Fundación Atlas 1853

El desarrollo no golpea a la puerta

Gerardo Gallo Candolo

‎Ing. Agrónomo y periodista agropecuario.

¿Se acabó el idilio del campo con Macri?: tambo, soja, porcinos, precio del gasoil, fletes y los problemas se suman. Las primeras inversiones en obras públicas no apuntan tampoco a las conocidas debilidades en infraestructura del país que aumentan costos logísticos. ¿Cuánto tiene que ver en esto la inexperiencia de las segundas líneas del Ministerio de Agroindustria? Las divisiones en la Mesa de Enlace Agropecuaria impide acciones cercanas pero la tensión va en aumento.

¿Se acabó el idilio del campo con Macri?, es la pregunta que se hacen muchos desde afuera y adentro del sector agropecuario. Es que los graves problemas de los tamberos, heredado pero magnificado por el nuevo gobierno, los de los yerbateros reclamando en las rutas misioneras por el precio laudado por el secretario de Agricultura, los productores porcinos pidiendo el cese de carne importada, los sojeros solicitando precisiones por el 5% de baja de retención prometido en campaña, entre otros tantos reclamos del sector, se sumó hace unos días el problema de los fletes pagados por los productores para llevar sus productos a destino y también acercar sus insumos al campo.

En efecto, desde el lunes 18 tuvimos cuatro días de paro de transportistas,que dejó sin granos algunas terminales portuarias poniendo en jaque a nuestra principal fuente de divisas, también se observó una fuerte presencia en las rutas de los camioneros donde no faltaron los enfrentamientos con gendarmería. El jueves 21, en el marco de las movilizaciones, el gobierno, a través del Ministerio de Transportecon la presencia de Agroindustria, acordó con transportistas una suba tarifaria que, sumada a la otorgada en Marzo, se acerca al 60% respecto a lo pagado en diciembre. A pocas horas del acuerdo, los productores y acopiadores salieron al cruce comunicando que “esta decisión no fue aprobada ni negociada rompiendo un principio histórico de no modificar tarifas en plena campaña”. Un importante dirigente gremial exclamó “si subirse a las rutas sirvió para que les aumenten, el lunes subimos los tamberos a las rutas”.

El aumento del gasoil es una de bases principales de este último pleito, alertado hace más de dos meses por esta misma vía, ya que la modificación de precios decidida por la actual administración volvió a colocar a nuestros combustiblescomo los más caros de la región.

El presidenteMacrisiempre dijo que el sector agropecuario tenía que ser “punta de lanza” del crecimiento económico y las primeras dos medidas del gobierno le devolvieron parte de competitividad al campo argentino cumpliendo con ese objetivo: la devaluación y la quitade los derechos de exportación (retenciones), que fueron medidasacertadas y muy esperadas. Pero los posteriores ajustes del precio de la energía, sobre todo del gasoil, ya han hecho perder en menos de seis meses gran parte de las ventajas comparativas que se avizoraban a fin de año. Pero con un agravante: en la conciencia del argentino urbano sigue grabado “el campo fue el gran beneficiado”.

A pesar de los mejores precios de nuestros principales productos de exportación hoy la situación de las producciones, sobre todo las más alejadas de los puertos, no está en una situación muy distinta a la del año pasado. En el caso de la mayoría de las economías regionales es peor, el sinceramiento del tipo de cambio no alcanzó para cubrir los mayores costos, y mucho más desfavorable para aquellas “Brasil-dependientes”.

La fundación que pensaba poco

Al armar su gabinete el presidente eligió como Ministro de Agroindustria al Cdor. Ricardo Buryaile, experimentado dirigente gremial y político de origen radical, pero lo condicionó poniendo en la segundas líneas a varios miembros de la Fundación Pensar, la “usina de ideas” del PRO, que se presentaba como un grupo de trabajo interdisciplinario, con propuestas para alcanzar el desarrollo imaginado; tal es así que su coordinador de agro es el actual Secretario de Agricultura, Ing. Ricardo Negri. Uno imaginaba carpetas preparadas para cada ámbito. La realidad es que a pocos días de andar se registró que la coordinación era inexistente (los aumentos de los combustibles, tarifazos, obra pública, etc.) y que, al menos en materia agropecuaria, sus miembros, salvo contadas excepciones, carecen de experiencia en la materia.

El conflicto de Monsanto con las gremiales puso al descubierto la inexistencia de un proyecto de la Fundación para modificar la ley de semillas de 1973, discutida en el Congreso desde hace casi 5 años; tampoco se escuchó alguna sugerencia sobre el corte de las naftas y diésel con biocombustibles, ni políticas activas respecto a solucionar el problemas del Alto Valle en manzanas y peras ni tampoco para otra economía regional. La equivocación permanente del Subsecretario de Lechería al citar el bajo precio internacional como problema de la actividad, cuando lo que se exporta es mínimo; (si se equivoca el diagnóstico es difícil encontrar soluciones), son sólo muestras de un gabinete inexperto, falto de ideas, y de poca cintura política. Es difícil hacer políticas agropecuarias desconociendo el país. El desarrollo no golpea la puerta, hay que salir a buscarlo con políticas activas y por ello era fascinante la idea de contar con un grupo de personas trabajando coordinadamente, en equipo, con gran vocación al trabajo y soluciones para viejos problemas y ayudando a crear nuevos clusters agroindustriales, dando trabajo, sumando condiciones para nuevas empresas, generando divisas, en fin: creando riqueza.

Bicisendas 4 – Campo 0

Una de las condicionantes que tiene nuestro país como potencia alimenticia, y reclamada por el sector desde hace mucho, es su pobre infraestructura: rutas y caminos inadecuados,déficit en almacenaje, la baja presencia del ferrocarril y la vía fluvial en el transporte de la producción, dragado de las vías navegables, acceso a los puertos; por citar alguna de ellas, son barreras que restan competitividad a nuestra producción a nivel global que aumentan costos que luego se trasladan a los productores desalentando inversiones.

Cuando se conocióa principios de año la intención de dar prioridad a la obra pública, el campo imaginaba quealguno de esos problemas seríaencarado por inversiones del estado. Al conocerse en estos día el DNU 797 que asigna 98.600 millones de pesos a obras públicas, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires como el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, a la que asignan 45.000 millones, y la “Estación Central Obelisco con $ 12.000 millones y otras para bicisendas, veredas, microbús etc., y nada otorga para los accesos a los puertos de Rosario, por donde pasa el 80% de los productos exportados del campo,pero tampoco para los puertos de Bahía Blanca o Necochea, los dirigentes empezaron a sospechar que el campo ya no está considerado como la “punta de lanza” del desarrollo. Un productor que administra varios campos dijo en los pasillos de la Rural de Palermo: “es como empezar a administrar un campo endeudado y ponerse a pintar la casa en vez de invertir en semillas y fertilizantes”, comparó; agregando “si se quiere dar alguna señal al campo con esto, no es nada buena, otra vez sopa”.

¿Los tambos en las rutas?

La división actual en la Mesa de Enlace Agropecuaria impide acciones para defender al sector. CRA, institución de la cual fue vicepresidente el actual Ministro Buryaile, es la que hoy protege los reclamos con más fuerza, acompañados por Coninagro y una Federación Agraria que se hace fuerte en algunos temas. Pero con una SRA demasiado colaboracionista del gobierno, (término acuñado por los mismos socios tamberos), parecería impedir una acción en conjunto a corto plazo.

Pero las situaciones de muchas producciones, con la tambera a la cabeza, seguramente engendrará acciones y marcarán la relación del campo con este gobierno. Los discursos del sábado 30 en la inauguración oficial serán especialmente esperados.

Los primeros meses se observaban a los nuevos funcionarios tratando de solucionar los problemas causados por el gobierno anterior. Ahora parece que el ánimo de lo productores es que comiencen a solucionar los problemas engendrados por ellos mismos.