Implosiona la oposición en Venezuela

César Yegres Guarache
Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo
de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de
Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento
(1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve
De manera increíble, los últimos 3 meses
han significado, para el grupo que representa a los partidos políticos de
oposición en Venezuela, un declive continuo en su fortaleza para lograr un
cambio político, a pesar de disponer de un amplio respaldo internacional y el de
una clara mayoría de los venezolanos.
Es así, porque les ha tocado enfrentarse
al autoritarismo puro, al aparato estatal más poderoso de la actualidad en toda
América latina, que dispone sin contraloría alguna -no obstante la caída de los
precios del petróleo- de numerosos recursos públicos con fines electorales y
que los procesos comiciales distan mucho de ser lo mínimamente justos y
competitivos que exigen los actuales estándares internacionales. Pero también
lo es, porque la vocería opositora ha pifiado repetidamente en su estrategia
desde 2014, oscilando entre las convocatorias a las protestas callejeras, los
cacerolazos y la recolección de firmas, hasta la participación en los procesos
electorales organizados por un ente electoral sesgado, aun a sabiendas que en
todos esos escenarios el Gobierno suele “jugar con cartas marcadas” al disponer
de un control cuasi total de las instituciones del sector público y de las
fuerzas armadas. Más de 100 fallecidos en las protestas callejeras de mediados
de este año y la victoria oficial en las elecciones regionales del pasado
domingo 15 de octubre (18 de los 23 estados en disputa) sirven de ejemplo.
Lo más grave es que la implosión en el
seno de la alianza de partidos opositores
–cuando muchos esperaban algo así pero dentro del Gobierno- ocurre en un
momento crítico, con un calendario de eventos electorales de corto plazo a la
vista: de alcaldes (primera semana de diciembre de 2017); de concejales y
legislaturas regionales (aun sin fecha) y presidenciales (diciembre de 2018),
que pone en altísimo riesgo la posibilidad de un pronto cambio político, a
pesar de ser algo anhelado por una inmensa mayoría de venezolanos, producto de
la peor crisis económica y social que ese país haya padecido en su historia
republicana.
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