El ¨liberpopulismo¨ tardío de Macri
Ezequiel Rodríguez
Ha desarrollado el Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales 2017 de Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Es Licenciado en Ciencia Política (UBA) y Maestrando en Economía y Ciencia Política (ESEADE).



El resultado de las PASO del domingo 11 de agosto nos sorpredió a todos, especialmente al gobierno. Ellos pensaban que si continuaban haciendo “la plancha” sobre la pileta de dólares que el FMI les concedió gentilmente iban a perder por una diferencia remontable (3-6ptos) y luego con el discurso del miedo, polarización mediante, tenían el ballotage cocinado.
 
La realidad se mostró mucho más compleja, primero con una fuerte derrota y luego con una reacción de desconfianza absoluta por parte de los mercado. Cabe destacar que los mercados no son una entidad abstracta que afecta la economía desde el Olimpo del poder y la codicia, sino que el mercado está compuesto por las personas que el día después de las elecciones decidieron comprar dólares, ir al supermercado a “stockearse” un poco y que por un tiempo no van a constituir un plazo fijo por medio a que le devaluen y pierda sus ahorros.
 
Frente a este panorama adverso el gobierno ensayo el “liberpopulismo” una nueva praxis política definida como tomar medidas de corte “liberal” y “populista” el mismo tiempo con el objeto de ganar una elección. En el proceso dejaron de lado las ideas republicanas y moderadas que en algún momento de otra Argentina vendieron.
 
Las medidas liberales se circunscriben principalmente a subir el mínimo no imponible y recortar el IVA.  Ambas medidas son paliativos ya que no eliminan ni el impuesto al trabajo ni el IVA más allá de diciembre. Sobre todo esta última medida resulta un insulto a la inteligencia al tratar al votante como si fuese un burro que con una zanahoria puede cambiar su decisión.
 
Estás acciones del gobierno nos llevan a preguntarnos ¿no podrían haberlo hecho antes? La respuesta es claramente no, ya que es distinto tomar (o no tomar) una medida por coyuntura que por convicciones. Sabemos que este gobierno no tiene mucho aprecio por las ideas de la libertad o por limitar el accionar del Estado.
 
Del lado populista podemos observar aumento de salarios, jubilaciones, asignaciones, congelamiento de precios, congelamiento de las cuotas de los créditos en UVA, etc. Si todavía quedaba un atisbo de institucionalidad con estas medidas el gobierno nos confirma que la república es un buen slogan pero que en la práctica el populismo garpa más.
 
El gobierno tiene hasta octubre para elaborar un plan coherente que lo saque de vivir tomando medidas contradictorias y erráticas según la coyuntura lo demande. Este tiempo es de reelaboración de agenda, esperemos que pueda constituir una que realmente permita que los argentinos puedan progresar y vivir con mayor libertad.
 

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