El Papa y “Camino a la Servidumbre”

Rogelio López Guillemain
Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista
en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes,
Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes
(reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra
historia" por radio sucesos, Córdoba.
“Cuando la autoridad se
presenta con la apariencia de organización, muestra un encanto tan fascinador
que puede convertir las comunidades de gentes libres en Estados
totalitarios”
Friedrich Von Hayek
Camino de Servidumbre, es el título de un libro
revelador, escrito en el año 1944 por el premio Nobel Friederich Hayek. En este escrito, el autor desnuda la
incompatibilidad entre la libertad y las políticas socialistas, fascistas y
comunistas; sus argumentos son tan contundentes, que no han podido ser
rebatidos en los más de 70 años que nos separan de su publicación.
El pasado 27 de Marzo, el Papa Francisco mostró
el verdadero rostro de la iglesia Tercer Mundista, la comunión de ese sector de
la religión católica con los populismos herederos del socialismo y de sus hijos
bastardos: el fascismo y el comunismo.
Dijo Francisco en la ocasión: “El pan que el cristiano pide en oración no
es mio sino nuestro…si no se reza de esta manera el Padre Nuestro deja de ser
una oración cristiana…esta oración contiene una actitud de empatía una actitud
de solidaridad…”
El Padre Nuestro es una oración en plural en
toda su extensión, incluso en su título; pero su rezo en común no implica un pedido colectivo, sino una solicitud
conjunta. Esta diferencia no sólo
semántica, queda patentizada en el único mandamiento que legó Jesús a sus
seguidores “ama a tu prójimo como A TI
MISMO”; clara expresión jerárquica que confirma el valor del individuo,
como algo superior, anterior y primero sobre el valor de la comunidad; el Yo
antes que el NOSOTROS, mi amor propio es el referente necesario para amar al
prójimo.
Incluso en la misma homilía, el Papa hace
referencia a “la empatía y a la
solidaridad”. Dichos valores son absolutamente
individuales y voluntarios; sobre todo la solidaridad, la que precisa como
condición ineludible e imprescindible para ser practicada, la atención primaria
a la satisfacción de la necesidad propia, sólo se puede compartir lo que se
tiene, para ejercer la caridad y la solidaridad es forzoso primero respetar la
propiedad privada.
Al respecto el Papa dijo: “los alimentos no son propiedad privada, -metámonos eso en nuestra
mente: la comida no es propiedad privada- sino providencia que debe compartirse,
con la gracia de Dios”, en tanto que en otra segmento aseguró que “y pan es también para agua, medicinas,
hogar, trabajo…pedir lo necesario para vivir”.
Según Francisco, la comida, el agua potable,
las medicinas y el hogar, entre otras cosas, no son fruto del trabajo del
hombre; provienen de la “providencia de
Dios”. Quien no es dueño (propiedad
privada) de lo que produce es simple y llanamente un esclavo.
Confiados en la Providencia Divina, las personas
deberían simplemente orar (eso sí, todos juntos sino no vale) y el pan, los
medicamentos y demás cosas aparecerán ante ellos por generación espontánea. Este creo debe ser el ejemplo de pensamiento
mágico más grande que debe existir.
Imagino que el Papa no espera que eso suceda
(más allá de cuán grande sea su Fe), ¿acaso espera que las personas trabajen y
“graciosamente” repartan el fruto de
su esfuerzo entre todos, sin esperar nada a cambio? Confieso que, ahora que lo pienso, este es un
pensamiento mágico aún más grande que el anterior.
Estoy seguro que Su Santidad no cree en ninguna
de las dos opciones previas, creo que apuesta a otra opción verdaderamente
peligrosa: la asociación política-ideológica que se hace entre la Providencia
del Dios Religioso y la providencia del dios estado.
El mensaje es: “no te preocupes, el estado te
va a dar todo lo que necesites: comida, salud, vivienda… es tu derecho divino por ser hijo de dios (el dios estado), él que va a satisfacer tus
necesidades y es el deber de tus
hermanos (los que pagan impuestos y trabajan como mulas) tener empatía y ser
solidarios para con vos”.
¿Estoy delirando? Creo que no.
Creo que cuando el Papa dice “por
eso Jesús nos invita a suplicar nuestro pan, sin egoísmos, en fraternidad”,
está corroborando esta dependencia, esta humillación, esta sumisión, esta
esclavitud.
Porque es eso, quien debe “suplicar” para obtener su pan, le falta algo mucho más importante
que el alimento, la casa o las medicinas; le falta, le han robado, la
dignidad.
El “pan”
que nos ha dado Dios (para los que sean creyentes), es el Don que nos hace
humanos, es la razón. La razón, la
lógica, el esfuerzo y la dedicación, son los “panes” que enaltecen a las personas, que las llenan de genuino
orgullo, que les permiten conseguir alimento, medicinas o vivienda y así cubrir
las necesidades propias y las del prójimo.
El mundo conoció las experiencias de países
como Rusia o China, países en los que se “negaba
la propiedad privada”; esas experiencias les costaron la vida a 100 millones de seres humanos. No nos dejemos seducir por las místicas, dulces
y letales palabras que sólo conducen al sufrimiento, la muerte y la
destrucción.
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
