Rent-seeking
Eduardo Filgueira Lima
Director del Centro de Estudios Políticos y Sociales. Magister en Sistemas de Salud y Seguridad Social (ISALUD). Magister en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE).


El artículo del Dr. D.Hendersonque el CEPyS publicó en el día de hoy, sobre los denominados “rent seeking”, invita a la reflexión. En la teoría de la elección pública, se entiende por búsqueda de rentas (rent-seeking)  a la situación de intercambio que un individuo, organización o empresa busca para obtener ingresos captando renta económica a través de la manipulación o explotación del entorno político o económico, en lugar de obtener beneficios a través de transacciones económicas y producción de riqueza.
La asociación entre el/los político/s (gobernante o no) pero con poder de decisión y determinados grupos que buscan obtener beneficios o privilegios siempre tiene un costo, que distorsiona la economía.
Parece bien decir que si uno recibe un sueldo mayor al esperado se trata de un beneficio no buscado. Y que si se pide un aumento de sueldo por encima del que se recibe, se trata de una búsqueda de rentas adicionales. En realidad los dos casos tienen un costo para el contratante que forma parte de los costos de producción y que necesariamente se cargan al costo final del producto.
De la misma forma la asociación entre el poder político y grupos con determinados intereses no hace a los segundos, diferentes de los primeros en cuanto a búsqueda de rentas personales.
El político puede traficar influencias, permitir información privilegiada y si su lapicera tiene el suficiente poder, incluso otorgar licencias especiales o normas regulatorias que impidan la competencia a favor del empresario. Por ejemplo: con aranceles de importación o con subsidios directos.
En cualquiera de los dos casos el político puede obrar de buena fe creyendo que defiende a la industria nacional o al empleo, lo que en realidad hace es beneficiar a empresarios que “saben que timbres tocar” para obtener beneficios (privilegios), y una vez que lo han logrado ya no tienen incentivos para producir más y mejor.
En realidad tampoco benefician el empleo, porque mucho más se obtendría si por ejemplo se limitaran las barreras para que ingresen productos, o capitales y en ambos casos se generen nuevas fuentes de empleo, y los productos serían el resultado de una competencia por producir más (masificación del consumo), a precios mucho más accesibles y de mejor calidad.
Estos mecanismos corporativos se dan en todos los ámbitos. Sindicatos, asociaciones, etc. todos luchan por la obtención de mejores condiciones o beneficios. Pero no tienen otro objetivo que intervenir en el mercado laboral para obtener mejores salarios, que no es óptimo porque presiona sobre los costos de producción (pero este es otro tema),  no tiene el mismo carácter de los rent seeking que bien llaman los economistas: “buscadores de renta en asociación con el poder político”.
Nuestro país como muchos tiene bien aceitado este mecanismo de protección y asociación. Ambos: políticos (no necesariamente el gobernante del máximo nivel) y grupos de interés son rent seeking. El político puede hacerse por este medio de ingresos espurios, porque su lapicera o su decisión vale y puede hacerse acreedor a algún “retorno” y el empresario también porque obtiene beneficios personales.
El problema es que todo ello tiene un costo y el costo lo paga toda la sociedad. Para J. Buchanan y G. Tullock en su teoría de la elección pública expresan que estos grupos de interés (de todo tipo) se encuentran  bien organizados y tienen acceso a políticos “vulnerables”, que pueden tomar decisiones, que son finalmente contrarias a los intereses de la mayoría, pero beneficiosas para los “amigos”.
De lograr estas decisiones debe contemplarse que siempre son contrarias al interés público y solo beneficiosas para los grupos de interés (“capitalismo de amigos”) y para el mismo político que suele recibir reconocimientos de importancia.
El costo final lo paga el país porque si se produce menos la oferta es menor. Si la oferta de bienes es menor, su costo unitario es mayor. Y esto es lo que logran estos procesos de rent seeking, baja producción –porque obtuvieron beneficios restrictivos a la competencia– de productos además más caros y de menor calidad, que los que se verían obligados a producir si debieran enfrentar la competencia. ¿Como soluciona el problema el poder político?: inyecta fondos para subsidiar la demanda,.. así la demanda se mantiene y mantiene el consumo, acompañado de una sensación de bienestar de la población, que acompaña con su favor al político. Políticas keynesianas que de inmediato comienzan a pagar todos.
Es decir que –sin entrar en lo referente a la corrupción que en este mecanismo se encuentra implícita– el costo de esta asociación entre grupos de interés y política tiene un enorme peso económico para el país,.. y para cada uno de los ciudadanos,…que tienen que consumir lo que se les ofrece y se limitan sus opciones con barreras para beneficiar un empresariado ineficiente (que afortunadamente no son todos), que frecuentemente produce más caro y de mala calidad.
Para J. Buchanan y G. Tullock este es el proceso –dentro de todos los que incorporan a la teoría de la elección pública– más perverso, por lo oculto para el ciudadano que finalmente paga los costos, por las distorsiones a las que da lugar y por los efectos que tiene para la producción de un país.    


 

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