¿Qué es el Liberalismo?
Mauricio Bernal Ramos
Participante del Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales 2018, de Fundación Atlas.
"El término liberalismo se identifica con un
paradigma político que afronta el problema de la diversidad humana defendiendo
instituciones que permitan la coexistencia de distintas creencias y modos de
vida. El liberalismo acepta la pluralidad de modos de vida, la multiplicidad de
valores religiosos y morales en un mundo moderno y promueve la tolerancia. El
liberalismo se diferencia de otras filosofías políticas en que rechaza la idea
de un orden social orgánico y espiritualmente unificado, dentro del cual los
intereses de los individuos se alinean en perfecta armonía con los intereses de
la comunidad. Los individuos poseen fine distintos y no existe un único
objetivo que todos tengan la obligación de compartir".
Chandran Kukathas
Para apreciar mejor el
asunto, los liberales partimos del individualismo, es decir, de personas con
intereses, emociones, con planes vitales que se propongan llevar a cabo, en
contraposición al colectivismo, que suprime al individuo analizándolo desde
grupos como “clases sociales”, “pueblos” o “razas superiores”, argumentando que
los colectivos tienen sus propios intereses, aspiraciones, etc. de forma
ontológica: para los liberales, desconocer la individualidad de las personas en
el sentido de que son ellas quienes actúan, es ignorar la realidad, así como a
las personas mismas.
El liberalismo defiende
la libertad de las personas, pero para garantizar la libertad de las personas,
de que perseguir sus proyectos vitales, el liberalismo cuenta con un marco
jurídico basado en:
- El principio de libertad: este
principio nos dice que en cada individuo debe poder determinar por sí mismo
cómo actuar a menos que existan poderosas razones para que otro individuo se lo
impida; es una presunción a favor de la no agresión, es decir, que cada uno
puede hacer lo que desee mientras no inicie el uso de la fuerza contra los
demás.
- El principio de propiedad: la
propiedad es esa determinada porción de la realidad material que posibilita
nuestra búsqueda de fines particulares, que a su vez son parte de la
realización de nuestros proyectos vitales; por tanto, privar al individuo de
utilizar su propiedad, conforme la búsqueda de sus fines particulares y la
consecución de sus proyectos vitales es transgredir el principio de libertad.
- El principio de autonomía
contractual: los contratos son mecanismos que establecen derechos y
obligaciones entre partes para la consecución de fines comunes entre las
mismas; los contratos surgen a partir del derecho de propiedad, una norma
abstracta universal, simétrica y funcional, y a partir de esa norma universal,
se construyen normas particulares mediante contratos entre personas; la
generación de contratos entre partes, una vez delimitados los derechos y
obligaciones correspondientes, son un mecanismo efectivo para alcanzar fines
comunes, ya que, al ser más de uno en la consecución del mismo fin, multiplica
las posibilidades de su logro.
La psicología
evolucionista, es la ciencia que estudia la mente humana en cuanto sistema
cognitivo en sentido amplio, desde un punto de vista evolutivo. Tiene mucho que
decirnos, y es que si queremos conocer la auténtica naturaleza humana, los
procesos de selección, los procesos de adaptación o la generación de
características que resuelven los problemas entre los seres humanos, se hace
necesario recurrir a su estudio. La relación que hay entre la psicología
evolucionista y el pensamiento liberal es que, para ambos, la sociedad es un
orden muy complejo, evolutivo y adaptativo.
Así pues, los liberales
somos realistas porque partimos de la naturaleza humana tal cual es, aceptando
que sus capacidades cognitivas humanas son muy limitadas, y es por eso cuando
por ejemplo decimos, que regímenes dirigidos por pocos individuos, además de
ser poco factible en la realidad, (dado que se sustituye la división del
conocimiento de millones individuos por el limitado conocimiento de pocos) son
regímenes que después terminan planificando el destino de la sociedad
impidiéndonos planificar nuestro propio destino. Que los liberales no ignoremos la realidad de
la naturaleza humana, es un hecho patente desde los tiempos de Adam Smith (La
Teoría de los Sentimientos Morales) y David Hume (Tratado de la Naturaleza
Humana).
Muchas veces también se
cree, que el Liberalismo es una utopía, pero lo cierto es que el Liberalismo no
es una utopía, sino un marco para las utopías, ya que brinda un marco jurídico
esencial que permite convivir y coexisitir a las personas y/o a las diversas
formas de organización social (desde los sistemas comunistas hasta las modernas
socialdemocracias). Por lo general también se piensa que el Liberalismo se
limita al mercado, pero ya vimos que no es así, pues lo que tengamos que decir
el mercado, no se podrán realizar sin ese marco jurídico ya señalado. Las
instituciones sociales evolutivas imprescindibles para el desarrollo de la civilización
como el dinero, el lenguaje, la ley, el mercado, la propiedad privada, etc. son
ordenes espontáneos , es decir, no son fruto del diseño deliberado de ninguna
persona sino de infinidad de acciones humanas llevadas a cabo de manera
inconsciente. A través de un proceso espontáneo y libre de prueba y error,
generaciones y generaciones de individuos se van dando cuenta que
comportamientos son funcionales y cuales no. Los comportamientos funcionales
que cumplen una finalidad son conservados y dan lugar a las instituciones
sociales: es así como surge la civilización. Aunque hay mucho que decir sobre
el origen de otras instituciones sociales como el dinero, en esta ocasión
trataremos otra institución no menos importante como es el mercado,
principalmente porque debido a su desconocimiento, los enemigos de la libertad,
vierten contra él prejuicios, más que correctas definiciones.
El mercado es una
institución evolutiva que se ha desarrollado gracias a la interacción social no
deliberada de las personas; el mercado surge basado en la confianza; es un
orden sin plan cuyo mecanismo de coordinación es el sistema de precios. El
mercado está formado por millones de personas que día a día transmiten
información a través de los precios que es lo que les permite coordinarse, no
necesita de una mente humana superior que los coordine a través de mandatos
coactivos o de ingenieros sociales benevolentes que asignen recursos dados del
mercado para conseguir determinada justicia social, primero porque en el
mercado los recursos no están dados, el mercado funciona de manera dinámica, no
estática, y segundo porque ninguna mente humana superior o ingeniero social
conoce realmente las necesidades subjetivas de la gente porque eso es imposible
de lograr.
Para concluir, si los
liberales defendemos el capitalismo es porque ha demostrado ser el camino más
efectivo hacia el progreso humano. El origen del nombre, se lo debemos a Carl
Marx, que lo consideraba el peor de todos los sistemas en la historia, el más
grande de los males que había caído sobre sobre la humanidad, pero como bien
sabemos, la predicción de Marx no se ha cumplido, pues no existen leyes que
determinen la historia; por otro lado, la obra más difundida que escribió
resultó ser un gigantesco error . Las
grandes mejoras sociales traídas por el capitalismo en palabras de Ludwig von
Mises:
“… son el resultado de
la acumulación de capital; están basadas sobre el hecho que la gente, como
norma, no consume todo lo que ha producido, que ahorran – e invierten – una
parte. […] Cuando una persona ha ahorrado una cierta suma de dinero —digamos
mil dólares— y, en vez de gastarlos, confía estos dólares a un banco o a una
compañía de seguros, el dinero va a las manos de un empresario, de un hombre de
negocios, permitiéndole embarcarse en un proyecto, en el cual no podría haberse
embarcado ayer pues el capital requerido no estaba disponible. ¿Qué hará ahora
el hombre de negocios con este capital adicional? La primera cosa que debe
hacer, el primer uso que debe hacer de este capital adicional es salir a
contratar trabajadores y comprar materias primas, lo cual causa una adicional
demanda de trabajadores y materias primas, así como una tendencia hacia más
altos salarios y más altos precios de las materias primas. Mucho antes que el
ahorrista o el empresario obtengan alguna ganancia de todo esto, el trabajador
antes desempleado, el productor de las materias primas, el agricultor, el
jornalero, están todos repartiéndose los beneficios del incremento en el
ahorro. El momento en el cual el empresario obtendrá algo de su proyecto,
depende de las condiciones del mercado en el futuro y de su habilidad en
anticipar correctamente esas futuras condiciones del mercado. Pero los
trabajadores, así como los productores de materias primas obtienen sus beneficios
en forma inmediata.”
Y es por esto que,
quienes afirman que el capitalismo se basa en el consumo o en la explotación
están profundamente equivocados, primero porque como ya vimos, el capitalismo
comienza con el ahorro, es decir, el sacrificio del consumo que será
recompensado después; y segundo, porque al ser un proceso, lo que importa es
ver la película y no la foto para apreciar los beneficios que nos brinda: pues
bien, si miramos la película, resulta que en 200 años fue el sistema de producción
que ha sacado de la pobreza a más gente que cualquier otro sistema en millones
de años.
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