El responsable del ataque al Congreso en Venezuela
Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.
No se equivoquen: el presidente venezolano Nicolás Maduro es
directamente responsable del violento ataque del 5 de julio contra la Asamblea
Nacional, de mayoría opositora, y de la mayoría de las 90 muertes que se han
registrado en las protestas antigubernamentales de los últimos tres meses.
Poco después
del ataque de unas 200 milicias armadas respaldadas por el gobierno a la
Asamblea Nacional, de mayoría opositora, Maduro condenó el hecho. Hablando poco
después de que gobiernos de todo el mundo expresaron su indignación por el
incidente, Maduro dijo que “no voy a ser nunca cómplice de ningún hecho de
violencia”.
¡Qué caradura! Hay docenas de
fotografías y videos que muestran cómo la Guardia Nacional de Maduro permitió
que las milicias progubernamentales –muchas de ellas con máscaras para ocultar
sus rostros– entraran en las instalaciones del congreso y golpearan a los
legisladores, dejando al menos uno de ellos inconsciente. Y durante la golpiza,
los guardas miraban sin hacer nada.
Los guardias nacionales “le daban
puerta franca a los manifestantes para que entraran en la Asamblea, y para que
hicieran los desmanes que hicieron”, le dijo el congresista Leonardo Regnault,
quien fue golpeado en la cabeza, a Fernando del Rincón de CNN en Español esa
noche. Al menos cinco legisladores resultaron heridos.
Las organizaciones de derechos
humanos dicen no tener la menor duda de que los “colectivos” –como se conoce a
las milicias respaldadas por el gobierno– que atacaron a la Asamblea Nacional
están protegidos por Maduro y el vicepresidente Tareck El Aissimi.
Pocas horas antes del ataque al
Congreso venezolano, el vicepresidente El Aissimi se había presentado allí, y
dijo que el Congreso “ha sido secuestrado” por la oligarquía. Es difícil no
concluir que el ataque fue planeado desde los más altos niveles del gobierno,
dicen los legisladores de la mayoría opositora en el Congreso.
Los “colectivos” suelen patrullar
las calles de Caracas en motocicletas, intimidando a la población para que no
se una a las protestas de la oposicion, dice Human Rights Watch. El uso de
milicias civiles respaldadas es una vieja táctica que ha sido utilizada por
dictadores como Fidel Castro en Cuba y Benito Mussolini en Italia.
“Es absurdo que Maduro diga que no
sabía lo que estaba pasando”, me dijo el director de Human Rights Watch para
las Américas, José Miguel Vivanco. “Estos hechos no ocurrieron en algún lugar
remoto de Venezuela. Tuvieron lugar en la Asamblea Nacional, en el corazón de
Caracas, frente a la Guardia Nacional”.
Independientemente de si son
empleados del gobierno, parte de la recompensa de los “colectivos” es el
saqueo. Regnault, el congresista que fue golpeado en la cabeza en el ataque,
dijo a CNN que después de que le pegaron, “me quitaron mis pertenencias”.
Todavía quedan unos pocos países que
dicen que la crisis política en Venezuela es culpa de ambas partes, el gobierno
y la oposición.
¡Eso es un disparate! Basta escuchar
al propio Maduro para convencerse de lo contrario. Maduro, que está propiciando
una nueva Constitución al estilo cubano, admitió públicamente en un discurso
del 27 de junio que no cree en las elecciones democráticas.
“Si fuera destruida la revolución bolivariana, nosotros iríamos al
combate. Jamás nos rendiremos: lo que no se pudo con los votos lo haríamos con
las armas”, dijo.
Dos meses antes, el 17 de abril, Maduro anunció “planes para
expandir la Milicia Nacional Bolivariana a 500,000 milicianos”, y proclamó que
garantizaba “un fusil para cada miliciano”.
Mi opinión: La condena de Maduro al ataque contra la Asamblea
Nacional es risible. Maduro es el presidente del país, comandante en jefe de
las fuerzas armadas y –como él mismo admitió en sus discursos del 17 de abril y
del 27 de junio– es el artífice de las milicias armadas que hostigan a la
población.
Aquellos que siguen diciendo que la violencia en Venezuela es el
resultado de un choque entre dos bandos igualmente culpables viven en el
pasado. Hoy en día, hay una dictadura tambaleante que contrata a turbas armadas
para intimidar a la gente, y la gran mayoría de la población que quiere que
Maduro y sus asesores cubanos se vayan.
Publicado en El Nuevo Herald.
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