Venezuela en el abismo
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve




El día viernes 4 de agosto, finalmente, se “instaló” en Venezuela una Asamblea Nacional Constituyente, luego de varias semanas de tensión, como la única respuesta que le quedaba al Gobierno venezolano frente a la serie de protestas que la oposición y la sociedad civil han realizado desde el 1° de abril solicitando el retorno de la democracia y el Estado de Derecho en el país (con un trágico saldo de más de 100 muertos, varios miles de detenidos y numerosas violaciones de derechos humanos).
En un territorio sumido en una catástrofe económica y social, se observa con ironía cómo el Gobierno ofrece solucionar ahoralos severos problemas de inflación, desabastecimiento, desempleo, inseguridad, desnutrición y pobreza mediante esta constituyente, cuando ya lleva 18 años y medio en el poder, despilfarró la mayor cantidad de ingresos por exportaciones petroleras en toda la historia nacional y desencadenó la situación actual.
Un proceso constituyente que nace con “plomo en las dos alas”, porque desde la convocatoria inicial, las bases comiciales, la inscripción de los candidatos, los plazos requeridos y finalizando con la escogencia de los constituyentistasel pasado domingo 30, todo ha estado viciado de ilegalidad y en clara violación a la Carta Magna vigente en Venezuela. Porque además las iglesias, los gremios empresariales, las academias, los sindicatos, diversas ONGs y la gran mayoría de los venezolanos expresaron su profundo rechazo. Pero ante el apoyo irrestricto de las fuerzas armadas, el brutal desbalance y sesgo existente en los poderes públicos en Venezuela hacia el Gobierno actual y la fallida mediación del ex Presidente del Gobierno de España José Luís Rodríguez Zapatero, los agentes domésticos no tuvieron el peso necesario para frenar dicho proceso.
Sin embargo, lo que definitivamente puede marcar la diferencia y dar al traste con esta ilegal asamblea es la enorme (e inédita para Venezuela, una República que jamás ha participado en conflicto bélico directo con otra nación) condena que ha recibido por parte de la comunidad internacional. Un conteo gráfico elaborado por el portal venezolano Prodavinci permite corroborar que solamente 8 países han expresado su apoyo al proceso y 2 permanecen neutrales, en contraste con 37 que lo desconocen y 7 que lo rechazan. Entre las naciones que se han manifestado, la mayoría considera que la salida a esta crisis será el diálogo o la negociación, seguido por el restablecimiento del orden constitucional.  Algunos también se han ofrecido como mediadores y otros han anunciado sanciones. De igual modo, a escasas horas de la instalación de la asamblea, el Vaticano también pidió suspenderla.
Lo cierto del caso es que solamente en esta semana, y ante la expectativa de la instalación de la asamblea, los precios de los productos, de los servicios y el tipo de cambio en el mercado paralelo tomaron un ritmo ascendente aún más fuerte. Cada minuto que dicha asamblea esté en funciones, así como también en el momento que culmine sus deliberaciones, presente a la sociedad su producto final y éste entre en vigencia (si es que eso llega a ocurrir, algo muy poco probable), los venezolanos seguiremos cayendo en un abismo. 
 

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