El poder de las redes y la batalla cultural
Julio Cirino
Director de GeoEconomicsGPS.



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                                                                              Winston Churchill
 
NO IGNOREMOS LA HISTORIA
 En la primera parte de este paper procuramos explicar por qué creemos que nos encontramos en medio de un conflicto a escala global, que tiene características que le diferencian de las confrontaciones anteriores en el tiempo; no solamente por la presencia de las operaciones en red, sino por las características y actores de la violencia.
Es decir, son tres los elementos centrales de este trabajo: Primero, pensar en la necesidad de marcar una quinta generación de conflictos, que paulatinamente irá tomando el lugar de la cuarta y diferenciándose cada vez más de esta. Señalar que el eje de estos conflictos es La Batalla Cultural, y que la misma se libra no solo en el campo de batalla urbano, sino más que nada en las redes.
Otro aspecto a destacar es que la creciente importancia de las redes trajo aparejado que la estructuración de los participantes y su organización tienda a dejar el clásico organigrama vertical para moverse a uno mucho más horizontal y por tanto mucho más descentralizado.
En nuestro hemisferio, desde finales del siglo pasado y comenzando el actual, salvo contadas excepciones, no hemos sido afectos a considerar los factores históricos en nuestras evaluaciones de las perspectivas políticas, ni económicas, ni de violencia; en otras palabras ignoramos olímpicamente la historia –esa cosa del pasado – y esta ignorancia implica un costo.
De hecho, la “feliz” ignorancia histórica de adolescentes y jóvenes particularmente, es lo que permite que en países como Argentina, Chile, o Brasil, por mencionar algunos ejemplos, estemos, en términos de conocimiento del pasado, en medio de un proceso aberrante.
Sectores de la política impulsan activamente el reemplazo de la historia por la “memoria”, y esta memoria plasmada en lo que hoy se denomina, la narrativa o el “relato”. Según este planteo, quien “domina” el relato establece una superioridad política y escapa a toda crítica. Dicho de otra forma, volvemos a la época de la “mitología” solo que con tecnología digital.
 Si reflexionamos un segundo, esto no tiene sentido. Memoria es lo que el individuo recuerda, sus vivencias personales, familiares, narraciones de amigos, lecturas, etc; pero en una palabra la memoria siempre tiene un importante componente subjetivo, es en definitiva lo que recuerdo (descontando la más límpida intención, porque también puedo elegir recordar “selectivamente”).
Historia, por el contrario, en primer lugar es una “ciencia”, y es la tarea que desarrolla el historiador, que para eso estudió;  tiene una metodología propia  que incluye una categorización y evaluación de las llamadas “fuentes históricas”, las que a su vez son sometidas a procesos de validación y comprobación.
Es la historia de la segunda mitad del siglo XX la que nos muestra que a partir de los 60 nuestro hemisferio se vio sacudido por oleadas de violencia armada  fruto de la confrontación de los dos proyectos políticos que quedaron en pie después de 1945 (a los que más tarde se sumará el proyecto de China, tan relevante hoy).
Venezuela, Colombia, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia y Centroamérica toda, experimentaron los embates que, con el apoyo de la entonces triunfante revolución cubana, sacudieron a todo el hemisferio sur[1].
En teoría la revolución armada tomaría el poder por la fuerza e implantaría, con modalidades diversas, sistemas políticos similares de los de la Cuba de Fidel Castro.
Es muy relevante para nuestro análisis el recordar que todas estas estructuras violentistas se organizaban en su cúpula, en forma jerárquica, piramidal si se prefiere, y al nivel de los llamados “militantes” usualmente se optaba por un esquema celular. Este es uno de los aspectos de las organizaciones de la izquierda que va a cambiar con la llegada del siglo XXI
(Ejemplo de una organización que si bien es una red, está estructurada en forma piramidal, hay una cabeza y todos los nodos se referencian, indirectamente con ella)
 Para 1989 este proyecto estaba, desde el punto de vista “militar” muerto, la URSS había dejado de existir como tal, Europa del Este se liberaba y la acción armada había fracasado, parecía que el hemisferio se encaminaba hacia formas políticas republicanas y liberales.
Un par de años después Francis Fukuyama publicaba “El fin de la historia y el último hombre” obra en la que anunciaba el triunfo de la democracia liberal y la consagración de este modelo para el futuro. Se equivocaba.
Ni la URSS (ahora reconvertida en Rusia) ni Cuba, y mucho menos China estaban dispuestas a aceptar este final y no habían pasado cuatro años desde la caída del Muro de Berlín cuando ya se elaboraban nuevas estrategias para el hemisferio.
Tengamos en cuenta que  entrabamos en la última década del siglo XX y el XXI se aproximaba muy rápido; y son los finales del siglo XX los que marcan el crecimiento casi geométrico de internet que se va convirtiendo en un medio de comunicación cada vez más rápido y eficiente que acelera además el intercambio de información e ideas y que hoy influye en nuestra vida diaria de un modo que 10 años atrás era casi impensable.[3]
Esto es, en forma muy abreviada, un resumen de los hitos de la historia de esos años. Falta considerar un elemento importante. Ya en el año 1993, con una internet “en pañales” y cuando se conmemoraban los 50 años del Fondo Monetario Internacional, una ONG, casi desconocida hasta el momento lanzaba una campaña contra el Fondo, se trataba de SODEPAZ (www.sodepaz.org fundada en 1987 como ONG española) destacando las desigualdades Norte-Sur, será la precursora de las “redes militantes”, tal y como veremos más adelante.

EL RETORNO DE LAS IDEAS ZOMBIES [4]
 En la primera parte de este trabajo hablamos brevemente de la “civilización del espectáculo”, esta implica un cambio profundo en el significado de la palabra “cultura” en general, y cultura política en un contexto, en un mundo, donde el primer lugar en la nueva lista de valores estará la palabra “entretenimiento”, y para ser más específicos, entretenimiento visual, y ahora, de ser posible “portátil”, lo llevo conmigo en todo momento.
Es en este mundo donde profesionales de la información acuñaron la palabra “infotainment” (que malamente traducida, no es sino “información entretenida”)  para reemplazar a lo que por décadas llamamos “noticias”, noticias que van perdiendo la intención primordial de informar, para mezclarla con la de “entretener”, en otras palabras las noticias dejan de ser sólida información para pasar a ser una especie de “entretenimiento informativo”.

Pero regresemos por un minuto a la historia. Señalábamos arriba que los años 90 parecían marcar el fin del desatino marxista, pero también remarcábamos que los cultores de estas ideologías no iban a darse por vencidos; y la historia les jugó a favor cuando en Venezuela, en pleno auge del petróleo, aparece un incógnito coronel que se hace con el poder ante la ineficiencia indolente de los dos partidos tradicionales (ADECO Y COPEI).
Es irrelevante hoy dilucidar si Hugo Chávez era o no realmente cultor de una ideología marxista-leninista, mucho más importante es señalar que su primera “peregrinación” fue a La Habana a rendir tributo a Fidel Castro. Para Fidel, desesperado por lo que sucedía en Moscú que implicaba que los dineros de la ahora Rusia, no fluían con la abundancia usual, Hugo Chávez fue una tabla de salvación y un pupilo ideal; así es como aparece, poco menos que de la nada el SOCIALISMO PARA EL SIGLO XXI, que en definitiva mezcla conceptos de Gramci, Jorge Verstrynge, y el argentino Norberto Ceresole.
Sin embargo sus planteos están diseñados para apuntar a lo emocional, al slogan, a la consigna, en definitiva  a la irracionalidad propia de muchos jóvenes; y es importante destacar que la “realidad” en medio de la cual se mueven es una construida artificialmente por las redes que los bombardean permanentemente. Para ellos quedar fuera de los grupos de pertenencia en “la red” es como el exilio para los antiguos griegos, quedar fuera de la polis.
Que la implementación político-económica de estas ideas fracasó toda vez que se llevó a la práctica es irrelevante, siempre se encuentra a quien culpar; tal vez el ejemplo en 2018 sea la ruina en la que vive Venezuela, y que según Maduro no es consecuencia de políticas desastrosas y robo sistemático, sino la resultante de una especie de difuso “complot imperialista” porque de otro modo Venezuela estaría entre las primeras potencias mundiales. Suena ridículo, pero hay quienes lo creen.
En este marco es donde la “ilusión populista” encuentra un ámbito propicio para crecer y muestra su habilidad para para adaptarse a las condiciones político-económicas de cada país de la región, apoyado por los dineros que Hugo Chávez distribuía a manos llenas y los cuantiosos “negocios” que proponía a los líderes regionales.
No hay nada de espontáneo en este fenómeno, desde La Habana, a Santa Cruz, desde Quito a Managua y desde Caracas a Brasilia y Buenos Aires, los “nodos” informativos se van armando.
En todos los casos la democracia liberal, el capitalismo y obvio, los Estados Unidos serán los “demonios” que se deben combatir de acuerdo a la “narrativa” que se genera para atraer y emocionalmente motivar a la acción a buena parte de la población joven, como señalábamos más arriba.
En pocas palabras, de la mano de Hugo Chávez, las “ideas zombis” estaban de pie de nuevo.

ESTRATEGIAS Y TACTICAS EN  LA BATALLA CULTURAL
La batalla cultural en el hemisferio puede caracterizarse por la mezcla de cinco componentes principales: Baja visibilidad, diplomacia, atracción captación, violencia de baja intensidad y el más nuevo y más relevante, la organización en redes (“network organization”, razón por la que lo trataremos separadamente y con mayor profundidad)
Puede ser que los componentes suenen contradictorios, pero no es así, son partes de una estrategia que opera en diferentes niveles.
Baja visibilidad. La idea es no detonar alarmas, ni en los países individualmente ni en forma regional. Baja visibilidad implica ondear la bandera de la democracia, y utilizar “democrático” como una cobertura para lentamente ir limitando las libertades individuales al tiempo que se impone la noción que cuanto más grande es el estado, mejor será el nivel de vida de sus ciudadanos.
Diplomacia. Es el activismo hemisférico operado en dos líneas de acción: Por una parte, disminuir tanto como sea posible la influencia y relaciones de los países con los Estados Unidos, particularmente en aquellas áreas vinculadas con la defensa y la seguridad regionales. Complementariamente en los foros internacionales procurar aislar a USA apoyando en forma más o menos abierta a quienes se le oponen no importa el tópico de que se trate. Ciertamente muchas veces sucede que es la misma diplomacia de los Estados Unidos la que contribuye a hacer esto posible.
Segundo, apoyar la consolidación de alianzas regionales y subregionales en todos los tópicos posibles, siempre y cuando excluyan específicamente a los Estados Unidos. En los últimos años, China viene liderando esta tendencia, atento al volumen de sus inversiones regionales, así la diplomacia se convierte en una herramienta adecuada  para facilitar la acción regional de Irán, Rusia, Cuba y los propios chinos.
Atracción-Captación. Proceso opuesto a la baja visibilidad que mencionábamos arriba pero en un plano diferente, ya que este proceso opera en el plano  mediático y lo hace oscilando desde lo más sutil a lo altamente visible. Nodos interconectados de internet, radios y TV regionales que por una parte mantienen constante la crítica a sus opositores a la vez que subrayan los logros reales o imaginarios del Socialismo para el Siglo XXI y la crisis terminal del capitalismo. Los argumentos van cambiando según la coyuntura táctica, hoy el feminismo radical es uno de los que más se instrumenta como factor de disrupción social, y es un ejemplo de operaciones absolutamente emocionales, por lo que resultan atrayentes sin demasiada reflexión. El blanco central de estas operaciones serán los jóvenes.
Uso de la violencia. O instrumentación de la misma. En el esquema de operaciones del populismo de izquierda/socialismo para el siglo XXI siempre existe algún tipo de justificación/explicación para todo tipo de violencia que afecte a la sociedad, particularmente en aquellos países donde los gobiernos no se muestran amigables.
Se va a justificar tanto la violencia pasiva en la protesta callejera, lo que se conoce como “ganar la calle” (eufemismo utilizado para coartar abiertamente la libertad de tránsito) como así también las acciones puramente criminales, a las que no se condona abiertamente pero se “explican” mediante una falsa racionalización que va en el sentido de la “responsabilidad social”.
En otras palabras la sociedad capitalista genera desigualdades, pobreza e insatisfacción, y esto a su vez provoca las acciones delictivas, que no son por entero responsabilidad de quien las comete, sino también de la sociedad que genera las condiciones. Esto implica que desórdenes, saqueos y marchas son solo formas de protesta social y no deben ser limitadas de ninguna forma, si un gobierno utiliza la fuerza policial para controlar estas acciones será inmediatamente caracterizado como “represor”. A los largo de las últimas décadas estas posiciones ganaron adeptos en las universidades, particularmente en las escuelas de Derecho, así se estableció lo que se conoce como el “garantismo”, una fuerza pseudojurídica que ignora a las víctimas de los crímenes mientras procura encontrar argumentos que favorezcan al perpetrador.

En este sentido la izquierda regional no dudó nunca en brindar apoyo más o menos abiertos a grupos como FARC o Sendero Luminoso, aun cuando sus actividades superaban en mucho la “protesta” para convertirse en terrorismo sistemático y organizado. Simultáneamente se produce un ataque constante contra las fuerzas armadas y de seguridad a las que se acusa siempre que intervienen de crímenes (reales o supuestos) con el objetivo de generar la impresión que la población en general repudia cualquier intervención de las fuerzas de seguridad, de esta forma se busca colocar a los gobiernos democráticos en una situación tal que les resulte imposible obtener reducciones significativas en los índices de criminalidad, cosa que repercute negativamente en la imagen que esos gobiernos presentan ante sus ciudadanos.
Un aspecto que no puede obviarse es la complementación de estos grupos con las organizaciones vinculadas al narcotráfico. Un ejemplo muy actual es la cooperación entre las FARC residuales con el grupo Primeiro Comando de Brasil, el intercambio continúa siendo armas por cocaína e involucra geográficamente el área que rodea a la zona de la localidad conocida como Pedro Juan Caballero, en territorio Paraguayo.

OPERACIONES EN RED: LA SUPREMACÍA DE LAS IZQUIERDAS
 
No es necesario explicar hoy la “invasión” de las redes, basta con palpar muestro bolsillo y lo más probable es que la conexión con las redes esté ahí en la forma de un teléfono inteligente (o más o menos inteligente si se me tolera la ironía, en momentos en que ya estamos hablando corrientemente de “Artificial Intelligence” (AI). Es absolutamente cierto, que las redes (entendidas como operación técnica) no tienen ideología, pero no menos cierto es que en términos de planificación y organización las izquierdas y el terrorismo, no importa el nombre que adopten, saben utilizarlas con creciente habilidad, al tiempo que las combinan con actividades que incluyen la histórica y clásica “militancia callejera”.
Sirve como ejemplo de lo dicho, el esquema de, una de las redes que hace su aparición en forma casi instantánea e inesperada, y hasta el día de hoy no fue posible desmantelarla por completo es la que se conoce como la RED DE AL QUAEDA.
Ferguson, Niall. The Square and the Tower: Networks, Hierarchies and the Struggle for Global Power (p. 369). Penguin Books Ltd. Kindle Edition.
Sin embargo aun cuando le quepa la calificación de red, la de Al Qaeda es una de las primeras y muy peculiar en tanto que, si bien es una red, tuvo al menos por un tiempo, una cabeza visible.
La otra particularidad es que  nos introduce en el tema de las redes del terrorismo fundamentalista islámico, que no es el objetivo de este trabajo, aun cuando está muy clara una significativa  presencia de Hezbollah en nuestra región.
La cantidad de redes vinculadas directa o indirectamente con la izquierda marxista/anarquista  en el mundo de habla hispana en todas sus formas y nombres supera las 1.000, obviamente no todas ellas tienen el mismo volumen de actividad, penetración y alcance. Un dato a tomar en cuenta es que casi todas ellas están relacionadas con redes existentes en Europa, mayoritariamente en España.
Como una pequeña muestra destaquemos aquellas que por su actividad y centralidad son las más importantes en 2018.

KAOSENLARED www.kaosenlared.net
PARTIDO COMUNISTA DE CUBA www.ecured.cu
PARTIDO COMUNISTA DE ARGENTINA www.pca.org.ar
ALASBARRICADAS www.alasbarricadas.org
INSTITUTO CUBANO DE AMISTAD CON LOS PUEBLOS (ICAP) www.icap.cu
AGENCIA BOLIVARIANA DE NOTICIAS www.avn.info.ve
PRENSA LATINA www.prensa-latina.cu
Esto sin siquiera comenzar a mencionar las estaciones radiales y los canales de TV, que como es el caso de “Telesur” (concebido por Hugo Chavez)  cubre toda la región. El otro dato que, ya fue mencionado, pero es necesario recalcar es que en los últimos años estas redes se entremezclan cada vez más con elementos del narcotráfico y tráfico de armas.
Supera en mucho los límites de esta introducción al tema, hacer un análisis pormenorizado de cada una de estas redes, pero lo que queda claro, desde el punto de vista de cómo combatirlas es que las organizaciones gubernamentales que continúan con modelos de dos o tres décadas atrás tienen muy bajas posibilidades de éxito.
Si se trata de “mapear” una de estas organizaciones como si fuera una estructura tradicional, a poco de hacerlo se hecha a ver que el modelo no se sostiene; las decisiones no son centralizadas, pero se toman rápido y se comunican más rápido aún, dinero, operaciones de propaganda, flujo de información acciones callejeras se suceden con creciente velocidad gracias a una coordinación (con los teléfonos celulares) muy flexible.
Las organizaciones no descansan en rango, sino más bien en relaciones, reputación y fama, en definitiva las redes se “autoforman”.
El gran desafío que se plantea a los sistemas liberales es lograr velocidad de reacción, velocidad y efectividad de comunicación, y capacidad de cooperación en la difusión e integración en forma de red, solo así hay chances de equilibrar una lucha, que hoy se presente muy desigual.


[1] Uno de las más documentadas obras que se pueden consultar sobre este período es : Jofre, Juan Bautista. FUE CUBA. Buenos Aires, Sudamericana,2014.
[2] Ferguson, Niall. The Square and the Tower: Networks, Hierarchies and the Struggle for Global Power (p. 12). Penguin Books Ltd. Kindlnetwork
[3] Para un analisis en profundidad de la influencia que tiene la Web en nuestras vidas: Cfrs: Carr, Nicholas. The Shallows: What the Internet is doing to our brain. W. W. Norton & Company, NY, 2011
[4] La expresión no es mía, se la escuche en reiteradas oportunidades a Carlos Alberto Montaner, quien en una conversación me dijo algo así como, son ideas que parecen los zombis en las películas, no importa cuántas veces los pongas en la tumba, al rato reaparecen… cuánta razón tiene.
 

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