Baby tiene razón

Rogelio López Guillemain
Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista
en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes,
Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes
(reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra
historia" por radio sucesos, Córdoba.
“Piedad por el culpable,
es traición al inocente”
Ayn
Rand
Gary Becker, quien fuese un brillante economista
ganador del premio Nobel, escribió un singular trabajo relacionando el delito
con las leyes económicas.
Para resumir sus conceptos, el catedrático
explica que los delincuentes, realiza el mismo ejercicio de cálculo económico
que lleva adelante un comerciante al instalar un quiosco; los malvivientes definen
su inversión según la relación costo-beneficio.
El beneficio para el malhechor es el botín con
el que se hace, mientras que el costo está determinado por dos variables: la dureza
de la condena ante la que se enfrenta en caso de ser atrapado y las posibilidades
de que la misma sea efectiva o sea, que se cumpla.
En Argentina, el problema más importante no son
las penas que estipula el código penal (dureza de la condena), tampoco lo es el
accionar de la policía; el meollo de la cuestión en nuestro país, es la
invasión de jueces garantistas en los tribunales. Jueces que dejan libres a motochorros por
unos cuantos pesos, lo mismo que a violadores o asesinos, o a delincuentes como
Lucas Vázquez, aquel facineroso que participó en el asalto que padeció el
reconocido conductor radial y que casi le costó la integridad física y la vida
a él y a varios integrantes de su familia.
El karma de Argentina son las Silvia Chomiez,
las Patricia Guichandut y todos los discípulos del siniestro e impresentable Zaffaroni;
responsable intelectual del estado de indefensión que padecemos los argentinos
de bien.
“El
que las hace las paga”, reza un viejo refrán que
aplica al crimen, la definición de justicia de Ulpiano: “a cada quien lo que le corresponde”. Todo acto humano es una moneda que presenta
dos caras: la de la libertad y la de la responsabilidad; la libertad de llevar adelante
una acción y la responsabilidad por las consecuencias del mismo.
Los jueces garantistas (y los políticos y
periodistas políticamente correctos) son cómplices de la estafa que implica el
cambiar la moneda ecuánime que tiene cara y cruz (libertad y responsabilidad),
por una trucada que sólo habla de libertad en sus dos lados.
Aquel candidato que entienda, que los
argentinos estamos hartos de ser carne de cañón, cansados de vivir con miedo tras
las rejas o agotados de tener el corazón en la boca cada vez que salen nuestros
hijos, pero sobre todo, recontrapodridos de los polititruchos, de los jueces
tilingos, de los empresaurios prebendarios y de los sindicalistas patoteros,
miembros de una pestilente asociación parásita y corrupta; ese día, aquel
candidato, marcará la diferencia y podrá decir con la frente en alto, que él
abrazó los principios éticos, morales y republicanos que Alberdi plasmó en la
Constitución, aquellos valores de respeto al prójimo y de deber cívico que
supieron convertirnos, hace casi un siglo, en potencia mundial.
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