Guerra
Isaac Katz

Investigador y catedrático del Instituto Autónomo de México.



La "gran depresión" de la década de los treinta del siglo pasado empezó con una simple recesión pero que se profundizó por tres graves errores de política económica.
Durante la segunda mitad de la década de los veinte, la política monetaria estadounidense fue notoriamente expansiva, dando lugar a una burbuja en el mercado accionario. Un elemento central en esta burbuja fue que se alimentó por la adquisición apalancada de acciones. Cuando en octubre de 1929 cayó el mercado accionario, aquellos que se habían apalancado con los bancos y que experimentaron una pérdida de capital no pudieron honrar sus compromisos de deuda, lo que llevó a un deterioro en el balance de los bancos y la quiebra de algunos de éstos. La decisión de decretar un "festivo bancario" generó pánico y provocó la corrida generalizada contra el sistema bancario y la quiebra de la mayor parte de éstos. Primer error.
La recesión que siguió a la quiebra bancaria se profundizó aún más por la decisión de la Reserva Federal de seguir una política monetaria acomodaticia: reducir la cantidad de base monetaria en circulación ante el menor nivel de actividad económica. La caída de la base monetaria junto con la destrucción de depósitos a la vista redujo significativamente la cantidad de dinero en circulación, lo cual agravó aún más la recesión. Segundo error.
La caída en la actividad económica estadounidense en la primera mitad de 1930 provocó la aparición de voces que urgían proteger a la industria de la competencia externa. Estas presiones proteccionistas se materializaron ese mismo año en la promulgación del Acta Smoot - Hawley que impuso aranceles sobre casi mil productos, la mayor parte provenientes de Europa. Tercer error. La política proteccionista estadounidense provocó, particularmente en Gran BretañaFrancia y Alemania, la adopción de represalias comerciales que llevaron a una significativa destrucción del comercio internacional en los años posteriores, mandando al mundo a la gran depresión de los treinta y que, dicho sea de paso, fue determinante para la ascensión de Hitler al poder en 1933.
Un poco de historia económica para entender la grave amenaza que representa para el mundo la posición nativista y equivocada de Trump en materia de comercio internacional, creyendo de manera vehemente que es un juego de suma cero. Sin entender que el déficit comercial estadounidense es el reflejo de un desbalance interno entre ahorro e inversión, acusa que éste es el resultado de que el resto del mundo se aprovecha de Estados Unidos y publica, la semana pasada, cuatro tuits:
(1) "Cuando un país (EUA) pierde miles de millones de dólares en el comercio virtualmente con cada país con el cual hace negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar"; (2) "Cuando un país grava nuestros productos a, digamos 50% y nosotros los gravamos a cero, no es justo ni inteligente. Pronto empezaremos con impuestos recíprocos para cargar lo mismo que nos cobran. Un déficit de 800 mil millones no me deja alternativa"; (3) "EUA tiene un déficit comercial anual de 800 mil millones por nuestros muy estupidos acuerdos comerciales y nuestras políticas. Le estamos dando nuestros empleos y riqueza a otros países que se han aprovechado de nosotros por años. Se ríen de lo tontos que han sido nuestros líderes. ¡No más!"; (4) "Si la Unión Europea quiere incrementar sus ya elevadas tarifas y barreras a las compañías estadounidenses, simplemente aplicaremos un impuesto sobre sus automóviles que entran libremente a EUA. Hacen imposible vender nuestros carros (y otros bienes) allá. ¡Enorme desbalance comercial!".
No entiende la teoría de ventajas comparativas ni las ganancias del comercio. Las guerras comerciales no se ganan; solo destruyen riqueza y generan pobreza, incluso para quien la empieza.

Este artículo fue originalmente publicado en Asuntos Capitales (México) el 6 de marzo de 2018 y en Cato Institute.
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]