El fin de las ‘soluciones mágicas’ en Venezuela
Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.



¡Bravo! Por fin, un alto funcionario del gobierno de Donald Trump ha dicho la verdad sobre Venezuela, aunque le caiga mal a muchos venezolanos que han sido engañados por la demagogia de Trump sobre una posible intervención militar de Estados Unidos en ese país.

Yo he estado escribiendo durante años que Trump le ha hecho un gran daño a la causa de la libertad en Venezuela al generar falsas esperanzas de una intervención militar estadounidense. Eso ha llevado a que muchos venezolanos se queden sentados en sus casas esperando a los “marines” estadounidenses, en lugar de salir a las calles para derrocar la dictadura más brutal de América Latina.

Trump, ansioso por ganar los votos de los cubanoamericanos y venezolanos en Florida, ha dicho repetidamente que “todas las opciones están abiertas en Venezuela, incluida una posible opción militar”.
Pero el lunes, el encargado especial del gobierno de Trump para los asuntos de Venezuela e Irán, Elliott Abrams, dijo que la oposición venezolana debería dejar de esperar “soluciones mágicas” como una intervención militar de Estados Unidos y concentrarse en unirse contra el dictador Nicolás Maduro.

Abrams dijo eso a la cadena de noticias NTN24 de Colombia cuando le preguntaron sobre la decisión de la dirigente opositora venezolana de línea dura María Corina Machado de romper filas con el líder opositor Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, reconocido por casi 60 países como el presidente interino de Venezuela.

Machado, una política carismática pero que está muy por detrás de Guaidó en las encuestas, había pedido a Guaidó que invocara el artículo 187.11 de la Constitución venezolana, que teóricamente permite que la Asamblea Nacional liderada por Guaidó invitar a fuerzas militares extranjeras al país.

“María Corina es completamente libre de decir lo que quiera”, dijo Abrams en la entrevista. “Pero esto me recuerda al famoso realismo mágico de Gabriel García Márquez. Lo que nos parece que la oposición debería hacer es el arduo trabajo de organizar a la oposición”.

Abrams agregó que “Me parece que María Corina está pidiendo un ‘plan B’ mágico que va a resolver todos los problemas de Venezuela. ¿Y quién va a hacer la solución? Los extranjeros que intervienen. No creo que esa sea una respuesta sensata a los problemas que enfrenta Venezuela, ni a la necesidad de que la oposición esté unida”.

Abrams concluyó diciendo que unificar la oposición “no se hace más fácil cuando los líderes políticos de la oposición venezolana básicamente dicen: ‘No quiero hacer ese trabajo, quiero un rescate mágico’ ”.

Probablemente Abrams fue tan sincero porque el gobierno de Trump está preocupado, y con razón, de que una división en la oposición venezolana le facilitará enormemente a Maduro llevar a cabo sus fraudulentas elecciones legislativas en diciembre.

Una amplia coalición de oposición liderada por Guaidó —y respaldada por Estados Unidos y decenas de otros países— ha decidido boicotear las elecciones legislativas a menos que Maduro permita un tribunal electoral independiente y observadores internacionales creíbles.

Pero el hecho es que Abrams dijo la verdad. Y sería ideal si Trump hiciera lo mismo, y brindara todo su apoyo a Guaidó.

Como me dijo el propio ex asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, en una entrevista reciente, Trump a menudo vacilaba en su apoyo a Guaidó, y la política de Trump hacia Venezuela se ha guiado por “consideraciones políticas domésticas de Estados Unidos”. En otras palabras, a Trump no le importa mucho la libertad de Venezuela, sino los votos cubanoamericanos y venezolanoamericanos en Florida.

En lugar de engañar a los venezolanos con falsas esperanzas de un “rescate mágico” estadounidense que no está dispuesto a llevar a cabo, Trump debería aumentar la presión sobre su amigo Vladimir Putin, el presidente de Rusia, para que deje de apoyar al régimen venezolano. Además, Trump debería forjar una coalición internacional eficaz para intensificar las sanciones contra Maduro, como propone su rival demócrata Joe Biden.

Y, tal como dijo Abrams, los políticos opositores venezolanos de línea dura deberían dejar de engañarse con “soluciones mágicas” que están totalmente fuera de su control y que no están a la vista por ningún lado. Un aplauso a Abrams, que ha dicho en voz alta lo que ha sido un secreto a voces en Washington en los últimos años.


Publicado en El Nuevo Herald.



 

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