Jubilemos al Sistema Jubilatorio I
Gastón Carballo Argañaraz
Abogado. Docente Universitario.


Recordemos las críticas al sistema de AFJPs de los iluminados estatistas: ¨Las inversiones de las AFJPs  están en una situación muy complicada, han generado una gran pérdida de  rentabilidad¨;  ¨estoy de acuerdo en ir a un sistema público¨ decía el Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino; ¨el sistema de capitalización fue un fracaso¨ tiraba el entonces Defensor de la tercera edad; ¨los sueldos de los gerentes de las AFJPs son una estafa¨;  ¨las comisiones que cobran las administradoras son excesivas¨;  ¨prestan al Estado a tasas usureras¨; ¨generan una merma de los ingresos públicos¨; ¨violan el art. 14 bis de la Constitución Nacional¨; ¨durante la duración del sistema se pagaron más de usd 12 mil millones de dólares en comisiones; ¨la estatización fue positiva ya que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad se apreció de 2008 a 2014¨; etc… éstas y otras mentiras sirvieron para convencer a la sociedad de que el sistema que nació con la Reforma Constitucional del 94 debía ser eliminado por uno público.

Pasaron 9 años desde entonces y quiero evaluar aquellos argumentos.

Recordemos que el sistema nunca fue estrictamente privado porque existía la opción de aportar al sistema público. Además, para refutar la crítica de la violación al 14 bis de la Constitución, en cuanto a la cobertura de la contingencia por vejez, el Estado no era un simple observador,como se lo hizo aparecer, sino que era socio mayoritario en su obligación de cobertura porque de las tres prestaciones por vejez, a saber Prestación Básica Universal, Prestación Compensatoria y Jubilación Ordinaria, sólo ésta última debía ser pagada por el sistema privado.  

Las AFJPs contaban con algo más de 8000 empleados en el 2007, las cuáles utilizaban 1164 sucursales, una relación afiliados/aportantes salvo excepción siempre positiva, y cobraban una comisión promedio a setiembre de 2007 menor a 1% (0,997% tomando en cuenta las bonificaciones).
Desde el inicio del sistema la comisión bajó ininterrumpidamente del 2,5% a menos de 1%; de 1994 al 2007 la rentabilidad real fue casi siempre positiva; el mismo año entre 10 AFJPs tenían 150 ejecutivos los cuáles fueron remunerados en el mismo período con $
200.000.000 (cifra con la q se pudieron pagar 305.000 jubilaciones según la crítica) y de los 5073 trabajadores absorbidos por el Estado el 87% cobraba menos de $6000 mientras que el 8,2% entre $6000 y $8000.
El sistema duró 14 años hasta su eliminación sin tener ningún beneficiario puro.

Resta ver el iluminado sistema público que pagó en 2016 $
11.597.600.000 en remuneraciones a algo más de 19.800 empleados (personal permanente y transitorio por escalafón ordenado por ocupación) mas gastos de consumo no detallados por $5.413.444 totalizando en estos conceptos $17.011.044.336, además destinó  $762.815.483 a la puesta en valor de edificios y regionales, más $87.957.423 para bienes de uso. Y sólo considero al 37% del personal estatizado de las AFJPs ya que el 43% fue empleado en la AFIP, 20% en el  PAMI y el 3% en el MTESS, como tampoco considero el costo operacional de la estructura destinada al Riesgo del Trabajo, PAMi, etc.

Haciendo un ejercicio de actualización de los salarios del staff ejecutivo de las AFJPs y de la planta de empleados de todo el exsistema teniendo en cuenta que el 87% cobraba sueldos de entre $1500 a $6000 (consideraremos  $5000), el 8,2% sueldos de $6000 a $8000 más $
200.000.000 en remuneraciones a los ejecutivos y lo actualizamos 2009/2010 con el IPC de San Luis, 2011/2012 con el IPC Congreso, 2013/2016 con el IPC CABA nos da un monto remunerativo actualizado del sistema privado de $1.315.268.596 el cuál resultaría ser solo el 11% de lo destinado a remuneraciones durante 2016 a la ANSES.

Que bien administrado el sistema público ¡!

Que eficiente ¡!

La mentira de la caída de la rentabilidad de las inversiones de la AFJPs fue otra crítica oportunista dirigida a una sociedad de pocas luces, utilizaron el año 2008 (crisis internacional) para medir la pérdida de valor nominal dejando de lado el principio base de que el ingreso = $ = bienes y servicios, ya que si todos los precios de las economías del mundo habían caído, el acumulado en las cuentas de capitalización individual, valor de las cuotas, bajaba reflejando eso, pero su poder de compra se mantenía constante. Basta revisar cuanto costaba un departamento en Miami a principios de 2007 y ver cuanto costaba 1 año después o cualquier otro precio de cualquier bien.
Al año siguiente la mentira política continuó con su patético teatro afanándose del saqueo realizado argumentando que el sistema público era más eficiente ya que el FGS había crecido 392,1% de 2008 a 2014, lapso en el que prácticamente los precios de todos los activos habían aumentado, basta revisar cualquier índice para ver el  engaño en esos argumentos.
 
En relación a las comisiones, la crítica manejó números del orden del 30% o más, tomando la comisión en relación al aporte total, pero dejando de lado que se trataba del 1% sobre la remuneración y que las AFJPs pagaban de allí comisiones al INAR e Ingresos Brutos con lo cual es difícil entender cómo los mismos funcionarios que las criticaban por excesivas no movieron un dedo para dejar de percibir impuestos sobre ellas, y así abaratarlas.

Que las AFJPs financiaran al Estado a tasas usureras de alrededor del 9% resulta un dato positivo porque el sistema tenía por objeto generar recursos para cubrir la contingencia de vejez, por lo tanto, mientras más alta la tasa mejor para los beneficiarios. Además, la misma Administración Argentina expropiadora convalidó tasas de financiamiento cercanas al 16% con Venezuela, emitió deuda a tasas que triplicaban la de pares de la región y decidió caer en cesación de pagos para terminar pagando millones de dólares en punitorios, gastos de litis, y tasas exorbitantes por ser mal deudor. Pura hipocresía.

Las mentiras utilizadas para eliminar las AFJPs hacían pensar que el sistema público sería barato y austero, pero no, resultó ser, como era de esperar, un agujero destinado a chupar plata, ineficiente como todo órgano estatal y con un costo en remuneraciones con el que se podrían pagar más de 1.400.000 jubilaciones mínimas.

El sistema público resultó ser una estafa, no resiste una sola de las críticas que los mismos estatistas progres y saqueadores le hicieron al sistema privado, el que no solo era más eficiente y perfectible, sino que también era operativamente infinitamente más barato. Pero lo más lamentable no es que en 2008 se hayan quedado con los casi $
100.000.000.000 del FGS y sus futuros ingresos, sino que lograron cooptar las cabezas de millones de argentinos que hoy siguen repitiendo como loros todas las críticas berretas que usaron para perpetrar la estafa, producto de otra batalla previa, también perdida, en la que lograron generar en las vacías cabecitas la idea de que el Estado está para cuidarnos, cuando en realidad media la Constitución Nacional para protegernos de sus abusos, cosa q a la fecha sigue sin suceder.
 

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