Por qué se mantienen elevadas brechas de ingresos entre la población del planeta
Enrique Blasco Garma
Economista.




Los individuos difieren en miradas y conocimientos. También en necesidades y destrezas de satisfacerlas. La cuestión es ponerse de acuerdo en desarrollar las habilidades individuales que atiendan mejor sus carestías.
Existen dos modos alternativos de resolver las disparidades personales de necesidades y habilidades:
El primer impulso es apoderarse de lo faltante por la fuerza. O el engaño, enseñaba la fábula del cuervo y el zorro. Por medio de la fuerza o engaño unos imponen a otros su voluntad. Son acciones de resultados pobres, inciertos, insustentables. Confirma la pobreza de la mayoría de los pueblos. Las imposiciones destruyen, nunca generan valor.
El segundo, la vía para superar las grietas, los conflictos de intereses de modo sostenible, previsible, progresivo, creativo, es ponerse de acuerdo e intercambiar sobrantes y faltantes personales. Liberar los intercambios de imposiciones, obstáculos innecesarios. Que cada parte se beneficie pues entrega algo que valora menos que lo que recibe a cambio. Y ambas ganan simultáneamente. Los intercambios voluntarios, transacciones, crean valor, explicaron notables economistas.

El milagro del que ambas partes se benefician. Crean valor saciando, atendiendo, diferentes faltantes individuales. Que van variando en el tiempo. A medida que descubren nuevas destrezas surgen necesidades novedosas y acuerdan superar déficit de unos individuos con superávit de otros. Fenómeno reconocido por el economista J. B. Say.
La producción de bienes genera derechos variados. No existen derechos que no hayan sido cedidos por otros. Toda producción consiste en intercambios de bienes que se concretan transfiriendo derechos sobre ellos.
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El gráfico delinea los ingresos promedio por persona de cada uno de los países en 2020. En el eje vertical figura el ingreso promedio de cada país, en dólares oficiales por habitante. Va de USD 250 hasta USD 110.000, por año y habitante, a medida se liberan de conflictos y trabas sin resolver. Y en el eje horizontal se van acumulando los países por nivel creciente de ingreso medio. Sorprenden tamañas diferencias entre los extremos. Que no están causadas por falencias de algunos pueblos ni codicias de algunos ni perezas de otros. La fórmula es que no es ningún conocimiento secreto.
No se pide un sacrificio indebido. Al contrario, la receta es conseguir la mayor satisfacción de las personas. En tanto logren acordar actividades más libres de obstáculos, los ingresos y riquezas aumentarán. La libertad de interferencias a las transacciones, la competencia, va expandiendo el ingreso promedio de las naciones. La Argentina, con un ingreso promedio de USD 8.433 al tipo de cambio oficial, está ahora bien rezagada, 32% debajo del promedio mundial. Fracaso de los políticos y sus votantes. En 1980, el ingreso de los argentinos era casi el triple del promedio mundial.
El milagro de la multiplicación de la riqueza
Se expande extendiendo convenios, concertando instituciones- reglas que allanan las transacciones. Las instituciones son acuerdos generales, normas que facilitan negocios.
Aunque es popular reconocer la contribución de los inventos tecnológicos, los acuerdos, las nuevas instituciones, dieron el mayor impulso al progreso de la humanidad. El crédito explosiona las transacciones, desplazando incertidumbres, obstáculos y al trueque. La política ha ido superando a la violación de voluntades.
Las unidades de medidas, idiomas, normas, leyes, gobernanzas, abren continuamente a transacciones más precisas y preciosas. La propiedad individual competitiva desatata las fuerzas creativas cuando es reconocida, impulsando ingresos.
Negociando faltantes recíprocos aumentan los ingresos, el valor de los activos, incentivando entrenarse, educarse, en los oficios que mejor convengan a cada uno, según la competencia de transacciones. Especializándose cada persona en lo más ventajoso para sí misma.

La creación de mayor valor es el método indirecto. Mediante negocios particulares cada individuo se perfecciona en la atención de deseos ajenos. Y así otros atiendan las necesidades propias, en tanto se den crédito. La confianza en la certidumbre de los contratos dimensiona el volumen de las transacciones, mercados y riqueza de las naciones.
En forma contraria, la inflación e incertidumbre retraen los contratos. La certidumbre va dimensionando redes de intercambios de individuos que se desviven en la atención de los demás. La cooperación del conjunto, incentivada por sus intereses individuales, logra la mayor satisfacción posible, cuanto más libre de impedimentos artificiales. La confianza, certidumbre, de las relaciones individuales y los contratos es la condicionante mayor de los ingresos y riqueza de activos.

La política, la organización del Estado e instituciones debieran vigilar que los intercambios sean voluntarios, más libres de imposiciones que tuercen voluntades individuales. Las redes y medios de información, la educación y Justicia debieran encargarse de impedir imposiciones contrarias a los deseos personales, pues reducen satisfacciones de la población. La riqueza, el ingreso de los países, refleja las libertades de imposiciones indeseadas. A mayores imposiciones mayores pobrezas. Imposición no se refiere sólo a cargas tributarias si no a toda limitación frustrante de transacciones individuales. Un Estado puede cobrar impuestos elevados con el consenso de la población y satisfacción de los servicios brindados.

La historia económica de los últimos 200 años
En 1820, el actual territorio argentino estaba ocupado por 530.000 habitantes. Un desierto con enfrentamientos sin fin, que, con la Constitución, 1853/60, inspirada por J. B. Alberdi, con el respaldo de los vencedores de Caseros, fue transformando en espacios de Libertad, Apertura, Encuentro. Derechos individuales.
Los datos muestran la siguiente evolución demográfica: 1,9 millones de habitantes, en 1869 (33% inmigrantes); 3,4 millones de habitantes 1890, y 7,7 millones 1913, con el ingreso más alto del mundo. El compromiso y vigencia de leyes y contratos de Argentina encandiló a la humanidad, “hacer la América” se convirtió en el lema de inmigrantes y pobladores.
En tremendo contraste, en los últimos 40 años, los ingresos individuales cayeron a menos de la mitad y la pobreza alcanza a la mitad de los argentinos.
Mientras el resto de la humanidad tuvo el movimiento contrario: redujo sus pobres, del 40% a menos del 9 por ciento.




 

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