Tolerancia, ¿eso qué es?
Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


La noticia es chiquita, perdida en los medios, casi sin importancia, pero es un hecho que de alguna manera nos define como una sociedad que desconoce la inevitable necesidad de tolerar al que piensa distinto.

Dato: En Hurlingham, comenzó este año a funcionar una “Escuela de Formación Política de Cambiemos”. Para el martes 24/4 estaba programada la 3ª charla, desde hace tiempo, a cargo de Julio Bárbaro.

El tema era “La actualidad política del PJ”. A Bárbaro se lo presentaba como politicólogo, periodista, escritor y pensador argentino. Todo ello, cierto. Pero…Barionuevo lo acababa de nombrar Coordinador Político del PJ.

Después del político fallo de la jueza María Romilda Servini de Cubría, que nombró interventor del PJ a Luis Barrionuevo, con el mandato de unificar el partido, este a su vez nombró a Bárbaro como coordinador del mismo.

El lunes 23 las redes sociales, todas ellas, como si hubieran recibido un ucase imperial, sumados a desagradables llamados telefónicos, se opusieron a que un ¡peronista! hablara en el foro de Cambiemos.

Bárbaro se bajó de charla, Barrionuevo no se lo pidió, ni Juan Zavaleta (intendente de Hurlingham). Dijo: “Me duele porque en el país que soñé hubiera sido una honra, pero en este país es una complicación."

Esto no es un cuento, pero hace muchos años, en 1689, en un reino lejano, Gran Bretaña, asolada por las guerras de religión entre protestantes y católicos, John Locke escribió su maravillosa “Carta a la Tolerancia”.

Abogaba por el derecho inherente a toda persona a creer en la religión que creyera. Con el tiempo eso le dio pie para insistir en que todos los ciudadanos tenían el derecho de pensar como lo creyeran conveniente.

Son las bases de un gobierno civil sobre la premisa de la libertad individual, única forma de convivencia civilizada entre los ciudadanos de cualquier país. El respeto del otro por el otro y del gobierno por todos.

Más tarde, en 1763, en Francia, Voltaire escribiría: “no estoy de acuerdo con nada de lo que piensa, pero daría mi vida para que pudiera expresarlo.” Y escribió un Tratado de la Tolerancia, sobre la muerte de Jean Calmas.

El príncipe Jean Calmas, hugonote (protestante), fue ejecutado injustamente en marzo de 1762. Luego de que estos dos pensadores profundos y brillantes se expresaran sobre la tolerancia, otros lo hicieron.

Tolerancia, de acuerdo al diccionario quiere decir que respeta opiniones, ideologías o actitudes aunque no se las comparta. Y tolerar, que viene del latín, significa “soportar”. El hecho que implicó a Bárbaro, no se soportó.

Los argentinos, después de matarnos en una guerra demencial en los 70 y terminar en el disparate de declararle la guerra a la OTAN con el tema Malvinas, parecía que habíamos entrado en un espacio de semi cordura.

Obviamente, no ha sido así. No “soportamos” al peronista más amable para con los otros partidos, al peronista con la mente más amplia con respecto al pensamiento del otro. No lo soportamos porque va a trabajar para unir los restos de su partido.

Y como mi patria, la Argentina, es una patria donde hay que aclarar todo, todo el tiempo, porque todo el mundo está sospechado de intenciones aviesas; aclaro: no fui peronista, no soy peronista y no lo seré.

Pero de ahí a no “soportar” a una persona que pretende, por haber sido invitada a hacerlo, hablar de la actualidad de su disperso partido, hay un océano de intolerancia que nos separa y que no habla bien de nosotros.

Tolerar es soportar. Ingenuamente había creído que ya estábamos instalados para siempre en la etapa de “aceptar” al otro, respetar al otro, pensara como pensare. Se ve que no. Los argentinos no hemos evolucionado.

Tristemente, en esta vapuleada patria nuestra, involucionamos. Nos alejamos de la civilización cívica. Seguimos prefiriendo la “O” que separa, a la “Y” que suma.  No es O”, es “Y”. De no ser así, la nación no es posible.

La nación se construye desde el nacimiento a un proyecto común, que necesita de todos sus ciudadanos, los de Cambiemos, los de la  izquierda, los peronistas y todos los demás. Sólo se exige que sean democráticos, tengan valores y cran en la República.

 

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