Los Liberprogres sobre la Iglesia

Eitán Benoliel
Hace
ya un tiempo que se inició una nueva campaña política para separar a la iglesia
del estado, tanto en lo económico como en lo moral, y que se potenció luego de
terminada la moda de los pañuelitos verdes del aborto. Los jóvenes gustan de seguir
los variados movimientos colectivos, y de estar a la última moda, con lo cual
los pañuelitos naranjas rápidamente reemplazaron a los verdes.
Esta
nueva campaña marxista se tornó la última novedad, y es no sólo defendida por
los cabecillas de la izquierda marxista que busca la destrucción de cualquier
vestigio de valores judeocristianos que puedan quedar en Occidente, sino
también por varios liberales (liberprogres, como se los conoce también, en los
ámbitos de derecha), que hacen el papel de idiotas útiles a la agenda marxista,
probablemente por un sentimiento de culpa, que explicaré más adelante.
En fin,
muchos liberales han tomado la causa del pañuelito naranja como propia, para no
sentirse conservadores, por razones que explicaremos al final de esta nota, y
la defienden de un modo que resulta incluso cómico, por lo ridículo del
reclamo. Los liberprogres, al igual que los marxistas, no resisten datos.
Por ello es que aquí derribaremos los mitos marxistas-liberprogres en torno al
supuesto “estado católico” que tiene la Argentina.
LO
POLÍTICO-MORAL
A
pesar de que el marxismo sostenga lo contrario, es realmente ridículo estar
explicando a esta altura del siglo XXI que la Argentina es un país laico. Si
bien la Constitución Nacional declara en su artículo segundo que la religión
oficial de la Nación Argentina es la católica apostólica romana, en la práctica
se maneja como un estado laico hace más de un siglo.
El
presidente más importante de la historia argentina, constructor de la Nación, y
“fundador de la Argentina moderna” -como lo califica el historiador Juan Pablo
Bustos Thames1- Julio A. Roca, lideró una muy avanzada
reforma liberal total del estado argentino, desde los comienzos de su primera
presidencia.
Sólo
un desconocimiento profundo de la historia argentina puede llevar a calificar a
Roca y a la Generación del 80 como “conservadora”. Los historiadores más
significativos de la Argentina, incluyendo a los más contemporáneos, como José
Luis Romero y Félix Luna, consideran a ese periodo histórico (1880-1916) como
la República Liberal, reservando el nombre de “República Conservadora”, al período que
va de 1930 a 1943.
Roca es el presidente de la educación, de la
modernidad y del progreso2. Bajo su gobierno se sancionó la célebre
ley 1420 de educación gratuita, laica y obligatoria (8 de julio de 1884). Sancionó la ley 1.565
del Registro Civil, y el Estado comenzó a tomar razón de los principales
acontecimientos de relevancia jurídica en la vida de las personas: su
nacimiento, su fallecimiento, su matrimonio, que hasta entonces se regían por
las inscripciones religiosas.
Tan fuerte fue la revolución liberal de Roca, que
el Vaticano rompió por muchos años las relaciones diplomáticas con la
Argentina. Además, en las calles de las ciudades abundaron las protestas católicas en contra del
gobierno3.
Siento informarles, estimados jóvenes
revolucionarios, que la separación moral y política entre la iglesia y el
estado argentino ya la hizo Roca hace muchos años. A esta altura de nuestra
historia, seguir exigiendo la separación política de la iglesia, es tan sólo
hacerle el juego al marxismo en su lucha épica contra la iglesia, a la que
busca destruir a toda costa. Sabiendo esto, entonces, ¿debería ser una prioridad
del liberalismo buscar la destrucción de una institución religiosa que no
incide en la vida política de los argentinos?
LO
ECONÓMICO
La
otra parte del mito marxista-liberprogre en torno a la iglesia es la afirmación
de que la iglesia católica se mantiene con dinero público, de todos los
contribuyentes. Y en ese caso, ¿cómo un estado laico va a financiar y mantener
un culto? Y “¿por qué el estado financia sólo a la religión católica y no a la
mía?” dicen algunos protestantes, judíos, etc.
Incluso
si eso fuera cierto (que no lo es: vea los números más abajo), ¿cuál sería el
problema? La inmensa mayoría de la población argentina profesa la religión
católica y probablemente esté de acuerdo en continuar financiándola. Si la
mayoría de la población decide que está de acuerdo en que se destine dinero a
eso, no se está violentando a las minorías. La libertad de cultos existe, y se
respeta a todas las religiones. Nadie va a obligar a los judíos y protestantes
a elegir entre convertirse al catolicismo o a la expulsión de la Argentina.
Sino que simplemente los católicos son mayoría, y la mayoría del pueblo
argentino quizás considera correcto continuar sosteniendo a su religión. Si son
verdaderos liberales que privilegian el diálogo, el consenso, y la toma democrática
de las decisiones, (como dicen hacerlo siempre), deberían proponer en todo caso
convocar a un referéndum. Que sea el pueblo el que decida en qué se
distribuye el dinero ¿O es que no se atreven al referéndum porque saben que
la mayoría de la población argentina votaría por seguir financiándola? Lo
cierto es que los liberprogres son igual de paternalistas que los
socialistas. Aquellos en lo económico, estos en lo moral. Los liberprogres
se consideran una elite ilustrada que alcanzó el estado de superhombre ateo de
Nietzsche, y debe guiar al pueblo argentino a través de la oscuridad católica
hacia la salida. Son ellos, los ilustrados liberales, los que saben lo que es
bueno para el pueblo. Y por ello es que tienen el derecho y la obligación de
forzar al pueblo hacia el camino laicista, que permitirlo decidir por sí mismo.
El pueblo es demasiado ignorante como para poder elegir por sí solo.
La
Constitución Nacional reconoce en su artículo 2 a la religión católica como la
religión oficial de la Nación, con lo cual, se puede interpretar la
constitución a favor de su financiamiento. (Las razones por las que los
constituyentes de 1853 consideraron importante incluir la religión católica son
para una discusión distinta en otro momento). Muchos liberales dicen “entonces
reformemos la constitución”. Tras lo cual me pregunto, ¿será una broma de mal
gusto la que hacen estos liberales?
Debo
admitir que muchas veces la inocencia e ingenuidad infantil de muchos liberales
me sorprende, cuando exceden lo aceptable para una persona adulta.
¿Realmente
quieren una reforma constitucional con el congreso actual? La Convención
constituyente muy probablemente estaría integrada por Victoria Donda, Máximo
Kirchner, entre otros personajes impresentables. ¿Realmente hay liberales que
piensan que si hoy se hiciera una reforma, saldría como resulto la Constitución
de 1853 o la de los Estados Unidos de Norte América? Cuánta ingenuidad. Una
reforma hecha con el congreso de hoy daría como fruto la Constitución peronista
de 1949, o peor aún, una constitución incluso más socialista que aquella. Muchos
liberales pecan de ingenuos. Impulsan una reforma constitucional convencidos de
estar haciendo la revolución liberal, pero para pincharles el globo, bajarlos a
la realidad, y bajarles la épica revolucionaria francesa, hay que reiterar que una
reforma de la constitución en el contexto político actual, sería una tragedia
socialista para la Nación Argentina.
¿No es
preferible dejar la constitución como está (que ya mucho daño le hicieron los
constituyentes de 1994), a cambio de 130 millones de pesos anuales?
Sí,
esa “enorme” suma es lo que recibe la Iglesia Católica del estado
argentino4, que además ya inició los trámites5 para dejar
de recibir ese “inmenso” dinero que dicho sea de paso no la mantiene en
absoluto, y sólo le genera críticas. Prefiere desvincularse de ese dinero que
continuar recibiendo ataques de la opinión pública. El principal sostén
económico de la Iglesia católica no es el Estado, sino los fieles6.
En cambio, son mucho más relevantes los beneficios fiscales que alcanzan a
todas las confesiones. En la Argentina rige un sistema de financiación directa
a favor de la Iglesia Católica y otro indirecto que favorece a todas las
religiones por igual. Este último –mucho más importante por su cuantía– opera
por medio de beneficios fiscales de diferentes órdenes (nacionales,
provinciales y municipales).
Vamos
de nuevo: 130 millones de pesos anuales. Unos 3,42 millones de dólares
aprox. (cambiados a 38 pesos por dólar).
El PBI
de la República Argentina es de aprox. 642,5 (2015), expresado en miles de
millones de dólares7; y el gasto público consolidado (2015) es de
aprox. 302 mil millones de dólares8, cerca del 47% del PBI.
Eso
significa que la iglesia representa alrededor del 0,001% de todo
lo que gasta la República Argentina, entre municipios, provincias, y Nación.
Los
intendentes, los gobernadores, y el Presidente gastan cientos de millones de dólares
en promover la agenda marxista de género, e incluso endeudan estrepitosamente a
la nación para difundir todas las modas neomarxistas, (hace sólo una semana el
BID le prestó 200
millones de dólares al gobierno para
“políticas de igualdad de género”9), pero lo que realmente
preocupa a los liberprogres que están desesperados por bajar el gasto
público, son los 3,42 millones de dólares anuales que recibe la iglesia. Vamos
de nuevo: hace un par de días nos endeudamos por USD 200M para difundir
ideología marxista (no es la primera vez que nos endeudamos con ese fin), pero
los USD 3,42M que consume la iglesia por año es para los liberprogres el
problema verdadero del gasto público que tiene la Argentina.
En el
caso de los marxistas es totalmente entendible que ataquen a la iglesia, ya que
si bien el marxismo y la socialdemocracia se llevan casi la totalidad del gasto,
-porque 31 de los 47 puntos (del gasto en relación al PBI) van al
“Gasto Público Social”8- (subsidios, planes sociales, políticas
de género, INADI, piqueteros, y muchas más ideas de izquierda que son
financiadas con dinero público), les molesta esa mínima porción de la torta que
se queda la derecha. Quieren quitarle ese 0,001% que se queda la
iglesia, para tener más para repartir entre la izquierda y con fines de
izquierda. No les alcanza con tener el 99% del pastel, porque quieren
absolutamente TODO el gasto argentino dedicado a la izquierda. La izquierda no
quiere desfinanciar a la iglesia para bajar el gasto público. Todo lo
contrario: quieren subir el gasto público a niveles insostenibles. Simplemente
quieren quitarle ese pequeño pedacito a la iglesia, para tener más para
repartir. Es decir, no son liberales, por más que el argumento de desfinanciar
a la iglesia suene liberal, sino simplemente quieren liberar más espacio de la
torta para poder repartir más aún entre sus sectores, y poder dirigir un
porcentaje mayor aún hacia los fines que ellos consideran apropiados.
Lo
preocupante es cuando los liberprogres (liberales útiles a la agenda
marxista) caen en ese juego, y en lugar de pedir el recorte en políticas de
género y demás gastos inútiles para los que el gobierno se está endeudando
descontroladamente, deciden atacar a la derecha conservadora, que son los únicos
aliados que los liberales tienen en todo el espectro político. Los liberprogres le sacan
a la derecha lo poco que consume del estado, para regalárselo a la izquierda.
Se equivocan en pensar que sus verdaderos aliados políticos son la izquierda
marxista y la socialdemocracia progresista.
Yo
sigo convencido de que la única salida para la Argentina es una alianza de
liberales y conservadores, en una propuesta única de derecha que nuclee a
todos. Por supuesto que hay diferencias. Los conservadores prefieren respetar algunos
valores morales, ciertas tradiciones, y la religión, en muchos casos. A los
liberales no les preocupa tanto la parte moral, sino esencialmente lo
económico. El problema es que si
liberales y conservadores continúan peleándose por sus diferencias en lugar de
enfocarse en las similitudes, la izquierda continuará gobernando por muchos
años más.
Los
liberales que se dedican a atacar a la derecha conservadora (y el poco poder
que le queda), y cuestionan el poco dinero que recibe, se están equivocando de
enemigo.
Primero
porque al gasto público no se lo baja ni un poquito por ese camino. El
verdadero recorte, como dicen todos los liberales serios, está en hacer una
reforma profunda del estado, empezando por los empleados públicos, y la agenda
de género.
Segundo,
por unos pocos pesos que al estado argentina no le mueven la aguja del gasto
público en lo más mínimo, se pelean con los conservadores, que como digo
siempre, deben ser aliados o serán ambos destruidos. Es decir, se juegan a
perder sus aliados por unos pocos pesos que al país no le hacen diferencia
alguna.
¿Por qué entonces muchos
liberales (los liberprogres) atacan a los conservadores?
Se
pueden encontrar dos razones principales. La primera es que son auténticos cobardes,
y no se atreven a pelar con la izquierda, que hoy domina la agenda política y
económica. Es mucho más fácil pelearse con un sector minoritario que ya no
posee ningún tipo de poder, y quitarle lo poco que tiene.
En
lugar de darle la lucha al gigante marxista, prefieren embestir al pequeño
sector conservador y lo poco que le queda. Es mucho más fácil. Como metáfora:
Un chico de 15 años prefiere quitarle un caramelo a un niño de 10 años, al cual
vence fácilmente, que enfrentar a un adulto de 30 años, que es dueño del kiosco.
La
segunda explicación es el sentimiento de culpa mencionado anteriormente.
Una gran parte de los liberales siente una gran culpa por el hecho de estar
cerca al conservadurismo en el espectro político derecha-izquierda, donde el
Liberalismo está ubicado en la centro-derecha y el Conservadurismo en la
derecha. Es decir, que si bien exhiben algunas diferencias (por ejemplo en lo
relativo a valores morales), son cercanos en el espectro político, lo cual les
produce un inmenso sentimiento de culpa, y los lleva a defender diferentes
causas marxisas, para no sentirse conservadores. Para ser “bien liberales”. Con
ese criterio terminan defendiendo la censura a posturas conservadoras, y
profesando un gran rechazo hacia la derecha, de la cual reniegan. Es muy común
oír a liberales decir que “el liberalismo no es un movimiento de derecha ni
está ubicado políticamente en la centroderecha”.
Nuevamente
digo, si tanto liberales como conservadores están de acuerdo en lo económico
(libre mercado), y en lo internacional (occidentalismo anglosajón), entre
muchas otras cosas, ¿por qué tantos liberales se ensañan con los conservadores
y empeñan sus fuerzas en luchar contra sus aliados de la derecha?
¿No es
una estrategia poco inteligente?
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
