Menos gobierno abierto y más gobernanza pública y comunicación 360
Javier Cubillas
Analista de Asuntos Públicos, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


La renovada idea de Gobierno Abierto fue una iniciativa novedosa del gobierno de Barack Obama, en el año 2009, en un contexto en el que las tecnologías 2.0 usadas en  su campaña presidencial fueron un éxito por sus estrategias de personalización y microtargeting.
 
Transcurrido el tiempo, el concepto comienza a dejar algunas dudas sobre su real impacto cívico y su uso efectivo a la hora de implantarse desde culturas administrativas –desburocratizadas y aún opacas- rodeada por una complejidad social que las ponen en jaque a diario.
 
En este sentido,  transcurrido casi una década desde su andar como proyecto o casos de practica real de implementación en América Latina podemos decir que el concepto de Gobierno Abierto ya puede ser objeto de evaluación crítica.
 
En este sentido, vamos a puntualizar al respecto que:
 
1-    El Gobierno Abierto, al ser iniciativa de gobierno, aún deja entrever una visión jerarquizada de la administración y de las políticas públicas con base en la nueva tecnología disponible. Por ende, desde lo conceptual y practico, su lógica es top down con fe en el solucionismo tecnológico implantado. Por ende no puede ir más allá del decisionismo y oportunismo de los funcionarios de ocasión.
2-    El Gobierno Abierto es entonces un punto de partida conceptual y práctico que debe poder criticarse para superarse. Si buscamos una cultura cívica más próxima a la co-creacion de políticas públicas ya sea por más proximidad en la gestión legislativa y/o presupuestaria debemos hacer foco en concepciones que nos permitan avanzar en un afianzamiento en el dialogo institucional para una mayor horizontalidad en la gestión diaria: Necesitamos incorporar entonces las perspectivas de Gobernanza Pública y la Gestión de la Comunicación 360. 
Por un lado entonces necesitamos avanzar hacia una concepción de Gobernanza Publica  -una perspectiva anti economicista y anti populista- en la que la visión horizontal de la gestión en una marca de gobierno. Por eso se la puede comenzar a definir como: El proceso mediante el cual el gobierno, las empresas privadas, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos interactúan para definir, acordar y decidir sus principios y objetivos de vida en común y las formas de organización, los recursos y las actividades que se consideran son necesarias y conducentes para realizar los objetivos y principios decididos de interés general (Aguilar, 2014)
Y consecuentemente, se debe avanzar en una visión de Gestión de la comunicación 360 como una perspectiva operativa de la visión horizontal de gestión en tanto: La gestión también es comunicación. Significa que cada vez que aparece un hecho político, aparece necesariamente un hecho comunicacional. Y esto cobra mucha más importancia en un entorno de altísima velocidad de decisión, con tantos medios de comunicación diferentes, con tiempos sociales tan cortos y con procesos de disenso y de controversia cada vez más activos. Un gobierno está en el centro de la escena y es visto y juzgado desde los 360 grados. (Elizalde, Riorda, 2014)
 
Estos puntos de análisis nos deben hacer ver que la simplificación o sesgo de gestión economicista, populista, o tecnológica de datos, big data, o fe en la solución tecnológica yerra en anular el conflicto al creer saber todo lo que necesita el ciudadano. Subsume la política y la libertad a un usos parcializado de datos de la realidad.
 
El gobierno abierto por si sólo es sólo una parte de una realidad mucho más compleja que no asegura resultados de colaboración sin culturas innovativas y estrategias de dialogo institucional con base en la diversidades de nuestras sociedades. El Estado y sus funcionarios deben cambiar más allá de la tecnología porque el deficit sigue siendo cultural y comunicacional.
 
Por todo esto, y por si fuera poco, si hubiere una gestión de lo público tendiente a concretar una gobernanza pública y comunicación 360 es más probable que la provisión de servicios públicos básicos y universales, que permitan el desarrollo cultural y técnico de amplios sectores innovadores de la economía actual, con muestras de convivencia social y respeto a la ley más seguridad jurídica e inversión financiera y receptividad turística nos permita hablar naturalmente de fenómenos y perspectivas consecuentes a estos hechos sociales y políticos. ¿Cuáles serían estos fenómenos consecuentes?
 
Así, quizás estemos más cerca de ver emerger en nuestras ciudades latinoamericanas fenómenos como las smart cities y a sus potenciales brand cities o marca ciudad y las perspectivas de la Agenda 2030 de los ODS como parte de la toma de decisiones públicas. Todo esto en posible de pensar finalmente dada la concepción de gobernanza que respete el Estado de Derecho con libertad y respecto a la ley para permitir la innovación y esfuerzos de desarrollo y crecimiento interdependientes y sustentables con otras ciudades y países de la región.
 
Mas gobernanza pública y comunicación 360 en las ciudades latinoamericanas es el camino hacia Estados y sociedades eficientes y abiertas a valores cívicos, culturales y de progreso e innovación real sostenibles en el tiempo.

 

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