El andamiaje del fascismo mexicano
Ricardo Valenzuela


Mientras EU elige un presidente que enfrenta la mafia política para recuperar algo del liberalismo herencia de sus padres fundadores. Un hombre que lucha contra un colectivismo disfrazado con propiedad privada, pero con reglas dictadas por la mafia del Estado Profundo que trata de destruirlo. En México, como el burro de la noria, damos vueltas para llegar al mismo lugar. Ambos países tuvieron avances durante el siglo 19, pero en el siglo 20 fueron arropados por el socialismo, aunque en diferentes grados. Después del marxista Obama los EU están tratando de regresar a la casa de sus fundadores. Pero México, retorna al nacionalismo revolucionario.
 
Regresamos al infierno donde la economía se basa en influencia política, no en oferta y demanda. Y, como el fascismo, tolera la propiedad privada pero los derechos económicos individuales pueden ser nulificados a capricho del líder. En donde se consigue dinero y contratos por conexiones estatales, no por eficiencia. En el cual la vida económica es ideológica, constitucional y legalmente dependiente del control gubernamental. No opera sobre principios económicos, sino por decisiones de redentores sociales que seducen multitudes saturadas de conflictos. Saben por como cabrestear a ejércitos de miserables que, por el misticismo de su pobreza, lo santifican y se entregan a su magia. Y eso se le llama fascismo, tal vez sin campos de concentración y sin hornos, pero es el interés colectivo antes que los derechos del individuo, decidido por el fuhrer tropical.
 
¡Andamiaje gubernamental de su poder!
 
Grupos de interés. Hay dos maneras de ganarse la vida: voluntariamente a través del proceso de mercado o a través de la coerción en el proceso político. Los ´intereses especiales´ prefieren lo segundo y se amontonan alrededor de los centros de poder político como las moscas en los basureros. Asaltan las tesorerías y manipulan el aparato regulador de los gobiernos para su beneficio. Los políticos son felices participando en sus estructuras de complicidad incrementando sus fortunas. Tienen una dependencia total de la intervención del gobierno, porque el más pequeño cambio en regulaciones o subsidios germina en su éxito o su fracaso.
 
Dedican toda su energía y sus recursos buscando la protección y privilegios del sistema. Sus organizaciones como Canacintra, en lugar de un agresivo representante de intereses privados, opera como una institución pública. Sus éxitos profesionales dependen más de sus habilidades políticas que de su talento empresarial. De forma intencional los pobres son perpetuados en su miseria porque la pobreza es un gran negocio para su sociedad con los políticos, pues les genera fornidos presupuestos y mucho dinero. En nombre de la compasión se han cortado los peldaños de la parte más baja de la escalera social.
 
Permanencia. Sería ideal que el gobierno fuera renovado en cada elección, para prevenir que los individuos se atrincheren eternamente en sus puestos. Pero con el desarrollo del concepto “carrera política”, los burócratas se han tornado permanentes. Más grave, los políticos han hecho lo mismo y diputados y senadores se han atornillado a sus huesos durante décadas. Y esta gente, por su larga permanencia, se convierten en especialistas para el saqueo de los ciudadanos. Esa permanencia les ha permitido destruir poco a poco la substancia de la propiedad privada, para luego vender su protección.
 
Burocracia.  La burocracia es ineficiente e irresponsable porque no opera sobre bases de pérdidas y ganancias. Sin la presión de economizar recursos, gastan sus presupuestos como yaquis empachados con bacanora. Son motivados solo por acrecentar su poder, ganar más dinero, lucir importante, y lo consiguen incrementando el número de burócratas bajo su mando y gastando sin limitarse. Porque si no gastan, les recorten el presupuesto. Las cuentas deben estar en cero al final del año fiscal y así solicitan más recursos del secretario, o del congreso. Las armas que les entregan sus jefes son impuestos irracionales, subsidios y extensa regulación de actividades privadas, y vender luego sus ayudas. Después de eso, la única realidad que captan es que no deben hacer nada, y después de no hacer nada, se impone descansar. Una pestilente sociedad en la que unos pecan por la paga y otros pagan por pecar.
 
Crisis. Los gobiernos multiplican su poder en tiempos de crisis. Es la excusa perfecta para hacerlo y lograr más poder sobre la gente. La explosión económica de diciembre 1994 permitió a las autoridades empalmar los mercados, y fue el pretexto para la creación del Fobaproa e infinidad de regulaciones. Robert Higgs, en su libro “Crisis en Levitan”, demuestra cómo la gente siempre pierde porque es cuando la ensillan con un gobierno aún más grande consecuencia de la emergencia. Las crisis mexicanas han servido para tomar control de la agricultura, energía, comunicaciones. Regular el mercado de trabajo, los mecanismos del sistema monetario y financiero. Usar control de precios, de intercambios internacionales de bienes, capital y monedas. Todo en sociedad con grupos de interés.
 
La media. Este es uno de los grandes filones de la política. Es el arma silenciosa muy bien pagada. Es la prostituta del poder. Aliados incondicionales del gobierno, la media siempre promueve la línea del presidente. Sea lo que sea, siempre repite como perico lo que el gobierno quiere. La media es usada para definir la frontera de libertad de expresión y, sobre todo, para controlar mentes y votantes apoyada por intereses especiales que controlan la publicidad. Es también la destructora de enemigos del gobierno. Nada podría ser más benéfico para el país y lo peor para el gobierno, que la abolición de secretarias como educación, salud, reforma agraria, Nafinsa y otras diez o veinte. Pero esas ideas son etiquetadas como extremistas gracias a la media. Porque ellos, ordenados por el gobierno, promueven el fascismo que representa la sociedad gobierno e intereses especiales, el abandono de mercados libres e instalar control político de la economía.
 
Intervencionismo. La economía libre es una armonizada red de precios y relaciones de intercambio. Cuando el gobierno interviene ante un problema, real o inventado, violenta ese balance y se causan las verdaderas crisis que son la excusa para más intervención. Es lo estamos atestiguando con la extensa red de controles impuestos por el nuevo emperador AMLO I. Pero esto es solo el inicio del tejido de una red con la que atrapará a todo México pues, al mismo ritmo que se incrementa su control, la temerosa oposición recula. Le doy dos años para que el tejido sea total y los mexicanos estemos empalmados como los becerros cuando los van a capar, para luego meterlos a la trampa y ponernos el fierro AMLO terciado en el lomo.
 
La razón por el arribo de AMLO tomando el país en un asalto chavista, es el analfabetismo general donde la gente se conduce en medio de una bruma de ignorancia e inseguridad, pues sus mentes, controladas por el arma silenciosa, no usan la razón sino sentimientos. Ignoran el daño que causan los gobiernos con esas intervenciones que continúan destruyendo países. ¡Bienvenidos a Mexizuela!   
 

 

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