Nuevas viejas redes del crimen organizado en el Cono Sur
Julio Cirino
Director de GeoEconomicsGPS.
Así como se
insiste hasta el cansancio que el mundo está “en red”, casi no se comenta que
al lado de las redes legítimas funciona otro mundo paralelo de redes que
interconectan actividades delictivas, son las redes profundas que unen
actividades que difícilmente imaginamos interconectadas y en las que a su vez
se une el tráfico ilegítimo con el terrorismo.
En nuestra
región se habla cada vez mas de “Estados Criminales”, el encuadre teórico
respecto de a qué nos referimos cuando se habla de estados criminales lo hace
el periodista e investigador Douglas Farah en un trabajo que se publicó con el
título de “Suriname the new paradigm of a criminalized state” en marzo de 2017 [1]
Allí el
autor señala que un estado criminal “…es
aquel en el que su conducción conoce y está involucrada, no importa si en forma
pasiva o activa, en las actividades de organizaciones criminales y las mismas
se convierten en instrumentos del estado…”
Al respecto
en marzo de 2015 el Director de la Agencia Nacional de Inteligencia de los
Estados Unidos, James Clapper testificó que esta calificación podía aplicarse a
estados del bloque bolivariano, específicamente mencionó a Venezuela, Bolivia,
Ecuador, El Salvador y Nicaragua.
A lo largo
de 2017 creció la posibilidad que este calificativo se extienda a Paraguay, lo
que parece posible sobre todo si se piensa que su localización geográfica lo
coloca con un enorme potencial de convertirse en un “nodo central” para cualquier
actividad de las redes criminales que operan en la región.
En abril de
este año (2018) Paraguay llevará adelante elecciones presidenciales, dado que
concluye el mandato de Horacio Cartes quien finalmente habría desistido de
postularse para la continuidad en el cargo. Recordemos que su llegada a la
presidencia en 2013 no fue el resultado de una elección sino la consecuencia de
un cambio en los estatutos de su partido (el Colorado) y de masivas cantidades
de dinero volcadas en una especie de extraña campaña electoral.
A poco de
asumido el cargo, una fuerza especial de la policía de Holanda se reunía con
sus homónimos de Colombia para abordar el tema del multimillonario contrabando
de cigarrillos paraguayos que ingresaban a Aruba y Curazao para terminar su periplo
en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estas cajas
de cigarrillos son producidas de a miles por TABESA una empresa que pertenece a
la familia del actual presidente de Paraguay y que en Brasil es conocido con el
sobrenombre de “patrón de tabaco”[2]
Este tema,
relativamente poco visible resulta ser una pieza clave en las actividades
criminales en el área, en tal sentido, el periodista español Emili Blasco
publicó en junio de 2017 un pormenorizado análisis en el periódico madrileño
ABC en el que comienza diciendo que “… Paraguay con solo 6,9 millones de
habitantes produce anualmente 60.000 millones de cigarrillos (…) para absorber
esa producción todos los paraguayos incluidos los recién nacidos, deberían
fumar una media de 24 cigarrillos diarios…” y Blasco agrega: “…Paraguay es el
principal foco americano de contrabando de tabaco y uno de los mayores del
mundo…”
Pero el
tema se complica mucho más cuando vemos que este negocio del tabaco sirve como
herramienta para el lavado de activos tanto de las FARC de Colombia, del grupo
islámico Hezbollah, de algunos carteles mexicanos y recientemente (2017) vino a
sumarse el grupo brasileño Primeiro
Comando da Capital (PCC) uno de los tres grupos delictivos más importantes de
Brasil.
Esta confluencia
de organizaciones delictivas se hace tan relevante que se convierte en tema de
un informe presentado al Senado de los Estados Unidos el 10 de mayo de 2017 por
el Dr. Manuel Ottolenghi [3]
En este
trabajo se señala la confluencia de organizaciones criminales en el área y lo
que ello representa en términos de la seguridad regional.
Qué la zona
conocida como “la triple frontera” es un área conflictiva, es algo de sobra
sabido, lo que no parece tan conocido es la dimensión de las cifras del
contrabando que allí se mueve y el hecho que no solo se trata de un problema de
tabaco-cigarrillos (lo más visible) sino, como comentábamos al comienzo, de la
instalación de redes organizadas que mueven además y con igual facilidad,
personas, armas y narcóticos.
La firma de
los acuerdos de paz en Colombia ha venido a resultar al respecto, un arma de
dos filos, por un lado el grueso de la estructura militar de las FARC dejó de combatir abiertamente para entrar –
al menos en teoría – en la arena política, a la vez sectores de las FARC están
ahora trabajando con carteles de la droga, mientras que un sector de los
responsables jerárquicos trabaja desde
Panamá para procesar los aproximadamente 2.500 millones de dólares que las FARC
considera su “botín de guerra” y desea lavar, es en este sentido que la
permisividad del sistema de contrabando montado en Paraguay le resulta
extremadamente útil. Esto, sin analizar que el otro grupo terrorista que opera
en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) continúa con sus acciones,
que curiosamente se centran en las áreas más cercanas a la frontera de Colombia
con Venezuela.
Un párrafo
aparte merece el tema del “Primeiro Comando”, un grupo criminal conocido y
violento con décadas de operaciones, nacido en las cárceles de Brasil y que
lentamente se va imponiendo en el país
sobre sus dos “competidores” – Comando Vermelho” y Amigos da os Amigos.
Desde 2016,
pero sobre todo a lo largo de 2017 Primeiro Comando sale de las fronteras de
Brasil en forma sistemática y se proyecta hacia el Pacifico. Su primera avanzad
es la zona de la Triple Frontera donde se involucra tanto en el tráfico de
tabaco – como instrumento para el lavado de dinero—como en la búsqueda de
aumentar sus contactos operacionales con las FARC donde los intercambios tienen
que ver con el negocio de las armas y las drogas.
Hasta qué
punto la actual administración de Horacio Cartés está involucrada activa o
pasivamente en estas acciones es algo muy difícil de determinar, pero señalemos
que una publicación como Foreign Affairs en su ejemplar de Febrero 16 de 2016
incluye un extenso trabajo titulado “Sneaking a Smoke” en el que apuntó a la
existencia de un “sistema de contrabando” que cubre una extensa lista de países
(menciona a Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, México,Panamá y Venezuela y
se extiende hasta Europa) y señala el informe que detrás de esta industria se
encuentra Tabacalera del Este (TABESA) que es parte del llamado “grupo Cartés”
un conglomerado dirigido por la familia del presidente. Señala además el artículo,
el involucramiento de los carteles mexicanos, específicamente los Zetas y el
Cartel de Sinaloa que se ocuparían de la distribución del contrabando en la
zona de Centroamérica y México[4].
El
presidente de Paraguay negó terminantemente su involucramiento en actividades
ilícitas y expresó su amplia cooperación con las autoridades, particularmente
con las de su vecino Brasil, sin embargo, las operaciones ilegales continúan…
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