Apuntes sobre Armando Ribas
Elena Valero Narváez
Historiadora, analista política y periodista. Autora de “El Crepúsculo Argentino. Lumiere, 2006. Miembro de Número de la Academia Argentina de Historia.




La principal contribución de Armando Ribas ha sido la defensa de la libertad, las ideas y principios relacionados con ella, cosa que –como bien el mismo señalaba- consideraba como su misión desde que dejó  su patria, Cuba, luego de la revolución de 1959.
Fue un gran aporte no solamente para Argentina, sino también, para toda Latinoamérica, donde se debilitaron las ideas liberales después de haber tenido gran influencia durante el siglo XIX, por supuesto, con tensiones y ambigüedades.
En nuestro país como en todos a los que Armando Ribas  fue invitado  para exponer sus ideas, no se cansaba de enfatizar  la ética liberal basada en los derechos  “lockeanos” a la vida,  a la propiedad, a la libertad, y a la búsqueda de la propia felicidad, principio reconocido en la Declaración de Independencia de EEUU y en la Constitución liberal argentina de 1853. El les daba suma importancia al considerarlos como principios fundadores de la libertad individual. Eran  la vara con que analizaba y juzgaba la realidad.
  Adhería al liberalismo clásico, en cuanto a limitar los poderes del Estado, dentro de leyes universales iguales para todos y a instituciones que respetan los derechos individuales, la división de poderes, el federalismo, la democracia representativa  y  las minorías
 Como todo liberal, defendía la autonomía de la persona frente a las imposiciones del grupo y de cualquier poder. Promovía el individualismo, concepción de la vida que exalta la responsabilidad personal, la acción electiva y el derecho a expresar las ideas sin cortapisa alguna.
 
 
The Glorious Revolution
Inversamente  a la experiencia francesa, la exportación de las ideas anglosajonas -señalaba Ribas-  comienza  luego de la Gloriosa Revolución de 1688, en Inglaterra, donde se inicia la democracia parlamentaria moderna inglesa. Surgen en el siglo XVII la Petición de Derechos, el Acuerdo del Pueblo, el Instrumento de Gobierno, el Habeas Corpus y La Declaración de derechos (Bill of Rights) de 1689.
El Rey deja de tener el poder absoluto y la Declaración de Derechos se convierte en uno de los documentos más importantes de Gran Bretaña pues acaba con la posibilidad de una monarquía absoluta. Los poderes del rey fueron restringidos, no podía suspender leyes ni crear impuestos o mantener un ejército permanente en tiempos de paz sin permiso del Parlamento. La revolución condujo al Acta de Tolerancia de 1669 que garantizaba la libertad religiosa. Se enumeran  los derechos constitutivos de la dignidad humana como derechos inalienables e imprescriptibles. Tuvo antecedentes más lejanos como la Carta Magna de 1215 y otros documentos  limitativos del poder de las monarquías feudales.
John Locke da a conocer,  en 1690,  sus grandes obras: Ensayo sobre el entendimiento humano y Ensayo sobre el Gobierno Civil postulando que el estado natural del hombre es un estado de libertad: La razón que coincide con la  ley, enseña a cuantos seres humanos quieren consultarle, que, siendo iguales e independientes, nadie debe dañar al  otro en su vida, salud, libertad y posesiones.
Estas ideas se  materializan y mejoran en la experiencia norteamericana. Jefferson fue quien, al redactar la Declaración de Independencia dio carácter de “inalienables” a tales derechos. Estos antecedentes y la Constitución Norteamericana de 1787 de Filadelfia, tuvieron influencia en la ¨ Declaración de derechos del Hombre y del Ciudadano” francesa de 1789, como también en el constitucionalismo moderno.
Su admiración por EEUU
 En todos los ámbitos donde se movía, Ribas, como lo hizo Alexis de Tocqueville -después de observar en 1835 la democracia política y económica norteamericana- rescataba la importancia que tuvo EEUU en mostrar al mundo que un poder limitado es posible, sin ideologías fanáticas y con un espíritu de tolerancia que reflejan los valores comunes y la libertad individual.
 
Admiraba la doctrina liberal  que valoriza el individualismo, rechazando la arbitrariedad política y el culto romántico roussoniano al grupo. Es por ello que valorizaba la experiencia revolucionaria americana por sobre  la experiencia revolucionaria francesa donde la libertad estuvo ligada a la meta de terminar con el mal y alcanzar la armonía social mediante instituciones que educarán para crear al hombre pleno. Éste sería capaz de elegir mediante la infalibilidad de la razón lo mejor, lo justo, el bien, la verdad y la belleza, dirigiendo su interés hacia la colectividad,  sustituyendo el poder absoluto del Rey por el poder absoluto del pueblo.
 Ribas objetaba que el hombre con el instrumento necesario y suficiente de la razón pudiera elegir lo conveniente para todos, lo que se debe hacer, una sociedad “buena· como lo postula la teoría “del buen salvaje”.  Esta,  erróneamente,  dibuja una naturaleza humana que carece de sentimientos, de envidia, egoísmo, de todo vicio o sea inhumana. Fue enemigo del endiosamiento de la razón, por eso su continua crítica a la exportación de la experiencia francesa que provocó el primer totalitarismo de la historia, sirviendo de modelo a los totalitarismos del siglo XX liderados por el afán voluntarista de hombres que querían  un mundo perfecto, como lo desean, siempre, los revolucionarios, identificándose  con la virtud y la verdad. “…en el intervalo de cien años surgieron del pensamiento europeo dos filosofías políticas diametralmente opuestas. La una fundada en la razón de estado, partiendo de la entelequia de al sociedad como un forma de realismo de los universales y la otra  fundada en el nominalismo que reconoció los derechos individuales y su contrapartida, los límites al poder político consciente de que ni los hombres ni los gobernantes son ángeles…De la primera que podemos denominar farnco-germanica, surge el totalitarismo en sus tres vertientes, el marxismo, el nazismo y el fascismo. La segunda que podemos llamar anglo-norteamericana, fue la base de la República que en 1939 salvara a Europa de los europeos por segunda vez en el siglo.¨
 

 Defensa de la propiedad privada
 
Se identificaba con el pensamiento de Adam Smith, Locke, Hume y Madison entre otros defensores de la propiedad,  pero,  también,  recurría a Juan Bautista Alberdi más que  menudo. Este es uno de sus aportes  importantes. Alberdi, a quien le debemos la Constitución liberal de 1853, era casi un desconocido en la República Argentina. El fue quien le insufló vida, no se cansaba de recomendar sus libros y resaltar su defensa de la propiedad. Así lo hacía Alberdi, con maestria,  en Sistema Económico y Rentístico: ¨Comprometed, arrebatad la propiedad, es decir el derecho exclusivo que cada hombre tiene de usar y disponer ampliamente de su trabajo, de su  3capital y de sus tierras para producir lo conveniente a sus necesidades o goces y con ello no hacéis más que arrebatar a la producción sus instrumentos, es decir paralizar en sus funciones fecundas, hacer imposible la riqueza…¨
 
Ribas repetía una y otra vez, que la propiedad privada “siempre se verá amenazada si no existe o esta deteriorado el estado de derecho”.  Lo ejemplificaba con los sistemas socialistas, nacional-socialista y fascista, donde no importaba que no existiera una ley que la aboliera, como fue el caso de Italia o que Hitler no lo hiciera manteniendo la Constitución de Weimar.
Donde no hay estado de derecho, la razón de estado- y no la ley- es la que manda. La justicia siempre consiste en dar razón a quienes gobiernan, por eso tampoco se respeta a  las minorías. Así lo expresaba, recurriendo  a James Madison:¨…cuando la mayoría puede desconocer los derechos de la minoría nos encontramos como en el estado de naturaleza, donde el más débil está a merced del más fuerte¨
 

Judicial Review
 
 Subrayaba el papel fundamental de la Corte Suprema como garante de los derechos individuales para que no se validara ninguna ley contraria a la Constitución. Recurría al ejemplo del juez Marshall, en el caso Marbury vs Madison, en 1803, donde se da forma definitiva al siguiente principio :ªTodos aquellos que han establecido constituciones escritas las consideran como la ley fundamental y principal de la Nación, y la consecuencia de la teoría de esos gobiernos es,  que toda ley de la legislatura repugnante a la constitución es nula…Es enfáticamente la competencia y el deber del departamento judicial el decir qué es la ley.
 
 La legitimidad de la Ley tiene connotación ética. Es legítima si es congruente con ciertos principios éticos, por ello Armando Ribas, cuando habla de respeto a la ley, no se refiere, a cualquier ley. El artículo 28 de la Constitución argentina de 1853 también lo señala: “los principios, garantías y derechos reconocidos en los artículos anteriores (del texto constitucional), no pueden ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio”.
 


El mito cubano
 
Durante años se observó a la URSS con una mirada idealizada. Escritores, actores, poetas, estudiantes, políticos, han puesto velos a la realidad como lo hacen aún con los deplorables resultados de la revolución castrista. Amando Ribas se ha dedicado con empeño a destruir el mito,  revelando los males del sistema comunista impuesto por Fidel Castro por los cuales tantos cubanos emigraron a Miami,  llamada por Armando, la capital de América Latina.
El residió en Cuba antes de la Revolución, sabía cómo se vivía entonces.  En los años 50 del siglo XX, según datos recogidos por otro cubano, gran defensor de la libertad, Carlos Montaner, la isla poseía una amplia y productiva clase media. Era el primer país en uso de televisores, el tercero en números absoluto de médicos, el quinto en calidad de dieta alimenticia, el tercero en cantidad de autos por habitante y en radiorreceptores. Ocupaba el cuarto lugar en teléfonos y el primero  en uso de energía y en asistencia al cine, entre otros muchos indicadores. Sin duda se puede afirmar que Cuba, era uno de los más prósperos países de América Latina.

 

Populismo y demagogia
 
 Se preocupaba porque la democracia, en muchos países del mundo, degeneró en populismo. Se han perdido los valores republicanos, no se respeta la periocidad en los cargos, ni la publicidad de los actos de gobierno, ni la separación de poderes, tampoco la soberanía de la ley, los pesos y contrapesos que evitan las arbitrariedades del poder político. De esta manera lo expresaba: Aristóteles está presente en función de la demagogia que entraña el socialismo, que ahora se pretende reconocer como populismo. Este nuevo vocablo, a mi juicio implica una descalificación del socialismo original.
Apoyándose en James Madison: “Hombres de intriga facciosa, mediante la corrupción y otros medios, primero obtienen los sufragios y después traicionan los intereses del pueblo” y en  Alexander Hamilton : “Una peligrosa ambición más a menudo subyace detrás de la especiosa máscara de los derechos del pueblo” Mostraba Ribas las debilidades de las democracias latinoamericanas.  No  importa solo el hecho de poder elegir sino a quién se elige, como tampoco las instituciones y leyes sino qué instituciones y  qué leyes. La única institución que  permite la libertad al tiempo que la creación de riqueza es el Rule of Law. Es decir donde se respetan los derechos individuales, y se limita el poder político.
 
 
La economía y la seguridad jurídica

Ribas entendía por capitalismo  un sistema económico que no solamente reconoce el papel  del mercado y la propiedad privada de los medios de producción y la producción masiva. Enfatizaba la importancia de un marco jurídico consustancial con  los derechos individuales y con las instituciones liberales: La economía no es una ciencia aparte de la ética y de la política; el haber aceptado esa falacia ha sido a mi juicio un error fundamental del liberalismo en la Argentina. Por tanto no se puede propiciar un programa económico coherente al tiempo que se permite y facilita que el gobierno ocupe todos los factores de poder. Solo la seguridad jurídica en todos sus aspectos podría atraer nuevamente la inversión necesaria para lograr la necesitada recuperación económica. Para ello igualmente es necesaria (…) la reducción de impuestos a la vez que la eliminación de impuestos distorsivos, y el gasto bajado en términos reales, pero si el nivel de imposición se mantiene es como si no hubiera ocurrido, en su impacto sobre el sector privado.  Admirador de David Hume repetía esta cita alertando sobre el error de creer que el sistema capitalista puede funcionar alejado de una ética liberal: Es imposible cambiar o corregir algo material en nuestra naturaleza, lo más que podemos hacer es cambiar nuestras circunstancias y situación y rendir la observancia de las leyes de la justicia nuestro interés mas cercano y su violación el más remoto.

Dejo para el final mi saludo emocionado a Armando,  uno de mis más queridos amigos, quien hace unos días se fue, muy a su pesar.  Siendo un enamorado de la vida, no le daba  tregua, disfrutando todo lo que podía. Como bien decía “hay que distraerse para olvidar que nos vamos a morir.


 

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