Santiago el artesano y Mario el cartero
Eloy Soneyra

Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como: “Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010).



Lo acaecido a Santiago Maldonado hace recordar la película italiana “Il postino” de 1994 conocida como “El cartero" donde Mario un joven ingenuo pero afectivo, toma el puesto de cartero que pueblerinamente le dan para que lleve las cartas a Neruda, en la isla chilena Negra. El joven de 17 años no quiere seguir los pasos del padre, pescador.
 
Los continuos viajes van afianzando una relación entre Mario y Neruda, que lo abre a otro mundo, al aprender de la mano de su único cliente a escribir y además a vivir un ideario sobre el cotidiano ser, ambas lo llevan a dar vida a su corazón para conquistar en la única taberna del pueblo a Beatriz Rosso, con la que se casa. Para Mario, Neruda se convirtió en un gran referente, naciendo una  amistad desplegada mediante palabras y la construcción de metáforas y de la poesía como forma de entender y afrontar la vida.
 
Con el pasar del tiempo Pablo Neruda es autorizado a regresar a Chile, donde se le ofrece la candidatura de presidente, que cede a Allende. Sin el puesto Mario se queda  sin trabajo, por lo que decide ir a Santiago para  participar  en una manifestación comunista apoyada por el escritor, donde  por su asistencia encontrará  la muerte.
 
Santiago y Mario son dos idealistas que ponen su hombro a creencias sociales, la comunista de Pablo Neruda vivida por Mario, y la creencia de la causa mapuche, por Santiago, desconociendo este que descienden de araucanos que vinieron desde Chile al país en 1830, y fueron feroces indios de los malones que llegaban a Rio Cuarto. Ambas causas impulsaban a los dos a    la bohemia y la sensibilidad, de sus últimas horas, que circunstancialmente les llevaron accidentalmente a perder la vida.
 
Mario conoció a Pablo Neruda el poeta chileno romántico reconocido mundial mente, comunista, exiliado en la isla, quien le enseño acerca de la poesía y la metáfora, para hablar de una cosa comparándola con otra, aprendiendo en esa relación dialogal que todo momento tiene su significado, y se despliega en el camino hacia el corazón de una mujer, que siempre toda palabra tiene su lugar, sirviendo de norte de valor para cambiar la vida y la pasión para vivir sueños.
 
La muerte de Santiago fue conocida desde el mismo día que no cruzó el rio, pero para el mapuche Jones Huala debía ser callada para echar la culpa de la desaparición a un órgano estatal como la Gendarmería Nacional, a la vez que se ocultaba por un lado ocultar el carácter sedicioso de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM)  y por el otro no mostrar que nada hicieron los que huían como Santiago para tratar de sacarlo de la trampa que lo había aprisionado, máxime que en el caso mapuche están por su falta de arquitectura en la existencias de taperas, que no pueden hablar de cultura pues desconocían la escritura, como el conocimiento de los metales  y mucho  menos tener un calendario sin observatorios ni matemáticas, que los coloca prácticamente en la era paleolítica. Santiago y Mario dieron su vida por un derecho a la libertad que apetecían para si y para los demás, demás que nada hicieron para sacarlos de la situación agónica, que enfriaba sus cuerpos.  
 

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