La escalada represiva en Venezuela

Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.
Luis Almagro, el secretario general de la Organización
de Estados Americanos (OEA), no escatimó palabras cuando le pregunté en una
entrevista si el presidente de facto de Venezuela, Nicolás Maduro, es
responsable de las muertes de al menos siete personas en las masivas protestas
antigubernamentales de los últimos días. Por supuesto que sí, dijo Almagro.
“El ha incitado
a la violencia”, me dijo Almagro. “Ha tenido un discurso de exacerbación del
conflicto. En ese sentido, es responsable de las acciones de gente que no tiene
control, de los colectivos armados, que han sido armados por el gobierno. “Él,
por lo tanto, es responsable de la represión y de los efectos que tiene la
represión, como la muerte de personas”.
Agregó que Maduro tiene una “responsabilidad directa”
por las muertes. “Uno no puede darles armas a colectivos civiles para que hagan
una tarea represiva. No pueden exacerbarse esos ánimos con un discurso de odio,
de confrontación y de conflicto. Es no solamente el que apretó el gatillo, sino
el que le dio las armas, y el que le dijo que saliera a reprimir en las
manifestaciones”.
Mi entrevista con Almagro fue el miércoles, cuando más de 100,000 opositores venezolanos salieron a las calles para exigir un retorno a la democracia. El régimen de Maduro recientemente eliminó virtualmente todos los poderes del Congreso, se ha negado a celebrar elecciones regionales y ha inhabilitado a los principales líderes de la oposición para ser candidatos a cargos públicos por hasta 15 años.
Para intimidar a la gente para que no participara en
las protestas, Maduro había anunciado públicamente dos días antes de que
entregaría fusiles a unos 500,000 civiles progubernamentales.
Maduro dijo en una ceremonia militar que había
ordenado a su ministro de Defensa “expandir la Milicia Nacional Bolivariana a
500,000 milicianos”, y que garantizaría “un fusil para cada miliciano”.
Previsiblemente, durante las protestas
multitudinarias, Maduro ofreció un nuevo “diálogo” con la oposición,
prometiendo entre otras cosas celebrar elecciones regionales.
Pero afortunadamente, parece que ni los líderes de la
oposición ni Almagro caerán en la trampa esta vez. El último diálogo en el que
participó la oposición, promovido por el Vaticano y la UNASUR, terminó siendo
una farsa que al final del día solo ayudó a que el régimen ganara tiempo, y
pudiera quitarle aun más poderes a las últimas instituciones independientes.
A principios de este mes, cuando le pregunté al líder
opositor Henrique Capriles sobre la posibilidad de una nueva ronda de
negociaciones con el equipo de mediación encabezado por el ex presidente
español José Luis Rodríguez Zapatero, me dijo: “No nos vamos a volver a dar con
la misma piedra”.
Almagro me dijo que cualquier nueva mediación tendría
que reemplazar a Rodríguez Zapatero e incluir un calendario para elecciones
presidenciales libres, con supervisión internacional. Ya 11 países
latinoamericanos –como México, Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Chile– han
firmado un documento exigiendo un calendario electoral.
Ya es demasiado tarde para las elecciones regionales,
me dijo Almagro. No sólo el régimen ha roto el hilo democrático, sino que la
economía de Venezuela se ha desplomado, dijo. El Fondo Monetario Internacional
acaba de proyectar que Venezuela tendrá una inflación de 720 por ciento este
año –la más alta del mundo– y del 2,068 por ciento el próximo año.
Lo que se necesita ahora es “que la comunidad
internacional no quite los ojos de Venezuela”, y que Maduro sea presionado para
celebrar elecciones generales, con observadores internacionales creíbles y
levantando las inhabilitaciones a los líderes opositores, dijo Almagro. El
derecho de los líderes opositores a ser candidatos “es una condición básica y
mínima para elecciones democráticas”, dijo.
Mi opinión: La orden de Maduro de entregar 500,000
rifles a civiles oficialistas deja pocas dudas de que el presidente de facto es
responsable de crear las condiciones que causaron varias muertes en las últimas
protestas.
Los países latinoamericanos deben ahora intensificar
sus presiones diplomáticas y darle a Maduro un ultimátum para celebrar
elecciones generales monitoreadas por observadores creíbles, o ser objeto de
sanciones. Maduro debe ser considerado de ahora más directamente responsable
por la violencia política en su país, antes de que más jóvenes mueran en las
calles para defender sus derechos democráticos.
Publicado en El Nuevo Herald.
Últimos 5 Artículos del Autor

Un año después de asumir el cargo, el excéntrico presidente argenti...

Es probable que la presidenta electa de México, Claudia Shein...
.: AtlasTV
.: Suscribite!
