Ética, política y economía
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista,
escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la
Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un
master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas,
Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de
habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había
convertido en el octavo país del mundo.
Se me ocurrió volver a leer a Aristóteles y
me encontré con esta conclusión: “El fracaso de la República es la Democracia”.
Siguiendo esos pasos Edward Bernstein en su ‘Las Precondiciones del Socialismo’
llegó a la conclusión de que “La democracia es ambas cosas, un medio y un fin. Es
un arma en la lucha por el socialismo y es la forma en que el socialismo es
realizado”. Y a los hechos me remito. La democracia lleva al poder desde la
nación y el pueblo. Ya he repetido hasta el cansancio que cuando los derechos
son del pueblo, la realidad es que los gobernantes se apropian de los mismos a
través del gasto público y los impuestos. Y por supuesto la corrupción impera a
la luz de la demagogia. Nada más que hay que analizar los que está ocurriendo
en nombre de la democracia en Europa y América Latina, con Venezuela a la
cabeza. Ahora Estados Unidos donde ya el gasto también se ha elevado a niveles
desconocidos en su historia se encuentra democráticamente entre los derechos de
la nación (Trump) y del pueblo (Hillary).
Cuando el presupuesto es la nación, surge
el nacionalismo que a través de la historia fue la justificación ética de la
guerra. Así lo reconoció Hegel que dijo: “La guerra es el momento ético de la
sociedad”. Ese momento ético persistió en Occidente hasta el siglo XX con la
segunda guerra mundial. Hoy gracias a las armas nucleares la guerra ha des aparecido,
pues como dijo Juan Pablo II: “Las armas nucleares no son bélicas sino
disuasorias”. Y por ello la guerra fría nunca se volvió caliente y hoy ya
tampoco es fría. Pero el nacionalismo impera en la búsqueda del poder y ahí tenemos
en Francia a Marine Le Pen, que pareciera sería la próxima presidenta y aparentemente
se produciría el “Franciexit”.
En Estados Unidos esa lucha entre la Nación
y el pueblo refleja el olvido de los Founding Fathers (Padres Fundadores) que
parece un hecho irreversible. Ese olvido refleja una tendencia violatoria de la
Constitución Nacional, por más que en el último debate Trump se refirió a la
Segunda Enmienda que reconoce el derecho de los ciudadanos a la portación de
armas. Pero la discusión trasciende la política en acción y se manifiesta en el
mundo de la ideas. Por tanto voy a insistir en el pensamiento de David Hume que
dijo: “La historia es un aprendizaje”. Así consideraba que era la única forma de
conocer la naturaleza humana. Por ello considero hoy imprescindible recordar y
analizar las ideas que proyectaron el sistema ético político que permitió la
libertad por primera vez en la historia. Y creo que la ignorancia del mismo
trasciende la política y se ha encarnado en la intelectualidad. Por ello no
obstante la admiración mundial por Von Mises yo me voy a permitir discrepar con
su pensamiento al respecto de que el problema es económico y no político, tal
como lo expresa en su obra magna ‘La Acción Humana’.
Que yo sepa John Locke nunca habló de
economía, e indudablemente fue el creador intelectual del liberalismo cuya
expresión política se impuso en la Revolución Gloriosa de 1688, que sacó a
Inglaterra del atraso y dio lugar a la Revolución Industrial. Es sorprendente
que aparentemente en el mundo se conoce la Revolución Industrial, en tanto que
se ignora su predecesora que fue la Glorious Revolution, de donde surgieron los
principios fundamentales de la libertad y la creación de riqueza: la limitación
del poder político en reconocimiento de que los monarcas también son hombres; en
segundo lugar y fundamental de acuerdo a las palabras de Locke el derecho a la
búsqueda de la felicidad; y por último pero no menos importante el respeto al
derecho de propiedad privada.
Donde el sistema político ignora estos
derechos falta la libertad y se genera mayor pobreza. Y esa es la evolución
democrática hoy del socialismo. Y voy
repetir que socialismo es la
denominación que le diera el Iluminismo a la demagogia, que describiera
Aristóteles hace más de 2.500 años. Por ello voy a insistir en mi crítica a Von
Mises que en su obra citada ignora a Locke, Hume y los Founding Fathers. Por el
contrario recoge el pensamiento de Hegel al que se refiere diciendo:
“Acordémonos de Hegel. Fue ciertamente un pensador profundo; sus escritos son
un rico acervo de atractivas ideas”. Me voy a permitir acordar alguna de esas
ideas: “La guerra es el momento ético de la sociedad”; “El estado es la divina
idea tal como se manifiesta en la tierra”; “El individuo mismo tiene
objetividad, verdad y eticidad solo como miembro del estado”; “Si se confunde
al Estado con la Sociedad Civil y su determinación se pone en la seguridad y la
protección de la propiedad y la libertad personal, se hace del interés de los
individuos como tales el fin último en que se unifican y en ese caso ser miembro
del Estado cae dentro del capricho intelectual”. Creo que en esas palabras se
encuentran los principios del totalitarismo como racionalización del
despotismo. Y recordemos que Cristina públicamente se reconoció hegeliana,
aunque seguramente nunca leyó a Hegel.
Pero siguiendo con el pensamiento de Von
Mises al referirse a Hume lo consideró como el maestro económico de Adam Smith.
Es decir una vez más para tratar de reconocer que lo importante es el mercado y
no la política. La realidad es que Hume nunca habló de economía sino que se
refirió fundamentalmente a la justicia, la ética y la naturaleza humana. Por
ello insistió en que si la naturaleza fuese pródiga y los hombres generosos, la
justicia no tendría razón de ser. Y en ese sentido propuso que no podemos hacer
nada por cambiar la naturaleza humana, y si queremos cambiar los comportamientos
tenemos que cambiar la situación y la circunstancia y hacer del cumplimiento de
la ley el objetivo primario. En virtud de esa realidad creo que hoy Miami se ha
convertido en la capital de América Latina. Y algo más, pues la Florida parece
ser decisiva en las próximas elecciones presidenciales de los EEUU.
Con respecto a Adam Smith voy a recordar
el juicio de Hutchinson: “El éxito de Adam Smith con la publicación de su obra ‘La
Riqueza de las Naciones’ tuvo un efecto no deseado, que fue hacerle creer al
mundo que la economía es una ciencia independiente de la ética y la política”. Aparentemente
Von Mises cayó en esa trampa y recordemos a que Adam Smith también fue
consciente de la ética y la política y por ello escribió: “Cuando el judicial
está unido al poder ejecutivo, es escasamente posible que la justicia no sea
frecuentemente sacrificada a lo que vulgarmente se conoce por política”. Creo
que la experiencia nos indica el realismo de esta observación y esperemos que
la tengamos en cuenta políticamente. Pero siguiendo con Adam Smith en su
llamada ‘mano invisible’ a la que se refiere diciendo: “Persiguiendo su propio
interés él frecuentemente promueve el de la sociedad más efectivamente que
cuando él realmente intenta promoverlo. Yo nunca he conocido mucho bien hecho
por aquellos que pretenden negociar por el bien público”.
No me cabe la menor duda que en su
reflexión sobre la justicia está teniendo en cuenta el pensamiento político de
Locke al respecto de la necesidad de controlar el poder político al decir que
había que limitar las prerrogativas del rey. Y esta concepción fue adoptada por
Madison al referirse a la necesidad de que el gobierno se controlara a sí
mismo. Por ello a través del pensamiento de Hamilton llevado a la práctica por
el juez Marshall se estableció la separación de los poderes y el rol principal
del poder judicial para determinar qué es la ley conforme a la Constitución.
Cuando Adam Smith se refiere a la mano invisible, por supuesto está teniendo en
cuenta el principio fundamental de Locke del derecho a la búsqueda de la propia
felicidad y el respeto por la propiedad privada como también lo conoce David
Hume.
Bueno, he
usado a Von Mises para reconocer la diferencia entre los principios éticos y políticos
que determinan la libertad y la creación de riqueza. Ello no me impide
reconocer la sabiduría de otro miembro de la Escuela Austríaca, mi amigo Von
Hayek, que escribió: “Camino de Servidumbre”. Y tampoco olvidemos a Hume y
aprendamos de la historia para que Argentina reconozca lo que fue y porqué fue
uno de los primeros países del mundo.
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