interrelación e interdependencia, rompiéndose con los arcaicos y perimidos esquemas nacionalistas de aislamiento.
Tres cuestiones
Por último, mencionamos tres aspectos relacionados con la actividad actual en el nuevo MULC que podrían interpretarse como una crítica pero que tienen como único objetivo contribuir a que aquél pueda cumplir sus funciones de la mejor manera posible.
Primero, el ente monetario debería asumir con decisión y exclusividad absolutas sus intervenciones en el mercado accionando directamente sobre la oferta y la demanda, en lugar de ofertar en las pantallas del Siopel para comprar o vender a precios determinados por él mismo. Además, es necesario permitir una mayor volatilidad, en manos de la oferta y la demanda, para acostumbrarnos a la incertidumbre que propone la libertad, en lugar de reducirla -como se hace hoy- y evitar así que la especulación actúe con el resguardo oficial diario.
En segundo lugar, la propuesta tiene que ver con la información sobre las intervenciones realizadas por el BCRA, que deberían hacerse públicas al finalizar cada jornada, con el detalle sobre el volumen total de compras y/o ventas realizadas y, si fuera necesario, el resultado neto logrado.
Por último, sería conveniente que las entidades bancarias cumplieran estrictamente con la normativa, que todavía se mantiene vigente, que las obliga a que las operaciones de compra y venta de divisas extranjeras que realicen entre ellas se cursen a través del sistema electrónico Siopel y que no se hagan más en forma directa, como ya ha ocurrido con algunas ventas de dólares efectuadas al BCRA.
 

Publicado en INFOBAE.
 

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