No se le pega a una persona caída
Diana Mondino
Diana es Directora de Asuntos Institucionales de la UCEMA y profesora de Finanzas (a partir de 2007). Hasta 2005 fue Region Head para Latinaomérica de Standard & Poor´s, con sede en Nueva York, y con responsabilidades sobre todas las actividades de la compañía en la región.En 1991 , había fundado la empresa Risk Analysis, Calificadora de Riesgo, que fue parte integral en el desarrollo de mercados de capitales en Argentina.Luego de completar su Master in Business Administration; Major in Marketing and Finance en IESE, España, Diana fue Directora de Estudios de CEMA, donde fundó el primer Master en Dirección de Empresas que se dictara en Argentina, en 1987. Premio a la Libertad 2011, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



La perspectiva de una nueva cuarentena obliga a pensar sobre sus múltiples efectos. Me concentraré solamente en los efectos sobre la economía.
Luego de sucesivas prolongaciones de la cuarentena y su desigual impacto en distinto sectores, la economía comenzó a mostrar signos de reactivación. Unos sectores sufrieron más que otros, y la ayuda a empresas fue desigual y en oleadas. Aunque esto generó gran incertidumbre, es más que comprensible porque no se podía saber cuánto tiempo más duraría la cuarentena. Pero justamente esa incertidumbre trajo un efecto devastador sobre el capital de trabajo de las empresas. Una nueva cuarentena puede ser letal.
Me explico: una empresa es la suma de expertisse y capital de trabajo. Funciona en base a un conjunto de personas que realizan determinados procesos para producir o brindar algún servicio. La cuarentena ha afectado ambos elementos. Respecto al expertisse, es decir, lo que la empresa “sabe” hacer, se ha modificado ya que toda empresa pudo estar al borde de la extinción o crecer; hemos visto equipos de trabajo que se han desmembrado o transformado, se han reinventado formas de trabajar, se ha perdido o ganado mucha experiencia, se han perdido o ganado muchos clientes, se han perdido o ganado nuevas capacidades. No creo que haya muchas empresas que trabajen hoy de la misma forma que hace 9 meses. Tristemente, muchas empresas desaparecieron y el desempleo creció.
Desde el punto de vista financiero, el panorama ha sido mucho más homogéneo: muchas cayeron en el camino, pocas han ganado dinero, y casi todas han perdido el capital de trabajo, es decir los fondos que necesitan para funcionar. Deben pagar sueldos, alquileres, insumos e impuestos. ¿Con qué fondos, si no pudieron vender?
A fines de 2020 algunos sectores comenzaban a reactivarse. Si nuevamente hubiera una cuarentena (repito, hablo sólo de la economía) las consecuencias serían terribles. De la misma manera que no se le pega a alguien cuando está en el suelo, no se suspenden actividades cuando apenas están recomenzando.
Junto con empresas castigadas, la situación del empleo en Argentina es desoladora. Mucha gente perdió su trabajo, o la empresa en la que estaba tal vez no pueda subsistir con una nueva cuarentena. Es cierto que hay planes, pero no son para todos y tienen un rol de mero soporte de supervivencia. De ninguna manera puede considerarse a los planes como una solución de largo plazo. La dignidad de las personas está en juego. Aunque así no fuera, no hay forma de pagar más ayuda social, ya que cada vez hay menos posibilidades de pagar impuestos. Aunque así no fuera, se pierde el tejido social y la conflictividad aumenta. Perdemos todos.
Nuevamente: no se le pega a alguien cuando está en el suelo. Debemos permitir a las personas que trabajen, a las empresas que vendan, a los chicos que estudien. Si no, a la pésima situación económica le estaremos sumando cada día más dificultades para formar parte de un grupo productivo. Ojalá se puedan generar incentivos para trabajar más y mejor, pero por ahora estoy preocupada por algo más rudimentario: la mera posibilidad de trabajar.
Cuesta creer que más cuarentena, más regulaciones y más prohibiciones puedan ser una solución para los problemas de la gente. El camino no puede ser más cuarentena, sino desregular, capacitar a la gente, facilitar todo tipo de actividades. Si no es mucho pedir, que también el gobierno predique con el ejemplo. Si por el contrario se ponen cada vez más restricciones, se limitan horarios o actividades, se prohíben exportaciones o se limita el tránsito, sería como pegarle a alguien en el piso… y atado.



*Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA.

Publicado en INFOBAE.

 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]