Asignaturas pendientes: Reducir la inflación y el gasto público
Richard Leslie Ramsay
Director de "Desafío Exportar".
Cualquier argentino
medianamente pensante podía prever que el aumento sostenido de los
combustibles- que inexorablemente repercuten sobre los costos y precios- iban
generar más inflación y fuerte malestar en la población, hecho que sería
utilizado por la oposición para tratar de lijar la imagen presidencial y
mostrar la ineficacia de sus ministros, muchos de ellos desconocidos por la
opinión pública, a excepción del ministro de Energía Juan José Aranguren, cuya
madre es recordada todos los días.
No hay dudas que bajar
los subsidios es una necesidad imperiosa para bajar el gasto público, pesada
carga que cuelga sobre la cabeza del presidente cual espada de Damocles. El
gasto público tiene diferentes fuentes sobre las que abrevarse, y con decisión
política podría bajarse sensiblemente: Por ejemplo: costo político. Millones de
pesos en mantener un Poder Legislativo, oneroso, elefantiásico, plagado de
asesores, choferes, guardaespaldas, además de sueldos que en situación de
crisis suenan a casi una burla para un pueblo que ya no le quedan recursos para
achicar sus gastos.
Tampoco hubo señales de
echar mano al Consejo de la Magistratura que no sirve para nada, y sus efectos
prácticos visibles son mantener un grupo importante de funcionarios y varios
cientos de “ñoquis” inoperantes con importantes sueldos. ¿Para qué sirve el
Consejo de la Magistratura? Para dejar
en su puesto al juez Rafecas pagando una “multa del 50% del sueldo por única
vez. Una burla. Para que los jueces Farah y Ballestero continúen en otros
juzgados si así lo decidieran, ya que para El Consejo nada indica que hubieran
procedido mal. Huele más a complicidad que a un razonamiento jurídico.
Se anunció que iban a
investigar si los jueces demoraban expedientes exprofeso para no juzgar y que
prescribieran con el paso del tiempo, y sólo fue un anuncio oportunista y de
efecto, contando con la mala memoria de la población. Decenas de jueces
corruptos, ineficaces, abolicionistas dejan en libertad a delincuentes que
salen a delinquir desde el mismo día que recuperan la libertad. ¿Investigan si
sus fortunas condicen con sus sueldos de magistrados? Entendemos que no. ¿Le
cuesta al Estado mantener esta cueva de inoperantes? Sí, miles de millones de
pesos. Tampoco la mirada del Ejecutivo se posó en esta aspiradora de dinero que
engorda el gasto público. Si no pueden eliminar el Consejo, reducirlo a la
mitad, para lo que sirve, no se notaría. Lo mismo en el Poder Legislativo. La
biblioteca del Congreso es una cueva plagada de “ñoquis”. Por cada uno que
trabaja dos hacen la siesta. Si hay decisión política mucho es lo que se puede
hacer para ir bajando el gasto público, al mismo tiempo que presionar menos
sobre la clase trabajadora.
La multiplicidad de
ministerios, secretarías, subsecretarias y direcciones nacionales, son una
razón de la sinrazón. Edificios, funcionarios, choferes, autos, secretarias,
personal administrativo, teléfonos, celulares, gastos de luz, etc. En plena
crisis el ministro Guillermo Dietrich, crea una secretaria para el tránsito de
las bicicletas. Cómico si no fuera trágico.
A simple vista habría varios miles de millones de gasto público que
debiera revisarse. Haber usado a los jubilados como ajuste fue cazar en el
zoológico.
Millones de planes para
no trabajar en lugar de imponerles una contraprestación. Recuperar fábricas
cerradas y promover cooperativas para producir elementos necesarios para la industria
que hoy deben ser importados. Un ejemplo. Durante un viaje que hice a las
provincias de Tucumán, Salta y Jujuy, vi que en los lugares más aislados la
iluminación era eléctrica por medio de paneles solares. ¿Se pueden producir
masivamente a bajos costos? Una primera inversión que haga el Estado y después
se sustenta sola con la misma producción. Mano de obra ocupada menos pobreza.
Mucho más barato que mantener con planes ociosos y conflictivos a una masa de
gente que no trabaja ni estudia, y al mismo tiempo reintegrarles la dignidad
del trabajo. Si alguien cobra por no hacer nada, es que otro trabaja en su
lugar. Injusto y pernicioso. Es
imperioso recuperar la cultura del trabajo.
Miles de venezolanos
llegan al país, y días después están trabajando. ¿Falta trabajo o sobran vagos?
INFLACION
Varios ministros de
Economía no logran contener la inflación. Esto genera pérdida paulatina de
confianza y no sólo los grandes inversores se corren al dólar sino también
aquellos que pueden comprar sólo cien como refugio de los pocos pesos que
podrían haber ahorrado. Muchos ministros ¿pero, falta uno que sepa cómo
hacerlo, o la inflación la genera el mismo gobierno con medidas que en nada
favorecen a la contención efectiva?
Nos alegramos cuando
supimos la conformación del gabinete presidencial. Todos excelentes Ceos, gerentes y
funcionarios privados, que hacían prever un gabinete de lujo para sacar al país
de la profunda crisis que había dejado Cristina Kirchner y su entorno, ocupados
y preocupados por saquear las arcas del país, y nada preocupados en aprovechar
el crecimiento a tasas chinas durante cuatro años para generar y promover el
bienestar general.
Pero, hasta ahora, la
inflación cede un poco pero alejado de las repetidas promesas de ir hacia un
país normal. Queda muy poco tiempo hasta las próximas elecciones
presidenciales, y la oposición se amontona para hacer frente a Cambiemos
utilizando todos y cada uno de los errores que se cometen. El presidente es
amigo de los amigos y los soporta en sus cargos. Pero olvida algo muy
importante: 44 millones que no lo conocemos ni somos sus amigos, dependemos de
él para no caer nuevamente en el oprobio de otro gobierno como el que
soportamos durante doce años.
¿Habrá tiempo de
corregir rumbos? Esperemos que sí.
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