Caos monetario en Venezuela
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve




Como parte de las calamidades que sufrimos los venezolanos en nuestra cotidianidad, el manejo de los billetes y monedas se ha vuelto uno de los recurrentes dolores de cabeza. Porque al increíble ritmo de crecimiento de los precios (primer caso de hiperinflación en América latina en 2 décadas) se suman un desabastecimiento generalizado de bienes y servicios finales (por la anacrónica política económica de controles y acecho al empresariado privado) y un Banco Central de Venezuela totalmente sumiso a los caprichos del Gobierno Nacional, que emite dinero sin respaldo a una tasa de incremento de dos dígitos mensuales a fin de cubrir el repetido déficit fiscal.
 
Cabe recordar que en enero de 2008 entró en vigencia una reconversión monetaria, que consistió en quitarle 3 ceros a todos los montos en la economía (1 bolívar “fuerte” equivalía a 1.000 bolívares), a fin de facilitar las transacciones cotidianas. Desde el punto de vista técnico, tal proceso se efectuó de forma adecuada, con plazos para el suministro de las nuevas piezas, la adecuación de los sistemas bancarios e información completa para el público. Su principal falla es que se trató de una simple reconversión y no de un ajuste completo, que incluyera medidas para detener el incremento de los precios.
 
Pasaron los años, aquellos billetes y monedas perdieron paulatinamente su poder de compra y a finales de 2016 ya la inflación acumulada alcanzaba 8.700% en esos 9 años. En ese momento, se decidió retirar de circulación abruptamente el billete de mayor denominación del cono monetario vigente (100 bolívares) e introducir una serie de 7 nuevos modelos de billetes que restauraban aquellos 3 ceros originales. Pero no funcionó. No hubo capacidad de retirar aquellos billetes antiguos, ni de sustituirlos por los nuevos. El porcentaje de dinero en efectivo sobre la liquidez monetaria se desplomó al 5%, la mitad de la media del resto de los países de América latina. Y ese caos se percibió en la vida diaria del venezolano: billetes que se “venden” por encima de su valor nominal o precios distintos en los comercios para pagos en efectivo y con las tarjetas de débito y de crédito.
 
Al momento de redactar esta nota, está en el ambiente el anuncio de otra reconversión monetaria, similar a la anterior, con nuevas presentaciones de billetes y monedas con 3 ceros menos (1 bolívar “soberano” equivaldrá a 1.000 bolívares “fuertes”) que entrarán en circulación el lunes 4 de junio. Lo grave del anuncio es que no prevé ningún plazo de circulación conjunta de los dos conos monetarios, sino que para el domingo 3 de junio deberían haber salido de circulación los viejos y ya para el día siguiente estar listos todos los nuevos. Eso es imposible, desde el punto de vista técnico y logístico.  El caos continuará. Porque aquellos viejos billetes de 2007 aun circulan (14 veces se ha prorrogado la retirada del de 100 bolívares), de los “nuevos” de 2016 no hay cantidades suficientes (representan apenas 15% de la liquidez monetaria) y, lo más importante, no se ha tomado ninguna medida para detener la hiperinflación.  Una razón más para concluir que el caos que padece Venezuela -del cual este es apenas un aspecto puntual- continuará mientras no haya un cambio de Gobierno, en el marco de lo que dicta su Constitución vigente. 
 

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