Cuba y Venezuela: La paradoja de la historia

Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista,
escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la
Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un
master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas,
Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de
habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había
convertido en el octavo país del mundo.
No puedo menos que apreciar la posición adoptada por el nuevo secretario
de la OEA Luis Almagro respecto a la situación en Venezuela. Evidentemente el
organismo ha dado un paso hacia delante en defensa de la libertad,
decididamente contrastante con el que fuera bajo la dirección del chileno José
Miguel Insulza. Al respecto recuerdo que cuando la OEA decidió echar a Honduras
de la OEA por haber destituido a su presidente, Insulza con el apoyo de Estados
Unidos le pidió a Fidel Castro que entrara en la OEA. Por supuesto Fidel Castro
se negó.
Hoy en Venezuela se encuentra muerta la libertad, y en razón de ello el
nuevo secretario de la OEA está planteando la necesidad de un diálogo del
gobierno con la oposición. Igualmente ha propuesto que se acepte por parte del
gobierno el referéndum para que el pueblo decida si el presidente Maduro
continúa en el poder. Demás está decir que la posibilidad de que Maduro acepte
estos presupuestos lo considero un sueño de una noche de verano. Pero más aún
ha propuesto la obligación del presidente de liberar a todos los presos políticos venezolanos.
A esta batalla se ha unido el expresidente de España José Luis Rodríguez
Zapatero, así como el actual presidente Mariano Rajoy. La posición respecto a
la situación venezolana parece haberse convertido en el hito en discusión en
las próximas elecciones españolas. Recientemente los gobiernos de Argentina,
Chile y Uruguay presentaron un comunicado pidiendo un llamado a un diálogo
político en Venezuela. O sea apoyando la posición de Almagro al respecto. Por
supuesto Maduro se ha opuesto paladinamente a todas estas propuestas y en
particular a Almagro. A quien ha insultado ordinariamente. Todas estas
sugerencias internacionales han sido consideradas por Maduro como la
provocación de un golpe de estado legal iniciado por el imperialismo americano.
Permítanme pasar a un tema preocupante y que a mí me causa la mayor
tristeza y desesperanza. Yo no puedo entender toda esta retórica favorable a
defender la libertad en Venezuela, al tiempo que Obama con la anuencia y
colaboración del Papa, llega a un acuerdo con Raúl Castro de reiniciar las
relaciones internacionales de los dos países. Y más parece ante el mundo que la
culpa de la pobreza cubana la habría tenido el embargo americano. Así aparentemente
se ignora en el mundo Occidental, incluido América Latina la falta de libertad
de los cubanos, los crímenes de los Castro y la formación de la guerrilla latinoamericana
en la década del setenta.
Asimismo me pregunto cómo se puede ignorar que el Socialismo del Siglo
XXI, no ha sido más que un proyecto venezolano para alcanzar por otra vía el
poder absoluto que reina en Cuba. Y digo reina, pues el medio no ha cambiado
por el acuerdo con Estados Unidos. Nadie pide que se liberen a los presos
políticos en Cuba, y se sabe que desde la firma del acuerdo a la fecha se han
apresado a unos 50.000 cubanos. Recientemente la escritora cubana Yoani Sánchez
escribió al respecto del acuerdo de Raúl Castro con el otro país más
totalitario del mundo que es Corea del Norte. Ella sostiene: “En un mundo donde
en la sociedad civil los llamados a respetar los derechos humanos y los
movimientos que impulsan el reconocimiento ideal de la libertad se hacen
escuchar cada vez más alto, resulta difícil que el gobierno cubano explique sus
relaciones con el último dictador de Europa”.
Evidentemente el gobierno venezolano pretende ignorar las propuestas de
diálogo del resto del mundo. Y la dictadura prevaleciente se basa en la
continuidad del poder absoluto. Por supuesto allí está presente el principio de
Macchiavello: “El príncipe no puede controlar el amor, pero si el miedo”.
Pensar que Maduro, cuya personalidad y su carácter político es un hecho
indiscutible pueda aceptar un diálogo democrático que lo destituya del poder en
nombre del pueblo, es cuanto menos una candidez política. En Venezuela por una
parte prevalece el poder militar en manos de Maduro y su adlátere Diosdado
Cabello. Y en el ámbito constitucional todo parece indicar que el poder
judicial depende del gobierno. Y como reconociera Adam Smith: “Cuando el Poder
Judicial está unido al Ejecutivo, la Justicia es no más que eso que se reconoce
vulgarmente como política”.
Otro aspecto a considerar en el caso de Venezuela es que tal como
sostiene un movimiento político de jóvenes que me entrevistara recientemente,
sostiene que la oposición también es socialista. Y por supuesto ya debiéramos
saber que la dictadura comunista es un proceso político, pero el socialismo es
el determinante de la pobreza. Tal fue el caso de Cuba a partir de 1959, cuando
el país tenía el nivel de vida más elevado de América Latina y después
Venezuela con la llegada de Chávez y su sucesor Maduro a lo que se ha unido la
caída en el precio del petróleo.
Por otra parte no puedo evitar el insistir en el hecho de que tal como
había predicho Nietzsche en su “The will to power” (La voluntad de poder) “La
democracia y el socialismo son lo mismo”. Y ahí tenemos el caso de la Unión Europea.
La realidad histórica y filosófica política es que muestra que cuando los
derechos son del pueblo se violan los derechos individuales. La economía que
creó el sistema político que permitió la libertad en el mundo por primera vez
en la historia se basó en la conciencia de la naturaleza humana y por
consiguiente la necesidad de limitar el poder político. Y como bien señala
David Hume: “El problema no son las mayorías sino las asambleas que pretenden
representarlas”.
Recordemos entonces que como bien dijera Séneca: “Para el que no sabe
dónde va, nunca hay viento favorable”. Y esta es el problema que existe hoy en
el mundo incluido los Estados Unidos, donde todo parece indicar que se ignoran
los principios de los Founding Fathers. Según ya se sabe Obama ha violado la
Constitución americana. Y ni qué decir de la candidata demócrata a la
presidencia de los Estados Unidos, la Sra. Hillary Clinton. Toda mi discusión
parece ser de un pesimismo histórico, pero el mismo no es más que una
preocupación por la realidad que estamos viviendo. Así podemos ver también que
el embajador americano en Venezuela Michael Fitzpatrick exigió la liberación de
los presos políticos, denunció el bloqueo a las iniciativas de la Asamblea
Nacional y dio un respaldo al referéndum revocatorio contra Maduro.
Todo ello al tiempo que Obama visita a
Raúl Castro en la Habana y se permiten los vuelos entre Cuba y Estados Unidos.
Y para terminar cito nuevamente a José Martí:
“Ver cometer un crimen en calma, es cometerlo”.
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