Tecnología, Política, Economía y Libertad
Ricardo Valenzuela


Un año más termina y al ir feneciendo, nos va mostrando matices de la cuarta etapa universal que arriba para moldear la humanidad, mientras el establishment entra en pánico al sentir pierden control. Hemos vivido diferentes etapas que se han dibujado en las formas como se bautizaron: 1) Sociedades de recolección y caza. 2) Sociedades agrícolas. 3) Sociedades industriales. Pero en estos momentos algo muy  diferente asoma en el horizonte, la cuarta etapa de organización social: “La sociedad de la Información”. Los seres humanos nunca hemos tenido la habilidad para detectar esos eventos para luego manejarlos a nuestro favor y, ante esa ceguera, terminan por arroparnos.
 
Estamos ya atestiguando la desaparición de la Era Moderna. Más de lo que comúnmente podemos entender, más de lo que la media dice y hace para desinformarnos, este milenio en marcha ya no será moderno. Esta etapa será cualitativamente diferente de lo que hemos conocido, y marcará el abandono de todo lo que la historia nos ha enseñado. Así como la tecnología transforma las herramientas que usamos, también convierte nuestras leyes en  antigüedades, reacomoda nuestra moral, y altera nuestras percepciones.
 
En esta nueva era, la vida económica y política ya no será organizada en escala gigantesca bajo la dominación del Estado-Nación, como ocurrió en los últimos cinco siglos. Los acuerdos sociales que nos sirvieron guerras mundiales, la línea de ensamblado industrial, seguro social, impuesto sobre la renta, en estos momentos están falleciendo. Así como el hombre poderoso de la edad media, el Estado-Nación tiene sus días contados. Un Estado que ha crecido tratando a quienes pagan impuestos, como el lechero trata a sus vacas que almacena en sus desérticos potreros, para luego ser ordeñadas hasta dejarlas flacas y moribundas. Pero muy pronto las vacas tendrán alas.
 
Los gobiernos han perdido ya mucho de su poder para regular y oprimir a los ciudadanos. La caída del comunismo marca el final de un ciclo de cinco siglos en los cuales, la magnitud del poder oprimió siempre la eficiencia en la organización de los gobiernos. El futuro que Gibbon visualizó en donde describe la caída de la era moderna, pudiera ahora declarar que ha terminado. Finalizó con la caída del muro de Berlín en 1989, o con la muerte de la Unión Soviética en 1991. Cualquiera de estos dos eventos, en la evolución de la civilización, se pudiera considerar el final de lo conocido como la Era Moderna.   
 
Aunque la mayoría de la gente lo ignore, esta cuarta etapa ya navega veloz y con viento en popa, y quizá su signo más difícil de predecir es el nombre con el cual será conocida. Podría ser la Era Post Moderna. Tal vez la de la Cyber-sociedad, o la Era de la Información. Pero nadie tiene idea qué clase de pegamento conceptual, podrá amalgamar un apodo que describa con certeza esta nueva fase de la historia.
 
Esta revolución de la información estará liberando al individuo como nunca antes. La creatividad será también liberada de su prisión, libre de la opresión de los gobiernos y de los problemas que provoca el prejuicio étnico y racial. En esta nueva era de la información, nadie que sea realmente capaz, podrá ser limitado por las enfermizas opiniones de otros. Comandando grandes recursos, más allá del alcance de las muchas formas de compulsión, un nuevo individuo soberano emerge para designar nuevas formas de gobiernos, y reconfigurar las economías del mundo. Las implicaciones de este cambio son inimaginables.
 
Para aquellos que comulgan con la ambición positiva y el éxito, la era de la información los proveerá con innumerables retos y oportunidades. Esta nueva organización de la sociedad, será identificada por el triunfo de la autonomía individual, y la verdadera ecualización de esas oportunidades basado en mérito, originando grandes recompensas a ese mérito y esa gran autonomía individual. Esto provocará individuos mucho más responsables por sí mismos, que aquellos que se acostumbraron a ceder su independencia ante los gobiernos intrusos, en otras eras de la humanidad.
 
La gente se sorprenderá cuando se de cuenta de la autonomía que ese hombre independiente ejercerá sobre el otrora vetado territorio de las Naciones-Estado, a través de los liberados mecanismos de mercado. Las Naciones-Estado en estos momentos enfrentan la bancarrota y la rápida erosión de su autoridad. Aun de presencia impresionante, el único poder que habrán retenido será el destruir, mas nunca más comandar. Sus misiles intercontinentales, sus enormes portaviones, serán ya solamente viejos artefactos tan imponentes e inservibles, como el caballo de guerra en la era del feudalismo.
 
Seremos testigos de la emergencia de comerciantes e individuos de gran solvencia financiera y moral, con poderes casi soberanos como lo fueron los de las HANSE en la edad media. Las HANSE, que operaban en las ferias de Francia y Flandes, crecieron agresivamente para cercar a los comerciantes de 60 ciudades. La liga de  HANSE era una organización de grupos mercantiles alemanes, que proveían protección a sus miembros y negociaban tratados. Organizaciones similares estarán emergiendo en lugar de las moribundas Naciones-Estado. Entes privados muy profesionales, proporcionando protección y asegurando el cumplimiento de los contratos.
 
El nuevo paradigma de mercado, presupondrá que los resultados serán mejor regulados premiando aquellos que sean deseables, abandonando los indeseables. Ser pobre es indeseable, y ser exitoso es deseable. Por eso habrá incentivos para la creación de riqueza y para convencer a la gente que, en este nuevo esquema, todos tendrán la oportunidad de ser exitosos y hacer fortuna, sin mendigar al gobierno. Y el juez más justo en el estadio, será el mismo mercado premiando o castigando conductas y resultados.
 
En esos momentos estaremos atestiguando la muerte de la política, en donde la Nación-Estado deba ser remplazada por formas diferentes de soberanía, algunas únicas en la historia, otras semejarán a la Ciudad-Estado y Republicas comerciales de la edad media. Lo que era viejo, ahora será nuevo. Lo que era inimaginable, ahora será lo normal. A medida que la escala tecnológica arrecie, los gobiernos se darán cuenta que, como las corporaciones, para sobrevivir tienen que competir para tener ingresos, cargando por sus servicios no más de lo que los que pagan, consideren valen esos servicios.
 
La política habrá perdido todo su atractivo al mismo ritmo que los gobiernos estarán perdiendo sus capacidades de expropiar, regular, comandar y, en general, oprimir a sus súbditos utilizando la violencia. Los políticos pasarán a ser piezas de museo para ser remplazados por individuos soberanos que,  con gran seguridad, tomarán la batuta para lograr esa casi perfecta coordinación de la nueva sociedad civil. Líderes cargando una combinación de activos que distinguieron a hombres como George Washington, William Wallace, que no solo se rebelaron, tomaron el timón para dirigir el cambio. Líderes visionarios, idealistas, íntegros, con gran confianza en el ser humano y amor por la libertad.
 
Feliz año
 

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