La pandemia está marcando el inicio de la revolución del teletrabajo
Chelsea Follett
Editora de HumanProgress.org, un proyecto del Instituto Cato que busca educar el público acerca del progreso humano a nivel mundial.



La pandemia del nuevo coronavirus ha empujado a las personas a utilizar la tecnología de nuevas formas, incluyendo la implementación del trabajo remoto a una escala nunca antes vista.  
La tecnología es muchas veces presentada como el enemigo del trabajador, pero en realidad, la tecnología ha eliminado muchos trabajos difíciles, tediosos y peligrosos. La pérdida de empleos frente a la tecnología ha sido más que compensada por el auge de profesiones de servicios, y en trabajos creativos que se basan intensamente en el conocimiento. 
El auge del empleo remoto (o parcialmente remoto) probablemente será el próximo paso en la tendencia de largo plazo mediante la cual la tecnología está haciendo las carreras de las personas más agradables y productivas.
La pandemia está acelerando el cambio hacia el trabajo remoto
Las investigaciones han descubierto que los trabajadores que trabajan a distancia son más felices, más productivos, toman menos descansos y tienen una mayor lealtad con sus empleadores. 
Un estudio de la Universidad de Chicago muestra que 37% de los empleos en EE.UU. pueden realizarse íntegramente desde casa y la apertura hacia el teletrabajo entre los trabajadores y empleadores nunca ha sido mayor.
Las empresas tecnológicas están liderando el cambio: las empresas de Silicon Valley estuvieron entre las primeras en alentar el trabajo remoto cuando empezó la pandemia, y muchas empresas grandes están haciendo de la opción de trabajar desde casa una opción permanente. El gigante en redes sociales, Twitter, por ejemplo, ha anunciado que todos sus empleados tendrán la flexibilidad del teletrabajo de manera indefinida.  
“Nunca vamos a volver a trabajar de la manera en que lo hacíamos antes”, opinó Jared Spataro, un ejecutivo de Microsoft en una rueda de prensa.  
Sin embargo, esta adopción del teletrabajo no está limitada a Silicon Valley. Muchos grandes empleadores, como Barclays y la empresa de seguros Nationwide, han realizado anuncios similares.  
En pocas palabras, la pandemia puede que hay acelerado la tendencia hacia el teletrabajo. Una encuesta de abril consultó a 1.000 adultos estadounidenses y encontró que una firme pluralidad de los encuestados creen que el teletrabajo será ampliamente aceptado en sus lugares de trabajo después de la pandemia.  
La revolución del trabajo desde casa es algo bueno 
El teletrabajo puede que sea incluso más amplio si no fuera por la tecnofobia
Jason Feifer, un tecnólogo, recientemente argumentó que la resistencia sin fundamento al teletrabajo antes de la pandemia había limitado el mercado de las video-conferencias y otras herramientas de colaboración virtual, dejando pocas opciones disponibles. Una adopción más amplia de trabajo remoto probablemente resultaría en una mejora rápida de este tipo de software, conforme las empresas de teletrabajo compiten por ofrecer mejores opciones. 
Si el empleo remoto se vuelve más común, los beneficios podrían extenderse más allá de los empleadores y trabajadores individuales. Un incremento en el teletrabajo podría ayudar a estimular el empleo. 
El economista Tyler Cowen de George Mason University ha señalado que los estadounidenses están menos dispuestos hoy a re-ubicarse por un empleo que en el pasado. Esto ha conducido a un desempleo más alto y a una movilidad social menor que la que se hubiera dado de otra manera, pero si los trabajadores tienen una mayor flexibilidad para trabajar desde donde desean estar, estos efectos podrían ser compensados. 
Además, el teletrabajo podría potencialmente salvar muchos de los muchas veces lamentados pequeñas ciudades agonizantes del país. 
Hasta este momento en la historia, el progreso ha estado relacionado con la creciente urbanización. Las ciudades han servido como los centro vibrantes de la cooperación y el intercambios entre humanos. Estos centros urbanos han sido el lugar de muchos avances tecnológicos y logros culturales que caracterizan la civilización moderna. Debido a que la tecnología ahora permite que los seres humanos trabajen juntos y de manera productiva aún cuando estén separados por miles de millas, el progreso continuo no depende ya de niveles cada vez mayores de urbanización. 
Muchos trabajadores por supuesto elegirán vivir en ciudades incluso si hacerlo es innecesario para desempeñar un empleo significativo. Pero si la obligación de vivir cerca del lugar de trabajo es eliminada, muchas personas elegirán vivir en áreas rurales o en los suburbios
Cerca de 80% de los estadounidenses viven en áreas urbanas, pero cuando se les pregunta en qué tipo de comunidad vivirían si se podrían mudar a cualquier lugar, la elección más popular es una zona rural (elegida por 27% de los encuestados). 
Si la mayor flexibilidad para re-ubicarse se vuelve común, esto podría tener varios efectos secundarios positivos. Una ola de personas mudándose a zonas de costos inferiores y lejos de los grandes centros urbanos disminuiría el problema (exacerbadno por las regulaciones restrictivas de zonificación) de los costos desorbitados de las viviendas en las grandes ciudades. Un incremento en las personas que “votan con los pies” también podría causar un declive en los impuestos estatales y locales y una reducción de las regulaciones onerosas, si los estados y localidades compiten de manera más intensa para ganar residentes. 
El aumento dramático del teletrabajo en medio de la pandemia es un experimento radical, pero sus efectos serán de largo plazo. El teletrabajo tiene el potencial de marcar una diferencia positiva en las vidas de muchas personas, re-diseñando todo desde cómo trabajamos hasta dónde vivimos. 

Este artículo fue publicado originalmente en Business Insider (EE.UU.) el 11 de julio de 2020 y en Cato Institute.

 

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