NPC, O Porqué los Progres Son Aburridos y Predecibles

Federico Fernández
Senior Fellow del Austrian Economics Center (Viena, Austria). Presidente de la Fundación Internacional Bases (Rosario, Argentina). Premio
a la Libertad 2005, otorgado por la Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
El meme NPC viene
enloqueciendo a los progres e izquierdistas alrededor del mundo. Twitter, por
caso, ha purgado miles de cuentas NPCs. Y cientos de artículos y videos en
Youtube lo
denuncian.
Pero empecemos por el principio. ¿De qué
se trata este meme?
La sigla NPC es la abreviatura de Non
Playable Character. Esta terminología proviene de los videojuegos. Non
Playable Character significa algo así como personaje no jugable. Los
NPCs son aquellos personajes que cumplen un rol absolutamente secundario en la
historia de un juego. Están exclusivamente controlados por la inteligencia
artificial del juego y su comportamiento está predeterminado y suele ser
repetitivo. Su único objetivo es el de avanzar la historia. Se trata de
autómatas sin vida propia ni autodeterminación.
La primera utilización de la
categoría fuera del mundo de los videojuegos se le debe a un usuario anónimo de
4chan quien planteó la hipótesis metafísica de que el stock de almas en la
Tierra era estable, por lo que con el aumento de la población registrado en las
últimas décadas habría provocado que muchas personas sean entes sin alma, que
llevan adelante una vida sin sentido, siguiendo las tendencias sociales
predominantes.
En las últimas semanas esta
exótica teoría fue transportada al mundo de la política. La idea central fue la
de definir, en principio, a las personas que repiten acríticamente los
conceptos que la izquierda y el progresismo.
Pero rápidamente la
descripción escaló para incluir también a los formadores de ese tipo de opinión
monolítica. En una palabra, de los opinion takers a los opinion
makers.
El punto es criticar el uso
repetitivo y muchas veces injustificado de acusaciones como “fascista”,
“sexista”, “misógino”, “racista”, “neoliberal”, etc.
Se trata en el fondo de
poner el foco en la respuesta prefabricada e irreflexiva. En la repetición del
chiché y el lugar común. NPC pone de manifiesto que existen una suerte de
anteojeras ideológicas tan poderosas y extendidas a grandes sectores de la
sociedad que crean bots que regulgitan una otra vez los mismos tópicos
y, lo que es más peligroso, los mismos prejuicios.
En el caso argentino creo
que la más grande muestra de NPCismo viene desde, no del periodismo, sino del
progre-dismo.
El progre-dismo está
compuesto por seres intercambiables, con idéntica visión sobre (casi) todo,
cuyas reacciones y opiniones ante diversos hechos son absolutamente
predecibles.
Tal como explica Jordan
Peterson, se trata del predominio de la
ideología por sobre el pensamiento autónomo y la síntesis personal del
conocimiento e información a disposición. El progre-dista ya no piensa, repite,
envía señales de su propia virtud, se maneja en base a una serie bastante
limitada de de nociones que se ven reforzadas por el eco que produce que todos
digan lo mismo. Las voces disidentes, los que se se alejan de la ortodoxia, son
tratados con desdén, sometidos al rodillo del escarnio público y excluidos, cuando
no absolutamente demonizados.
El NPC en sus “propias”
palabras
La lista que sigue es una muestra (para
nada exhaustiva) de algunas de las más típicas posiciones del progre-dismo. Es
interesante notar que cualquiera de los enunciados podría haber sido cualquiera
de los mencionados. Así es el grado de homogeneización.
“Hace algo más de 140 años, Carlos Marx
postuló que el principio que debería guiar a una sociedad comunista es: 'de
cada cual según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades'. Nadie en
su sano juicio puede pretender que Mauricio Macri cumpla con el precepto
marxista, y sería necio criticarlo por no hacerlo. Pero no es ninguna locura
aspirar a que una sociedad capitalista respete la primera mitad de aquel
principio marxista y funcione de manera tal que cada individuo aporte el
esfuerzo acorde a sus capacidades”. (NPC
1917)
El NPC local es un fanático de los
impuestos. Un fundamentalista
fiscal. Su estatolatría lo lleva a justificar aumentos de los ya existentes
y creación de nuevos gravámenes en todo momento y situación. ¿Detenerse a
pensar en cómo gasta el estado o en lo alto de la presión fiscal? Eso es
“reaccionario” e “insensible socialmente”. El estado tiene que tener un acceso
cercano a ilimitado respecto de los bolsillos de los contribuyentes. Y por
supuesto, si además se puede hacer un homenaje al ideólogo del genocidio más
sangriento del siglo XX, mucho mejor.
“Cada vez que se reúnen nuestros
empresarios, las únicas ideas que plantean son bajar los sueldos, reducir los
derechos de los trabajadores y pagar menos impuestos. En gran parte, la
tragedia argentina se puede explicar por episodios como el Coloquio de Idea”. (NPC 000000)
El empresario es siempre culpable. El
NPC nunca pagó una quincena en su vida ni produjo un kilo de nada jamás. Sin
embargo, no duda un segundo en culpar al empresario por todo lo malo que pueda
pasar y, en última instancia, responsabilizar a los intersticios de economía de
mercado que aún perduran por todos los males. La “tragedia argentina”, para el
NPC, se debe a que no hay suficiente legislación laboral ni impuestos para
estrangular aún más al empresario.
“Macri tiene su primer desaparecido:
Santiago Maldonado”.
(NPC
666)
Uno de los picos de histeria del NPCismo
progre-dista se dio con el caso Maldonado. Los NPCs tejieron las hipótesis más
estrambóticas respecto de lo que terminó siendo una persona ahogada
y abandonada por sus compañeros. Este tipo de comportamiento se relaciona
con la visión general de la seguridad que el NPC tiene. La protesta nunca se
puede criminalizar, ni siquiera cuando comete crímenes. La seguridad es un tema
tabú y fascista, aún cuando sus principales víctimas son los más pobres que
viven en villas arrasadas por la mafia narco. Para el NPC toda inseguridad es
sensación y todo orden es autoritarismo. Se trata, sin dudas, de uno de los más
grandes mitos incapacitantes del progre-dismo.
“El poder judicial está atrapado por la
maquinaria mediática. La corrupción no invalida los procesos políticos”. (NPC
678)
Los NPCs locales añoran el kirchnerismo
y lo defienden cómo pueden. Muchas veces, de maneras bastante precarias. De ahí
las piruetas que tienen que hacer cada vez que surge una nueva revelación
acerca de la corrupción en la era K. Es muy interesante también ver cómo el NPC
tiene dos posturas respecto de la corrupción que son absolutamente
contradictorias. Cuando no hay un progre en el poder, es fanáticamente
anticorrupción. Todo el tiempo está denunciando malversaciones, coimas y
negociados. Pero, cuando fanáticos de lo ajeno como Néstor Kirchner, Lula da
Silva o Hugo Chávez llegan al gobierno, la prédica por la transparencia se
vuelve contrarrevolucionaria, cosa de burgueses amigos del Imperio Yanqui. De
vendepatrias, en una palabra.
“Habrá que sortear, por fin, un clima
tan naturalizado como injusto que se basa en el machismo que vive y colea. Si
el proceso de gestación hubiese sido previsto por la naturaleza para los
hombres, el tema de la interrupción del proceso de generación de vida humana ya
habría estado resuelto hace siglos. Hablando de varones, hay una anacrónica
facilidad para invocar la libertad individual y el derecho a decidir sobre el
propio cuerpo. Sucede que aquí se trata de las mujeres, de un tema relacionado
con el sexo y el placer, y esos son dos temas que generan urticaria y un
abusivo ejercicio del poder sobre las más débiles”. (NPC
mata niños)
El tema del aborto mostró, quizás como
ningún otro, la total uniformidad del progre-dismo argentino. La cobertura del
mismo fue escandalosa. Los cultores de la “pluralidad de voces” casi que
borraron al Movimiento Pro-Vida de la discusión. Las marchas abortistas,
plagadas de incidentes y de mal gusto, eran celebradas y los desmanes
minimizados; mientras que las multitudinarias y pacíficas marchas a favor de
los no-nacidos se soslayaban. El tema del aborto también fue aprovechado por
los NPCs para hacer uso de todo su repertorio de prejuicios, falsedades, mitos
y disparates. Nunca discutieron sino que bombardearon a sus adversarios
epítetos pre-fabricados. Como perros de Pavlov,
ante el primer estímulo reaccionaban con la perorata de “sexismo”, “machismo”,
“misoginia”, “mujer-víctima”, “el feto no existe”, etc.
Una visión acrítica, artificial y nociva
El NPC progre-dista vive en un mundo al
que volvió artificialmente pequeño. Todos en él deben adherir a una ortodoxia
fanática. Y cuando la realidad pone en apuros a su trunca cosmovisión, lo que
predomina es el relato y la autosugestión.
Afortunadamente, gracias a la verdadera
pluralidad que traen la tecnología y el capitalismo, tenemos muchas
alternativas al decadente monopolio de la opinión del cual gozaba el
progre-dismo. Hoy alguien muy joven como el Twitstar Juan Doe tiene su propio podcast/programa de
radio/livestream, los economistas Milei y Lazzari tienen su programa semanal, existen
nuevos medios como Visión Liberal,
República Económica, PanamPost y un millón de ejemplos más.
Desde hace más de 70 años que la
Argentina repite errores. El país desesperadamente necesita modificar su visión
sobre muchos temas centrales para rectificar el rumbo y emprender una senda de
verdadero progreso. El desafío es oponer a la retórica vacua y reiterativa de los
NPCs ideas superadoras. Para ello necesitamos un debate robusto que no se quede
en conceptos conformistas y en enunciados que se dicen para agradar a la propia
tribu.
* Federico N. Fernández es
Presidente de la Fundación Internacional Bases (Rosario, Argentina) y Senior
Fellow del Austrian Economics Center (Viena, Austria).
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