Verduga de Género, el arte de censurar lo femenino
Karina Mariani
Directora del CLUB DE LOS VIERNES Argentina.




Conforme la sentencia del poeta que rezaba que cuando el autoritarismo toca a la propia puerta ya es muy tardela avanzada de las editoras de género ya pisa nuestros umbrales. Se trata de una moda que hace furor en las redacciones europeas y estadounidenses, una persona se asegura de que lo que de allí sale tiene perspectiva de género. En todo. Donde los límites son difusos o confusos se esconden las trampas del tirano, de manera tal que llamemos a las cosas por su nombre: son Verdugas de Género con el propósito de "vigilar y castigar'' (¿dónde escuchamos eso?).
A nadie escapa este nuevo puritanismo que, bajo la falacia de la cosificación, se enfrenta con fuerza a la libertad de acción y de expresión. El comisariado de género es la involución del feminismo, su inserción en la institucionalidad y el máximo exponente del neopuritanismo que criminaliza la erótica e infantiliza a las mujeres. Es curioso porque hacia mediados del siglo pasado las luchas feministas pugnaban por la liberación de la mujer, en cambio ahora luchan por volverla una sumisa castrada tutelada por las lideresas de género. La nueva figura heroica femenina no es la liberada de los años 60 o 70 dispuesta a disfrutar de su cuerpo. Ahora es la víctima que se declara indefensa y su infortunio la ennoblece. El feminismo que a comienzos del siglo pasado proclamaba el fin de toda tutela ha involucionado. Si la mujer realiza alguna proeza, si goza de su cuerpo, si es independiente, si reniega del amparo estatal no tiene apoyo del feminismo tutelar. Será tomada como una privilegiada egoísta insolidaria con sus hermanas dolientes. La mujer que les gusta es la que pide protección.
 
Y viene a cuento de un evento antropológicamente interesantísimo. Uno de los conglomerados mediáticos más conocidos de Argentina contrató una Editora de Género. Según describe TN: "El objetivo de crear el cargo es asegurar la perspectiva de género en todas las áreas de noticias. Marina Abiuso fue parte del grupo organizador de Ni Una Menos en 2015 y realiza coberturas de género. Su aporte será clave para canalizar las consultas y capacitaciones que sean necesarias''. En su carácter de inquisidora, Marina amonestó recientemente, ante las cámaras a uno de los periodistas más reconocidos de habla hispana, estrella del conglomerado: Jorge Lanata. ¿La razón?­
Lanata se encontraba analizando una noticia que tenía por protagonista a una bella joven que había recibido una dosis de la vacuna anticovid. La joven y su vacuna se insertan en el ex-escándalo, ya naturalizado, de las vacunas vip que el kirchnerismo destina a sus relaciones personales en lugar de a las personas que las necesitan. La chica se llama Purita y trabajaba para Jorge Ferraresi, uno de los Caballeros de la Orden del Cristinismo más Fanático. Se conoció que la señorita había dotado a su currículum de títulos irreales y resultaba inexplicable su cargo en función de su edad y preparación. De allí que su belleza pudiera ser una explicación lógica. Cuando Lanata se refería a estas evidencias dijo que Purita tenía "un lindo culito''. Con esta frase le abrió las puertas a Marina, la Verduga de Género, que rauda lo amonestó por su machismo patriarcal.­
El evento tiene varias aristas, lo primero para analizar es qué cuernos es lo que está mal en lo que dijo Lanata. En segundo lugar, por qué Lanata, un tipo acostumbrado a plantarse en sus posturas terminó pidiendo disculpas. Finalmente, y mucho más importante, ¿en nombre de quién habla la Verduga de Género.­
¿Qué cosa hizo mal Lanata? No queda claro. En la discusión que tuvieron al aire Marina Abiuso le dijo que su ``rol como editora de género es señalar''. Ok, señalar qué. ¿Que pronunció la palabra "culito" o que hizo alusión a un "culito" femenino? Marina la Verduga le puntualizó al periodista que ``el cuerpo no era tema de debate'', cosa que no es real porque es justamente el cuerpo de Purita lo que explica a Purita y a la noticia que generó. Queda para la posteridad entender por qué Lanata le permitió a la Verduga determinar lo que es o no tema de debate en su propio comentario.­
La Verduga de Género enhebró las siguientes frases: "Hablar de los cuerpos condiciona la manera en que habitamos el espacio público y eso a los varones no les pasa. Yo no hablo de lo que me erotiza al aire al dar una noticia. El comentario no venía al caso. Acá hay una diferencia: los comentarios sobre los cuerpos de las mujeres no tienen el mismo peso y efecto en la esfera pública que los comentarios sobre aspecto de varones, entiendo que es injusto, pero es como es el día de hoy. Ojalá que en un futuro no sea así''.­
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NEOPURITANISMO HIPOCRITA­
El neopuritanismo es un código de conducta restrictivo, ni más ni menos, que condena la expresión del cuerpo y de su atractivo. Se trata de una estructura valorativa de la que devienen normas que constriñen determinadas acciones, dichas normas no son legalmente obligatorias, razón por la cual se deben moldear las costumbresSe trata de normativizar algo que escapa a la rigidez. El atractivo del cuerpo y la acción sensual están llenos de matices tenues, contradictorios, perecederos e inextricables. Sutilezas exquisitas y caprichosas que no puede asir la parca teoría de género atada a la dialéctica marxista y a su marco teórico de amigos y enemigos. Por eso el neopuritanismo es represión e hipocresía.­
La alusión al culito de Purita no era superflua porque era el cuerpo de Purita lo que Purita ponía en juego en el mercado político laboral. Y, efectivamente, era un valor ya que era lo que saltaba a primera vista y la razón por la que Lanata lo había remarcado. Entonces sí venía al caso resaltar que Purita era linda. Lanata no habría sido reprimido su hubiera hecho alusión a su capacidad de hacer cálculos matemáticos. Pero el periodista nombró lo que el feminismo desprecia, la sensualidad femenina como valor. 
El feminismo viene haciendo un profuso y exitoso lobby para prohibir los concursos de belleza, los trabajos de promotoras en la Fórmula 1 o cualquier otra labor en la que se ponga en juego el capital erótico. El feminismo tutelar pretende eliminar las valoraciones estéticas perjudicando a personas cuyos recursos son el cuidado y la exhibición del cuerpo, hecho que constituye una fuente legítima de orgullo y atractivo, privando de trabajo a muchísimas mujeres.­
Odian la belleza, su explotación comercial y su influjo sobre los varones. Si en lugar de Lanata el comentario hubiera surgido de una periodista no habría existido escándalo, así lo explicaron abiertamente. Pero el capital erótico femenino es mayormente un reclamo de atención hacia ellos y no hay ingeniería social que logre vehiculizar la atracción sexual. En consecuencia el manejo libre del capital erótico escapa a su control. ¿Quién es el que cosifica: Purita jugando con su propio atractivo en beneficio de su persona o la Verduga de Género que impide que se hable de su cuerpo?
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PACATAS FANATICAS­
El feminismo busca estigmatizar la belleza que es una forma muy potente de poder. Mujeres que dicen "luchar por los derechos de las mujeres'' determinan lo que otras mujeres deberían o no hacer y si es correcto que eso sea o no un tema de conversación. ¿Qué parte del empoderamiento de la mujer y del orgullo del propio cuerpo no entienden? Al otorgar a las Verdugas de Género el poder de decidir de qué se habla y bajo qué condiciones, los medios le están concediendo la administración de la hoguera a pacatas fanáticas.­
Acá se abre paso la segunda cuestión: las disculpas de Lanata. El señero periodista pataleó un poco pero terminó pidiendo perdón a una compañera y aceptando que sus palabras ofendían a "las mujeres''. 
En este acto Lanata, su compañera y la Verduga procedieron a colectivizar a las mujeres todas, asumiendo que se trata de una argamasa indefinida que posee los mismos sentimientos, valores, saberes y deseos. Además las asumió a todas potencialmente frágiles y psicológicamente tan inmaduras como para ofenderse por el aludido bello culito de Purita. Fue como decir "los mosquitos'' o peor "los faroles'', una cosificación pocas veces más clara.­
Difícil dimensionar lo pernicioso que es que cualquier feminismo se atreva a hablar en nombre de todas las mujeres. El feminismo institucional, punitivo y castrador ignora la complejidad de los individuos y de sus relaciones. Al cerrar la conversación la Verduga de Género le dijo a Lanata que con el tiempo todos íbamos a ir estando de acuerdo con lo que ella pensaba. Porque como el neopuritanismo no puede (aún) llevar a la cárcel al pecador, debe tallar en sus costumbres. 
Viene a cuento recordar que hace pocos días, una actriz de visible militancia feminista postuló en las redes sociales cómo debían hablar los varones. "Que no te diga `mamita' ni `cosita' ni `putita' mientras tienen sexo. Y ante una `palmadita en la cola': una patada en los huevos!", aleccionó la mojigata.­
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CAPITAL EROTICO­
Hace rato que el feminismo ha caído en la trampa de censurar el capital erótico y presentarlo como una opresión cuando en realidad se trata de un arma indómita que permite subvertir esferas de poder y que complementa o reemplaza otros atributos. Abominan de que las mujeres se aprovechen de su belleza porque para ellas la clientela femenina debe estar siempre y en todos los ámbitos en una situación de inferioridad. Es el victimismo del género lo que le permitió a Lanata inferir que sus palabras ofendían a otra mujer que no era la dueña del dichoso culito.­
Machismo es que las mujeres sean objetos que se puedan vender a un viejo horrendo para un matrimonio concertado a los 11 años, es ahí donde el feminismo debería concentrar la lucha. Pero en los lugares donde las mujeres pueden elegir usar su cuerpo como se les cante nada tiene para aportar el feminismo.
Lo que es prioritario es entender que diferencia no es lo mismo que desigualdad. Pero la novedad de profesionalizar el feminismo es que su accionar necesariamente debe homogeneizar para interpretar como dominación toda interacción que implique hombres y mujeres en donde sea que se plantee. La perspectiva de género es una ideología política y al hacer del feminismo una profesión no hay forma de que esa ideología no sea el excluyente marco de interpretación de todas las cosas. La Verduga necesita uniformar la problemática femenina dentro de su marco ideológico/conceptual. Si respetara la diferencia, si fuera plural, su cargo mismo carecería de sentido, cosa que Lanata debió haber señalado de plano.
La confusión proverbial de la Verduga entre diferencia y desigualdad se plasmó en la frase: "Los comentarios sobre los cuerpos de las mujeres no tienen el mismo peso y efecto en la esfera pública que los comentarios sobre aspecto de varones''. Nuevamente la traiciona su sesgo ideológico. Si el comentario fuera eventualmente despectivo, ¿por qué exceptuar a los varones de la protección puritana? 
La antidemocrática perspectiva de género pone de manifiesto, aquí, su factura: considerando que todos somos iguales ante la ley, la diferencia de tratamiento hacia los varones sería o bien porque son más fuertes para afrontar el insulto o bien porque carecen de rango para ser protegidos. Vale decir que todo lo que es para él es para ella, pero todo lo que es para ella no es para él. La igualdad de sexos bien, gracias.­
Se asume que si se hubiera hablado del aspecto físico de un varón protagonista de una noticia, ni la Verduga, ni Lanata ni ningún periodista de la mesa habrían dicho ni pío. De esto se desprende que todos dan por buena la positividad de los cánones de belleza establecidos pero que la función de la Verduga de Género es luchar contra ellos si la noticia implica a una mujer.
Entonces: ¿quiénes son más libres en el neopuritanismo: varones o mujeres? 
A pesar de la utopía de las Verdugas de Género la gente se va a seguir cultivando estéticamente. La belleza es un valor que cotiza en el mercado tanto sexual como profesional. Los individuos son libres de estimar la belleza como cualquier otro valor social como la simpatía, la inteligencia o la destreza deportiva. Es absurdo creer que censurando o criminalizando el capital erótico van a cambiar el mundo. ­
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AUTOCENSURA­
La figura de la Verduga de Género en los medios no cumple ninguna función social pero condiciona un espacio de información, debate y entendimiento. Es un dispositivo feminista más, destinado a invisibilizar la diversidad femenina, infantilizarla secuestrando su potencial sexual y el uso del própio capital erótico. Ahora las noticias se están puritanizando, la función es esterilizar a las noticias de la circulación de información feminizante, es la anulación de la mujer en última instancia. Los varones seguirán siendo varones, nosotras en adelante: seres menstruantes o personas gestantes o entes sin derecho a sacar provecho de la propia belleza.­
El fin último es la autocensura, la Verduga de Género al arrogarse el derecho a corregir en nombre de la sensibilidad de otros, habrá logrado que Lanata no vuelva a elogiar culitos. 
La inquisición ha sido un éxito, la llamen como la llamen, porque los verdugos nunca le dicen inquisición a lo que hacen. Pero los más grandes éxitos de las artes, lo que más nutre el espíritu humano surge de la libertad. Y si, como en los tiempos de Miguel Paulino Tato, la sensualidad vuelve a molestar al poder, provocar será el remedio. Porque si los espíritus libres no ofrecen resistencia nos tragarán tiempos oscuros.
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"Se contiene, suda y después con sus tijeras plateadas le corta su cuerpo, deforma su cara, y así mutilada la lleva cargada a la pantalla/ No conozco tu cuerpo ni se más quién sos/ La pantalla que sangra ya nos dice adiós/ Te veré en veinte años en televisión, cortada y aburrida/ A todo color/ Yo detesto a la gente que tiene el poder/ De decir lo que es bueno y lo que es malo también''
Las Increíbles Aventuras Del Señor Tijeras­
Sui Generis­


Publicado en La Prensa.

 

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