Juventud y socialismo
Juan Manuel Nieves R.
Abogado, Magister en Comunicación política. Dirige una firma de abogados y trabaja como profesor de cátedra en la Universidad de la Sabana (Colombia) y es columnista de La República (Colombia).




Una época añorada por casi todas las personas es la vivida en la juventud; allí se tienen energías, sueños y se forja el futuro que cada uno quiere vivir. Algunos señalan que es una etapa confusa pues los constantes cambios no permiten tener estabilidad. A una parte de este segmento actualmente se les llama “millennials” y en ellos está enfocada gran parte de las críticas, pero también una porción importante de los esfuerzos, pues serán el grueso económico en un futuro cercano; esta generación dentro de sus particularidades ha presentado una gran simpatía por la izquierda. ¿A qué se debe su nostalgia por ideas que se creían superadas?
Bernie Sanders un político americano abiertamente de izquierda logró enfrentarse en las pasadas elecciones primarias del partido demócrata a Hillary Clinton; gracias al apoyo de las juventudes, en Estados como Iowa tuvo un apoyo superior a 80% de la población menor de 29 años. En Colombia en las últimas elecciones presidenciales, la votación de los menores de 25 años estuvo arriba de 70% en candidatos de similares inclinaciones; este fenómeno se repite en países como Inglaterra, España, Italia y podríamos generalizarlo en el mundo occidental.
Según la encuestadora Gallup los millennials han abrazado de nuevo las ideas socialistas por la desigualdad generada según ellos por el libre comercio y por la falta de respuestas del capitalismo al cambio climático; para muchos de ellos el mundo puede desaparecer si no volvemos a la armonía con la naturaleza y el sistema que mejor ha sabido aprovechar esta carencia es el socialista.
En un mundo donde prima el bienestar sobre la ideología, una gran cantidad de jóvenes en su rebeldía ha abrazado ideas que se han impuesto a costa de la sangre de muchos. Culpa también del anacronismo reinante y la inmediatez, prefieren los subsidios, y naciendo en el desarrollo de un Estado Bienestar, muchos consideran que el Estado debe tener pleno control de los ingresos y redistribuir la riqueza equitativamente; dichos conceptos económicos suelen ser románticos en las mentes rebeldes y ha sido un error del liberalismo moderno el no saber responder a las inquietudes que traen las nuevas juventudes.
Obama dijo en uno de sus discursos que a pesar de los múltiples defectos que tiene el liberalismo, la humanidad, gracias a este, ha gozado de un periodo de prosperidad y paz sin precedentes y, con acierto, concluye que este sistema es mejor que “cualquiera de sus alternativas que se han intentado”. A pesar de ello no parece suficiente y los nacionalismos y viejas ideas asoman en la atmósfera mundial. The Economist, con algo de esperanza, señala que dichas ideas pasarán a medida que los jóvenes se empleen y formen su independencia; sin embargo, es necesario que filósofos revitalicen las ideas liberales, expliquen de manera sencilla sus conceptos económicos y sobre todo construyan un relato actualizado para el mundo.


Este artículo fue publicado originalmente en La República (Colombia) el 7 de marzo de 2019.

 

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